Amancio Ortega apuesta por el ladrillo

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¿Qué hace con su dinero uno de los hombres más ricos de España? Invertir en inmuebles: “El fundador de Inditex, Amancio Ortega, sigue reforzando sus inversiones inmobiliarias en Londres tras comprar por 400 millones de libras (alrededor de 551 millones de euros) el edificio ubicado en Oxford Street, cuyo principal inquilino es Primark, competidor de Zara, según publica el periódico ‘The Sunday Times’” (‘Vozpópuli´).

Excentricidad mexicana

Son jóvenes, mexicanos, exhibicionistas, tienen mucho dinero, sus “papás” tienen influencia y poder para sacarles de los aprietos, y no tienen miedo. Más bien, todo lo contrario: “El Mirrey es un personaje obsesionado con la ostentación. ¿Por qué te exhibes? Para generar impunidad. Si yo tengo una bolsa Fendi no te metas conmigo, si gasto mucho dinero es una forma de protegerme” (‘El Confidencial’). Por supuesto, las redes sociales digitales juegan un papel muy importante en este empoderamiento.

Venezuela y Andorra unidas por el mal

Ni Hugo Chávez, ni mucho menos Nicolás Maduro, me parecen defendibles. Y el acercamiento de EE.UU. a Cuba, junto con otras lógicas sociopolíticas americanas, está vaciando de contenido su revolución. Pero les aseguro que empiezo a simpatizar con estos personajes dada la afición que tienen algunos de señalarles como una especie de polo de la maldad. Si quieres emponzoñar a otro estado, únelo con Venezuela: “Venezuela emitió pasaportes diplomáticos para blanquear dinero en Andorra”, leemos en ‘La Información’.

¿Twitter nos preocupa demasiado?

Me pregunto y me respondo: sí, Twitter nos preocupa excesivamente y estamos dando una importancia que no tiene a lo que pasa en esta red social. En ‘El Plural’ han recopilado algunas situaciones complicadas que han vivido marcas como Movistar (con la actual huelga de parte de sus trabajadores), Mediaset o el mismísimo Mariano Rajoy. La facilidad con la que se pueden monopolizar las conversaciones, pagando incluso cantidades ridículas de dinero, generan la oportunidad para los más capciosos.

Nace ‘Sabemos’

Desde hoy, en mi lista de enlaces a medios digitales, hay un nuevo link: el que me lleva a la web de ‘Sabemos’, un medio digital cuya humildad de saque me ha gustado: “Sabemos que somos pequeños. No hemos venido para salvar España, sólo vamos a contarla a trocitos. No nos interesa derribar gobiernos (…) No hemos venido a rescatar la economía, sólo intentaremos explicarla. No hemos venido para salvar el periodismo, pero lo practicaremos con denuedo”. De momento, la información es muy centralista, pero esperamos un largo recorrido al nuevo proyecto de Miguel Ángel Uriondo.

«Desconfía» y «prudencia»

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El escándalo de Gowex puede que solo sea el primer de una serie de estafas, cuentas hinchadas a sabiendas, y fraudes varios de empresas relacionadas con el sector tecnológico. Con suerte, rasgamos el velo y empezamos a ver a Uber, pero también a Google, Facebook y Twitter como lo que son: empresazas que se aprovechan de la benevolencia de los que van de críticos con el sistema, pero con lo digital se han alienado y alineado con alegría. En el blog ‘Aprendiz de Bolsa’ recomiendan desconfiar de los crecimientos rápidos y prudencia ante las exaltaciones de las bondades de la tecnología. Elementos lógicos que se han hecho audibles gracias a la “estafa”, según esta bitácora, de Gowex.

La burbuja del “emprendizaje”

Precisamente en el post sobre Gowex de ‘Aprendiz de Bolsa’ encontramos el hipervínculo a otra bitácora, ‘Ladrillos de la Discordia’, en la que hacen chanza, con razón, del olfato del presidente del gobierno español: “Mariano Rajoy ha quedado en evidencia. Cuatro meses después de entregar a Jenaro García uno de los premios Startex, poniéndole como ejemplo de empresario emprendedor, nos enteramos que el tal Jenaro había vendido humo”. Lo cierto es que el propio “emprendizaje” y las gilipolleces estas del “emprendedor del año” son humo, humo que hincha su propia burbuja, en particular, y la tecnológica, en general. Lo de Gowex, sencillamente, tenía que pasar.

El malo de la película

Y continúo: lo de Gowex tenía que pasar. Lo describen muy bien en ‘El Blog Salmón’: sus números, antes o después, serían comprobados y descubiertos. Y mejor que la burbuja haya estallado ahora que no en el IBEX35, al que iba encaminada esta falsa “start-up”, sorteando todos los controles hasta que llegó el informe de Gotham City (que también tiene “bemoles”). Fuera de lo particular, insisto en la necesidad de este pinchazo y de este escándalo. De este golpe de realismo que tiene que servir para poner en valor a quien hace bien las cosas, y para desenmascarar a quien solo hace juegos malabares.

Mucho listo para poco negocio

Gracias al periodista Miguel Ángel Uriondo descubro en Twitter a Nacho Royo, un personaje como muchos: un exhibicionista que quiere recrear los golpes que en EE.UU. dieron varios hombres de negocios invirtiendo en empresas tecnológicas. Pero la España de hoy no es la “gringolandia” de entonces, por mucho que se empeñen quienes no quieren ver la virtualidad, la futilidad y el engaño de negocios como Gowex, que cotizan en mercados alternativos que ahora se sacuden. El propio Royo, que se define a sí mismo como “hombre de negocios” y tiene un máster en ESADE, reconoce en Twitter: “Hoy es el día en el que todo se derrumba y tengo que volver a empezar. No sé si podre porque he perdido casi todo mi dinero con Gowex”.

Ahora, Telexfree

No aprendemos: la avaricia de algunos es más fuerte que su razón, y la base tecnológica de algunos timos es excusa suficiente para perder el raciocinio más rápidamente. No nos hemos levantado del golpe de Gowex cuando asoma en el frente otro escándalo: una estafa piramidal de las clásicas basada en obtener más de un 200% de beneficio con una pequeña inversión y haciendo un copia y pega digital, que ofrecía Telexfree, según ‘Estrategia y Negocios’ y ‘Excite’. Y como en Internet atan a los perros con longanizas, y el más tonto tiene un blog con el que gana miles de euros, cuela.