Teruel es ETA

La escalada de odio que están generando algunos portavoces, periodistas y tuiteros con argumentarios de partidos políticos va camino de ser irreparable. Veremos cómo dan marcha atrás Casado o Arrimadas, a los que todavía se les supone sentido del deber, y comprobaremos si pueden. De momento, su incapacidad para hacer una oposición seria está dando alas a quienes refuerzan el marco que empodera a Vox consciente o inconscientemente. Lo último que nos esperábamos era que declarasen a Teruel enemiga de España, promoviendo incluso un boicot a sus productos, por el voto de su diputado regionalista.

Y Revilla, ¿qué es?

Miguel Ángel Revilla no pasa de ser el bufón de provincias que va a Madrid y le llevan a la tele, a la tele progre, claro, y él saca un bote de anchoas de Santoña en pleno directo y con eso cree que hace patria y dinamiza el sector turístico o empresarial, y un señor de Madrid le pregunta por cómo ve la política española, y él responde como si fuera muy listo, y le aplauden, y todos ríen… Y todo eso no vale nada… Salvo para la tele que le lleva al plató. Ahora que toca mojarse de verdad Revilla dice que con los nacionalistas no vota. Veremos si la amenaza del PSOE de Cantabria de dejar caer el gobierno autonómico le convence de lo contrario.

No tienen vergüenza

Yo puedo bromear con que Teruel es ETA porque tengo la conciencia muy tranquila: siempre he estado frente a los fascistas que mataban al que pensaba diferente. Otros no pueden decir lo mismo. Más me sorprende la banalización de los terroristas que hacen precisamente quienes se autoproclamaron verdaderos combatientes y despreciaban lo que hacíamos los demás. Carlos Martínez Gorriarán muestra todo lo que es y todo lo que fue cuando juega con el “Basta Ya” que nació para enfrentarse a ETA y hoy muchos lo usan para oponerse a un gobierno español legítimo aunque no les guste.

Ojalá la inspección de Trabajo vaya a la sede del PSOE

Resulta casi hiriente que los periodistas tengamos que contar que Ábalos juega a ser el más abnegado porque ha trabajado estas vacaciones de Navidad y hoy seguirá al pie del cañón. Como si los que tenemos que contarlo no lo hiciéramos. Como si sus colaboradores no lo hiciesen. ¿Están fichando los trabajadores del PSOE como obligó su propio gobierno? ¿Han cumplido las horas legales en un año con tres elecciones porque ellos y solo ellos han querido? ¿Lo podemos hacer acaso los periodistas que seguimos esta actualidad? Edurne Bárcenas recuerda que “el problema es que os lleváis por delante a trabajadores”.

Somos lo que vemos

Me salgo del guión previsto y dedico unas líneas a algo que no sea la política, pero es que si no lo saco hoy el tema se me caduca y es muy jugoso, se lo aseguro. Manuel Ríos acertaba al tuitear: “Esta curva explica muchas cosas. No nos engañemos”, ante la evolución de la audiencia televisiva española (y vasca) en los últimos minutos de 2019. Antena3 era el líder hasta que Cristina Pedroche enseñó su vestido, y luego muchos cambiaron a La1. En efecto, esa curva habla de morbo, de cosificación del cuerpo femenino… Y de la televisión de las mamachicho como modelo para 2020.

Masaje de Antena3 a Abascal

No participé en el intento de boicot a El Homiguero porque en el programa iba a salir Santiago Abascal porque me parece una chorrada: si un medio entrevista al representante en España de la extrema derecha de Le Pen, Salvini, Trump y demás, habrá que ver en qué términos lo hace para criticarlo. Y lo hizo en los peores: Abascal estuvo cómodo y dijo y lo que quiso decir con comodidad, entre chistes de Trancas y Barrancas. A la mañana siguiente, en Espejo Público siguió el masaje con sus mejores respuestas y destacando el buen dato de audiencia de la emisión. Nadie dijo que era el líder de la extrema derecha española.

