Ni para convocar elecciones

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Mariano Rajoy solo piensa en sí mismo. No piensa, desde luego, en la ciudadanía española a la que gobierna con mayoría absoluta, mano de hierro y la voluntad del capital, desde hace cuatro años. Para colmo, aprueba los presupuestos y se da tiempo para condicionar el gasto, y anuncia leyes ad hoc con margen de sobra porque las elecciones, presumiblemente, serán a final de año. La campaña, en pleno invierno y Navidad va a ser, además, horrible.

Rajoy, “follower” de Urkullu

Igual que sólo él sabe por qué convocará las elecciones con “navidosidad” y alevosía, únicamente el equipo de Mariano Rajoy sabrá por qué, de pronto, ha empezado a seguir en Twitter al lehendakari Iñigo Urkullu y a Josu Erkoreka. José Antonio del Moral tiene una teoría: “Rajoy parece estar aprobando de esta manera la vía vasca, mucho más moderada con Urkullu en la Lehendakaritza, y reprobando la catalana. En la práctica, seguir no tiene otro significado que mostrar una especie de ‘interés’”.

Catalunya hitleriana

Me voy a sumar a los muchos independentistas catalanes profundamente molestos con la última estrategia del estado de vincular Catalunya con la Alemania nazi. Primero fue Rivera, el de Ciudadanos, después, Felipe González, y ahora encontramos un episodio histórico absolutamente desconocido hasta el momento, ¡oh, casualidad! Según leemos en ‘Negocios.com’, entre otros medios, Hitler habría apoyado una Catalunya independiente para debilitar a España… hasta que llegó Franco (a poner orden, claro).

A Toni Cantó la política le empobrece

Después de militar y ser representante durante años del partido político que empezó a quejarse de los “privilegios” de algunos políticos (hay que reconocerles este mérito populista), Toni Cantó reconoce ahora en ‘Periodista Digital’ que la política le ha empobrecido. Por suerte para él, ‘Antena3’ le ha contratado (¿podemos hablar de puerta giratoria?) para la próxima temporada de su culebrón de sobremesa.

La foto y lo fotografiado

La foto del cuerpo sin vida de Aylan Kurdi, tan solo un niño, en la orilla de una playa de Turquía, ha avivado un debate estéril: la necesidad de la imagen y la idoneidad de su publicación. Solo unas horas antes había leído la columna de Siqui Sánchez en ‘Qué Sabes De’ sobre los nuevos fotógrafos conceptuales, efímeros, como su supuesto arte. La foto clara, en la que se ve la tragedia con su crudeza sigue siendo imprescindible para que veamos y demos importancia a lo que nos muestra.