¡Salid y competid, carajo!

Me ha costado más que nunca enchufarme a una final del Athletic. Sé lo privilegiado que soy: disfruté al Athletic de Bielsa, he celebrado dos supercopas, y he visto varias finales de Copa y una de la Europa League. Pero también he vivido demasiadas derrotas, y en la última noté un chasquido en mi interior: algo se rompió y empecé a pensar que mi generación se quedaría sin ningún gran título. Pero hoy es otro día, es día de final de Copa y el hooligan que vive en mí ha tomado el control. Solo pido, o mejor, exijo a los jugadores que me representan en el campo que compitan. Toda mi familia estaremos con ellos desde casa.

El sueño de Carlos

Nos hemos perdido dos finales de Copa, pero lo más importante es que nos estamos perdiendo besos y abrazos de nuestros seres queridos. Sin embargo, Carlos tenía un sueño desde niño: ver a la selección española en Bilbao. Y como no va a poder hacerlo clama venganza (“lo van a pagar”) contra el Gobierno Vasco. No contra la pandemia, no contra quienes incumplen y propagan el virus, no contra una RFEF que estaba deseando sacar a “la roja” de Bilbao (y a lo rápido que han designado Sevilla y han puesto todas las facilidades me remito). ¿Quién mezcla ahora política, fútbol y violencia por unos retuits?

Así es

Cuba es un país saqueado y empobrecido por sus propios gobernantes durante los últimos 70 años. Quien se vea en la necesidad de justificar aquella dictadura que revise sus motivos. Sin embargo, este tuit del Granma es casi completamente cierto: “Que Cuba socialista hoy compita, en igualdad de condiciones, desde su ámbito de nación bloqueada y pobre, con los centros científicos del mundo, en el desarrollo de vacunas contra la primera pandemia global del siglo XXI, no es solo una hazaña científica, es una hazaña cultural”. Sus científicos la han creado contra la dictadura socialista y la del comercio. Esa es su verdadera grandeza.

Delegado del PSOE con sueldo del gobierno

Es lógico que a un virrey la invasión competencial le dé igual. La historia lo ratifica. No es menos cierto que el puesto de delegado del gobierno en Euskadi o Catalunya es uno de los más políticos dentro del organigrama gubernamental español. La historia reciente lo ratifica. Además, en los últimos meses hemos podido comprobar que Denis Itxaso cree que es mejor tuitero de lo que realmente es y que se lanza, sin pensarlo mucho, a por sus obsesiones: el PNV y el lehendakari. Por último, lo que hemos aprendido es que los delegados del gobierno pasan, con mayor o menor ridículo, y nada de su obra prevalece.

Cosmopaletismo

Me van a sobrar líneas para comentar esta noticia, porque el titular en El Plural lo tiene todo: “Ayuso cree que Madrid es diferente a las capitales de provincia ‘porque la gente va a museos y teatros’”. Claro que sí, guapi. Entonces, cuando dice eso de que Madrid es España y España es Madrid, ¿qué quiere decir? ¿O da todo igual y se trata de decir algo? Como ayer mismo, que nos regaló este otro titular en Vozpópuli: “Si no hubiera sido por el Gobierno yo ya tendría Madrid vacunada al 100%”. La que Iturgaiz pone en el Parlamento como modelo nos toma por tontos, es evidente, pero la que queda como una “cosmopaleta” es ella.

No quiero pensarlo, pero…

Cuando Jorge Bustos fue nombrado director de Opinión en El Mundo perdimos un gran cronista y columnista… Y ganamos un tuitero echado a perder y un responsable de sección que mantiene a Jiménez Losantos y Arcadi Espada. Pero Bustos sigue dejando ver su genialidad a fogonazos, como este resumen de lo que parece que realmente piensa Sánchez: “No legislé en las tres olas anteriores, voy a hacerlo con el 4-M a la vuelta de la esquina, Hulio. Que cada CC.AA. se busque la vida y cada TSJ se la bendiga. Pa qué gobernar si se puede prometer. Trabajar, dice mi añorado Pablo, es de cretinos”.