No podemos permitir que reescriban la historia

No podemos permitir que ni el fascismo populista de aquí ni el de allí reescriba la historia solo para que esta empiece a darle la razón. Después de la barrabasada de Ortega Smith acusando a las 13 rosas de participar en las “checas” violentas, mucho ha tardado el tuitero de turno de la extrema derecha (normalmente disfrazado tras una chica joven y guapa) en colocar una foto de la guerra civil de unas mujeres armadas a las que señala como las 13 rosas. Por supuesto, alguien le afeó y corrigió: se trataba de una imagen de Rosario la Dinamitera. Pero la falsa noticia ya ha volado. Por eso son fascistas y populistas.

Díaz Ayuso es una ignorante

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha demostrado que es una ignorante cuando ha comparado Netflix con Telemadrid para empezar a justificar que si no le sale rentable irá laminando el ente público madrileño. ¿Quién gana con esto? Quien tiene un acceso más fácil a los medios privados: gente como ella, como Casado o como Abascal, como les he escrito más arriba. Por cierto, que el populismo también lo maneja bien Díaz Ayuso, asegurando que prefiere un hospital o un colegio antes que una tele. O no entiende todo lo que implica un ente o quiere confundir a la ciudadanía para la que gobierna.

¿Y por qué no lo has hecho hasta ahora?

El mensaje del PSOE no cala: pueden anunciar como quieran que la misma noche del 10-N van a buscar un acuerdo de gobernabilidad que la respuesta es evidente: ¿por qué no lo han hecho antes? Las negociaciones postelectorales son ahora una “pelotita roja” para ellos, es decir, un tema que si lo mueves te resta. Y si lo mueven los demás también te resta. Lo alarmante para el PSOE es que carece de “pelotitas verdes”: el lunes saldrá la sentencia a los presos políticos catalanes y lo más probable es que la enfoquen intentando imitar al PP, y más adelant vendrá la exhumación de Franco, que ya han vendido demasiadas veces.

Cuando la meta es la propia carrera

Mi género periodístico favorito es la crónica, la parlamentaria, la de campaña y hasta la futbolística: es el arte de contar una historia sabiendo separar la anécdota de lo sustancial y discernir cuándo una anécdota es precisamente lo sustancial, y añadiendo la ración justa de filigrana por parte el cronista. Pero yo no puedo hacer una crónica de la participación de Begoña Beristain y Denis Larrea en los 100 kilómetros del Sahara porque no he podido ver sus carreras. Solo me he asomado a sus redes sociales y he intentado disfrutar con ellos y trasladárselo. En este caso, la meta era la propia carrera.

España, en una foto

España hoy se define con una serie de fotos muy nítidas pero también muy oscuras. Con honestidad, no creo que representen a toda España pero sí a una parte muy importante, tal vez demasiado, de ese Estado. La primera, cómo no, los miembros del Tribunal Supremo que siguen protegiendo a Franco y a su familia, en vez de a los agraviados por la dictadura, y que para colmo del recochineo reconocen al golpista presidente español desde el 1 de octubre de 1936, momento en el que el caudillo se autoproclamó pero el legítimo era Manuel Azaña. Como bien recuerda Aitor Esteban: “Cosas de la ‘modélica’ transición”.

España, en dos fotos

La segunda foto de esta España es la del fiscal Javier Zaragoza, acusando a los presos políticos de golpe de Estado violento por promover una votación aquel 1 de octubre. Y la derivada: la de uno de Ciudadanos explicando las razones del jurista en Antena 3 que le ofrece, como colchón, una serie de imágenes debidamente editadas y mezcladas (no todas del 1 de octubre) de esa supuesta violencia en Catalunya. ¡Vaya foto, la de la justicia poniendo firme al estado de la peor manera, la de los políticos que solo quieren que todo vaya mal y la de los medios que ayudan a los anteriores! Ya vamos dos.

