Llegó el gran día

Desconozco que estará pasando en Catalunya en el momento que está usted leyendo estas líneas. Todo es posible: que la ciudadanía esté votando pacíficamente como es su voluntad, que se lo estén impidiendo como es la voluntad de los poderes ejecutivo y judicial españoles, o que se lo estén impidiendo por la fuerza, que es el peor escenario posible. Pase lo que pase, hoy tampoco hablaremos del mal endémico de España y el partido que gobierna. Lo dice hasta la BBC.

¡El que faltaba!

No ha estado presente en ningún momento y, sin embargo, algunos siguen esperándole, como a Godot. Según El Independiente, el rey de España podría pronunciarse hoy o mañana “como hizo su padre el 23-F”. Lo que no sé es a qué nación va a dirigirse, la verdad, si a la España con la que se acostó ayer o a una nueva con Catalunya en la pista de salida y Euskadi en la cola para despegar. Lo que es evidente es que el modelo de estado español hace aguas hasta en las formas.

Pues es verdad

Un país como Catalunya, que se ha caracterizado siempre por un marketing estupendo, se encuentra sin héroes en un momento tan crucial. Romeva se ha deshinchado, Junqueras guarda demasiada ropa mientras nada, y a Puigdemont no lo eligió nadie para liderar este procés. Solo Trapero ha emergido como figura. Y personajes que, como Mainat o Piqué, están lastrados pero le han echado valor, como reconoce Quique Peinado. Al César lo que es del César.

¡Anda!

Tengo este enlace guardado desde hace días para sacarlo hoy: si por parte del nacionalismo catalán lo han intentado todo para votar en paz pese a su ausencia de líderes, no es menos cierto que por el bando nacional lo han intentado todo para boicotear el referéndum de hoy. Como Jordi Evolé, alzado como el periodista catalán de referencia, que usó su sesgo en preguntas y edición… Como siempre. Su trampa sobre la votación del Kurdistán quedará como paradigmática.

El epílogo

Como Miguel Ángel Puente, yo también pensaba que en un referéndum planteado con limpieza no hubiera ganado el “sí” en Catalunya. Y como mi amigo y compañero, creo que el problema no se termina hoy, sino que empieza el verdadero quebradero de cabeza para España: una generación frustrada y enrabietada va a coger las riendas de su futuro. El tiempo solo juega a favor de Catalunya y en contra de una España que habrá provocado su propio fin.