Las peripecias de “el pequeño Nicolás” han llegado hasta el ‘The New York Times’, según ‘Radiocable’. En el periódico estadounidense se preguntan: “¿Cómo es posible que un estudiante universitario de 20 años, con cara de niño se cuele en la coronación del nuevo rey, se haga pasar por asesor del gobierno, haga negocios lucrativos y evite los atascos de tráfico con falsas luces de policía?”. Y se responden: el caso “pone de relieve la importancia de las conexiones personales en España”. O lo que es lo mismo: Nicolás Gómez era tan trepa que pasaba desapercibido.
No diga “Rato”
Cristina Pardo ha escrito una columna estupenda en ‘Fotlipou.com’ sobre cómo Mariano Rajoy esquiva los elementos que le molestan: “Polémica, quiebro, desaparición”, dice que es el procedimiento de Rajoy, al que se refiere como “esa persona que preside el país”, por cómo él mismo se refirió a Rato (“esa persona por la que usted se interesa”) y a Bárcenas (“esa persona a la que usted se refiere”). También recuerda otros circunloquios como la “indemnización en diferido” que pronunció Cospedal, pero la frase más lapidaria que Pardo rescata es la que pronunció Rajoy en campaña: “Decir la verdad, aunque duela. Sin adornos ni excusas. Llamar al pan, pan y al vino, vino”.
Google gana a la prensa alemana
Google juega sus cartas… y gana. Por lo menos, en Alemania, donde los medios de comunicación tradicionales han reculado y han acabado pidiendo al gran buscador que vuelva a incluirlos entre sus resultados, según ‘Genbeta’. Creo que si en Euskadi seguimos el mismo camino acabaremos en el mismo sitio: más desgastados y otorgando poder a una empresa a la que tenemos que ver como un aliado. El enemigo somos nosotros mismos (los medios) y nuestra incapacidad para educar al lector/espectador en que los contenidos hay que pagarlos y el todo gratis solo lleva a empobrecernos.
Venderse barato en la tele
Entre 300 y 1.000 euros en total menos las retenciones legales, incluidos todos los actos promocionales necesarios. Eso es lo que cobran, según ‘Libertad Digital’, los concursantes de ‘Adán y Eva’, ese programa en el que llevan a un tío y una tía heterosexuales a una isla y les dejan desnudos para ver si follan. Hablemos claro, ¿no? Personalmente, los emolumentos me parecen ridículos, y me preocupa porque la aceptación de estas condiciones pone de manifiesto lo que están dispuestos a hacer muchos jóvenes españoles y vascos por salir en televisión.
Pero hay otra juventud
Por suerte, hay otra juventud con bastante más inquietud y curiosidad que, de la mano de Leizaola Fundazioa y la Asociación Europa Epsilon, viajará a Barcelona desde Euskadi la semana que viene para aproximarse a una actualidad política apasionante como la que se genera en Catalunya. En el Facebook y el Twitter de esta fundación adelantan la intensa agenda de un grupo de estudiantes universitarios: distintas visiones sociales, visitas al Parlamento, reuniones con grupos políticos… en un momento extraordinario.