España, en tres fotos

La tercera foto de España la enfoca bien Xabier Lapitz cuando comenta este tuit de El País sobre la “retirada” de Juan Carlos I: “Le apodaron Juan Carlos el Breve. Pero, contra todo pronóstico, consiguió consolidarse. Paró un golpe de Estado. Su figura se engrandeció. Y años más tarde, con la aburrida normalidad, llegaron los deslices. Esta es su vida en tres actos”. Lapitz concluía: “Si sigue el blanqueo, persiste el problema. No es ni el único problema, ni el más importante. Pero es un tapón”. Un tapón y un modelo de negocio a cuenta de todos, y eso es lo que debería ser señalado por toda la prensa.

España, en cuatro fotos

Hemos pasado por dos procesos electorales seguidos, tres si contamos el andaluz, que han sacudido las instituciones a todos los niveles, pero España sigue paralizada, y esta es la cuarta foto, la más dura de mirar: en El Confidencial repasan las 16 ciudades con más personas inactivas de España, 14 de ellas están en Andalucía y algunas sostienen una inactividad por encima del 60%: Linares, Cádiz, La Línea de la Concepción y Granada. Con el 59%, Jerez, Córdoba y Sanlúcar de Barrameda. A esta gravísima situación se suman otras como la falta de inversiones públicas mientras España sigue de resaca poselectoral.

España, en cinco fotos

La quinta foto de España es la de su izquierda: mientras la derecha y la extrema derecha siguen campeando como el Cid, y el PSOE con ubicarse en el centro ya ha hecho el año, la izquierda española sigue despedazándose. Pablo Iglesias ha decidido prescindir del político español más sobrevalorado en la actualidad, Pablo Echenique. Para preservarse a él, a la madre de sus hijos o a Alberto Garzón, Iglesias sigue sacrificando alfiles. ¿Hasta cuándo? Echenique, solo hace un par de días, en su habitual tono jacarandoso pero poco útil, hacía gala de su fidelidad al gran líder de Podemos, el mismo que el martes por la noche le cortaba la cabeza.

Política miserable

Creo que en El Nacional se han quedado cortos cuando explican “el gesto más maleducado de Arrimadas en el Parlament”. Lo que hace la candidata de Ciudadanos es una política miserable cuando espeta a los representantes nacionalistas catalanes: “No se pongan nerviosos, que ustedes aquí son muy gallitos y luego, ante el juez, se vienen abajo”. Es difícil tener y exhibir una bajeza moral y política semejante. Y también es difícil para Ciudadanos cambiar ahora de guion: han hecho del Procés una cuestión de Estado pero Vox les ha adelantado con cuatro mensajes de WhatsApp, y ya solo les queda la escalada de miseria política.

No es un tertuliano normal

Fernando Paz no es un tertuliano normal porque cree que “hay terapias para reconducir a los gays”. No hay libertad de expresión que ampare eso, ni hay explicación de Espejo Público o Antena3 que justifique la invitación a este contertulio. Que este se desnude moralmente tampoco es suficiente si lo hace como un invitado normal y no como un entrevistado al que es obligatorio señalar la ponzoña que sale de su boca. Si normalizamos el mensaje de la extrema derecha, a su interlocutor y a los medios que les dan voz, normalizamos a la extrema derecha. Y eso no podemos permitirlo, simplemente.

Hay temas que no se debaten

No se puede debatir si la homosexualidad es una enfermedad, porque no lo es. Ni se puede debatir si portar armas puede ser considerado un derecho, porque solo es un riesgo. Así que la negativa de Juan Soto Ivars a acudir a tertulias que legitiman estos discursos por medio de una discusión de igual a igual que nunca debería de darse, es el camino. Por desgracia, me temo que las productoras encontrarán a alguien que sí se preste a conversar con el descerebrado que piense que una terapia modifica el amor o que dejar que todos llevemos pistolas genera más seguridad. Si lo defienden, son ultras, no son contertulios.

Tampoco estuvo bien antes

Javi Vizcaíno fue el primero recordaba en Twitter el vídeo de Pablo Iglesias defendiendo portar armas “como una de las bases de la democracia” en un monólogo de los suyos en La Tuerka, en esos que muestra lo listo que es. Mucho más que cualquiera de nosotros. Esos programas en YouTube le llevaron a las tertulias y las tertulias, al Congreso. Entonces, con ciertas dosis de sorna y soberbia, y otras tantas de la claridad meridiana con la que ve el mundo Pablo Iglesias, reclamaba que el pueblo no puede ceder el control de la violencia al Estado. Hoy, en Podemos asegura que no iba en serio, pero el discurso le coloca al nivel de Abascal.

