¿Qué han hecho?

Informaciones como esta de Maldita son las que hace falta publicar y tener presentes estas semanas: “Qué han hecho los parlamentarios españoles en el Parlamento Europeo en los últimos cinco años”. Los parlamentarios, las parlamentarias, de España, de Euskadi, de Catalunya y de Galiza, dentro de la circunscripción. Pero, vale, no voy a ponerme exquisito y voy al grano: Izaskun Bilbao (EAJ-PNV), Eider Gardeazabal (PSOE) e Idoia Villanueva (Podemos) son las tres vascas que aparecen en los puestos de honor de los rankings que les señalan como las que más aportan. La nacionalista, además, la que aparece en más.

En Iparralde, también

Nadie te vota por lo que has hecho, es cierto: cuando votamos lo hacemos pensando en la expectativa que son capaces de generar las y los candidatos, y sus partidos. Lo realizado es solo un aval. Para bien y para no tan bien, en algunos casos: Pernando Barrena no aparece en los rankings que ha elaborado Maldita, y su partido, Bildu, ha renunciado a presentar candidatura en Iparralde. Por su parte, Peio Etxeleku sí hace campaña en el Norte, con Jean Telletxea, en una coalición ecologista y sensible a las minorías y, además, tuitea: “Hemos multiplicado por tres el número de electos afiliados a EAJ-PNB en 3 años en Ipar Euskadi”.

Y la mujer, en casa

Soy consciente de que tenemos un problema demográfico gravísimo en Euskadi, y que este genera unas derivadas socioeconómicas que pueden ser terroríficas. También soy consciente de que revertirlo es un asunto global, tan global que empieza a ser una cuestión cultural que cada vez menos tiene que ver con las políticas de incentivación a la natalidad (la conciliación nunca fue tan fácil). Porque soy consciente de todo esto, sé que Juan García Gallardo es un troglodita cuando dice esto en El Norte de Castilla: “Se está invitando a las mujeres a desarrollar su carrera profesional sin pensar en la maternidad”. Y no estoy abierto a discutirlo.

No podía no decirlo

Ya sé que es una noticia de hace días, pero no podía terminar la semana sin traerla a la columna: me refiero a la negativa de “las txosnas” de usar Ticket Bai, ese sistema de cobro para evitar irregularidades. Esta noticia, por cierto, es previa a la denuncia del movimiento socialista vasco y la solidaridad de una parte de la cultura vasca por el veto de la izquierda abertzale, que maneja ese conglomerado, “las txosnas”, en Bilbao y Gasteiz (y esta es una realidad que explicitan todas las partes). En resumen: que el control sobre la facturación no tiene que ser aplicado a “las txosnas” y que eso atenta contra el modelo festivo. ¿El modelo de quién?

Esto, tampoco

El VAR solo ha servido para contratar a más árbitros y para confirmar que siete por partido y campo lo hacen tan mal o peor que cuatro. No lo digo solo yo: “Ni un solo árbitro español en las finales europeas. Ni principal, ni de Var, ni asistente, ni cuarto, ni de apoyo, ni nada de nada. España es, además, la única de las grandes ligas europeas que solo tendrá un árbitro principal en la próxima Eurocopa. Os van a vender todo tipo de películas de ficción a través de sus portavoces a sueldo, pero la única realidad es que, ahora mismo, el arbitraje español está en la segunda división. Y peleando por no bajar a tercera” (MisterChip en X).

¿Y esto?

Sí, la bajada de impuestos que ha anunciado Ximo Puig es distinta a las que han anunciado los presidentes de Andalucía y Madrid. La del valenciano no solo beneficia a las grandes fortunas, sino al 97% de la población. A todas y todos en alguna medida. Pero lo que sorprende es el modelo: la apuesta por bajar los impuestos de uno de los gobiernos autonómicos que la izquierda española pone de ejemplo por progresista dinamita su propia estrategia y le da la razón al PP. Y sin embargo eso no es lo más importante, sino el mensaje global de que bajar los impuestos ayuda a la ciudadanía pese a que tendrá menos servicios y recursos.

Carroñero

Quien aprovecha un asesinato para colocar su mierda populista es un carroñero. No lo digo yo, se define él mismo con sus palabras. Hablo de Juan García Gallardo y del crimen machista en Palencia que él define como “una tragedia familiar que ha dejado dos huérfanos de 2 y 7 años” (podía ser un asesinato, podía ser un fuga de gas) y aprovecha para esto otro: “Pronto todas las víctimas de violencia serán tratadas por igual y no se alimentarán políticas identitarias discriminatorias por razón de sexo. La violencia no tiene género”. ¡Por supuesto que víctimas y victimarios tienen género, y siempre el mismo, cuando se trata de violencia machista!

A la canadiense no es a la québécois

ERC, el espejo en el que se mira Bildu, ha elegido el nuevo camino que recorrerá el pueblo catalán para su independencia: el canadiense, que no es lo mismo que el québécois. De hecho, la vía que aprobó el parlamento de Canadá no fue admitida por el de Québec: que en el caso de que el parlamento del Estado consideras un referéndum legítimo en su forma (la pregunta) y resultado estaría dispuesto a negociar. O lo que es lo mismo: la legitimidad siempre la decidirá el país ya reconocido (a lo que el parlamento de la región respondió con una ley de autodeterminación). Esto es lo que propone ERC, según Público, entre otros. Vivir para ver.

¿Qué puede salir mal?

Después de financiar la dictadura de facto de Putin y de hacer vomitivamente millonarios a los oligarcas rusos, Europa ha decidido engordar otra vaca y echarse en manos de los emires. ¿Qué puede salir mal cuando huyes de un sátrapa y te dejas rescatar por un dictador integrista? Insisto, y lo hago desde el realismo y el pragmatismo de haber crecido en una comarca industrial de Euskadi: el problema no es a quién le compremos los recursos energéticos, sino nuestro modelo de consumo. Y no el industrial, sino el global. La cantidad de energía que consumimos con tonterías y entretenimientos también importa.

Las dos Españas. Y las dos Euskadis

Me parece muy bien que las personas mejoren su situación laboral y soy plenamente consciente de que lo público muchas veces es tractor para lo privado. Pero creo que es difícilmente justificable que el gobierno se comprometa a mejorar las condiciones de un sector de la población de una manera tan considerable: “Subida salarial del 3,5% y jornadas de 35 horas” (El Plural). Porque esas condiciones, además, las pagamos entre todas y todos. Así tiene que ser, y así lo he expresado en las primeras líneas de esta misma columna. Pero lo que no puede ser es que quien gestiona propicie una sociedad partida entre el funcionariado y el resto.