Si no es una estampida, se le parece

Pablo Iglesias ha dicho tantas cosas de un modo tan sobrado que facturas como la del derecho a portar armas emergerán sin avisar en los próximos años. Unos años en los que Podemos, como es el deseo de Iglesias, cada vez más será un proyecto personal. Porque cuando se consume su regreso a la sede, tras su baja por paternidad, puede que se encuentre con Pablo Echenique y un par de globos, como decía un tuit afortunado. El último en abandonar el barco morado es Pablo Bustinduy, considerado uno de los valores del partido… Y considerado, también, un errejonista. Parece que lo segundo ha sido lo definitivo.

No se puede blanquear a un nazi

Llevar a un debate televisivo a un simpatizante de Vox y enfrentarlo con uno de Más Madrid ya es bastante grave, porque pones al mismo nivel colaborar con un partido que ya ha recibido una confianza mayoritaria y es inapelable en su política y su comunicación, con colaborar con un partido que sabemos cómo actúa en Andalucía, cuál es su argumentario y quiénes son sus amigos en otros países. Pero si el “simpatizante” de Vox además ha sido portavoz de Hogar Social Madrid, un grupo neonazi, y lo omites, lo que haces (lo que hicieron en Espejo Público, de Antena3) es gravísimo porque es colaboracionismo.

¿Quién le ha dado un problema a Rivera?

“¿Pero quién se lo ha puesto difícil? ¿El País con sus editoriales aduladores? ¿Los bancos financiándolos? ¿La patronal apoyando sus propuestas económicas? ¿Las encuestas inflando sus resultados? No hay nada más patético que un niñato pijo mimado intentado dotarse de épica”, tuitea Brais Romanino, y solo puedo darle la razón. Albert Rivera no ha tenido más problemas que los que él se ha buscado con dedazos dentro de su propio partido o con la foto junto a Abascal que debería perseguirle por Europa (aunque mi fe en Verhofstadt cada vez es menor, sinceramente).

Todavía colea el 11-M

Parece increíble que quince años después tengamos que escuchar versiones alternativas a unos hechos sobradamente probados, los del 11-M. Al parecer, lo de las fake-news (noticias que sabemos que son falsas pero que compartimos como verdaderas porque refuerzan nuestro punto de vista) no es nada nuevo. Si no lo atajamos, el verdadero problema, como tuitea Genko, vendrá después: “Esperad a que lleguen a adultos los que no lo vivieron”. Al ritmo que vamos, con unas redes sociales que devoran nuestro tiempo y la verdad, dentro de otros quince años vamos a sorprendernos y asquearnos mucho más.

¿Y por qué no también un consenso social?

Para ir frenando las mentiras y las fake-news (que contienen mentiras pero no son exactamente lo mismo), en la BBC han decidido prescindir en sus debates de personas que nieguen hechos con el suficiente consenso científico. Espero que no se quede en el detalle de no invitar a quienes aseguran que la tierra es plana, y dejen de contar también con los antivacunas. Y espero también que este paso sea copiado y extendido. Los consensos sociales también son importantes, y los derechos adquiridos, por ejemplo, por las mujeres o los emigrantes, no pueden ser discutidos por nadie.

No son profesionales ni de lo suyo

No sé cómo se llama la influencer que anuncia en un vídeo ridículamente una Coca-Cola y me da igual. También me daría igual que fuese una parodia, porque lo esencial es que los influencers, anunciando Coca-Cola o una prenda de una tienda de moda, son mayoritariamente ridículos. Así de sencillo. No avisan (salvo honrosas y muy pocas excepciones) de que están haciendo publicidad, de qué anuncian o recomiendan de verdad, y no son actrices ni lo intentan. Se escudan en una naturalidad impostada y en una profesión que no lo es, porque ser prescriptor es más viejo que el tebeo.