Otra crónica parlamentaria

Soy un cronista frustrado. Esa siempre fue mi aspiración en el periodismo: contar a mí manera lo que había pasado en un parlamento o un campo de fútbol o regatas. Pero no creo que llegue a conseguirlo. Por eso me fascinan los grandes cronistas, como fue Jorge Bustos, y los que no pretenden serlo pero lo consiguen, incluso en Twitter. Esta frase de Mr. Insustancial sobre lo que hemos visto esta semana en el Congreso y el Senado bien podría estar en las crónicas o los comentarios: “Mi preocupación es si Santiago Abascal sufre ahora de túnel carpiano por haber sostenido medio ladrillo durante casi 10 minutos”.

Minuto y resultado

No son pocos los cronistas políticos que saltan a la arena deportiva y al revés. En el fondo, ambas áreas se parecen tanto que también en política podemos hablar de minuto y resultado: “El Gobierno de Ayuso notifica el ‘fichaje’ de Albert Rivera en la Universidad que aprobó Derecho a Pablo Casado”, leemos en El Plural. El nombramiento, “como vocal del Patronato de la Fundación Universitaria Fray Francisco Jiménez de Cisneros”, adscrito a la UCM, fue ratificado por el consejero madrileño de Universidades, Eduardo Sicilia, cesado por Díaz Ayuso junto a Ignacio Aguado y el resto de los de Ciudadanos.

Qué drama

He leído dos veces la noticia y todavía sigo buscando la argucia estadística que permita explicarla: “En España hay 105.000 parados mayores de 45 años que no han trabajado nunca. El desempleo entre quienes nunca han tenido una ocupación crece tres veces más que la media nacional y afecta ya a 355.607 personas” (Vozpópuli). Si la explicación es puramente sociológica y, efectivamente, más de 100.000 personas mayores de 45 años no han logrado encontrar un empleo en su vida, el drama del paro en España es extraordinario y con tantas caras, todas trágicas, que la preocupación europea debería de ser aún mayor.

Yo también hablo de trombos

No tengo ni idea de vacunas más allá de lo que leo de lo mucho que se publica. Y entre los divulgadores científicos de los que me fío el consenso es bastante amplio: el número de trombos detectados entre quienes han recibido vacunas no son alarmantes. E incluso si hubiera una vinculación directa, el beneficio de la vacuna es mayor que el riesgo que plantea. Pero fue Alejandro Izaguirre quien, en Twitter, puso voz a mi pensamiento, mucho más mundano: “¿Y si al final tanto trombo viene de que la gente lleva un año apalancada en el sofá?”. Levantémonos y actuemos… En contra de quien nos quiera con miedo.

¿Otro mes sin gobierno?

La aventura independentista catalana tiene que salir bien. Por el independentismo, por la ciudadanía catalana y por las y los políticos que siguen presos o exiliados por ser independentistas (porque los delitos por los que se les condena serían de risa si no supusieran varios dramas personales y familiares). Pero es muy difícil sostener el modelo elegido por sus máximos representantes: “Aragonès aspira a ser president antes del fin del estado de alarma el 9 de mayo”, (El Nacional). Eso supone casi otro mes sin gobierno, sin decisiones importantes o sin una mayoría articulada en el Parlament. ¿Quién defiende esto?

Sí pero no

Comparto las críticas de muchos periodistas hacia el vídeo de Podemos que señala directamente a presentadores y periodistas que no siempre hablan bien de la formación morada. Pero también comparto la crítica de Podemos porque no todos esos comunicadores han buscado la verdad o el debate, sino el linchamiento. Ahora, a Podemos, y siempre, a los nacionalistas. Y aunque comparta esa crítica de los de Iglesias también tengo memoria y sé que en Podemos tienen mucho morro señalando a la prensa como el enemigo cuando ni el partido ni sus líderes serían nadie sin las tertulias televisivas.

¿Todo por Errejón?

Dice el aforismo que si parece que detrás de todo hay un plan lo más probable es que haya un plan. Y los pasos de Pablo Iglesias dibujan un plan: cuando era vicepresidente y diputado, su acercamiento a Bildu le permitía neutralizar el peso de los votos de los de Íñigo Errejón (y en Bildu se dejaban, claro). Y cuando se apartó de aquel foro para saltar a la arena autonómica madrileña lo primero que hizo fue un ofrecimiento capcioso precisamente a Más Madrid que impedía el crecimiento de esta fuerza política. No solo parece que haya un plan, es que parece que hay una obsesión. Sobre ello, César Calderón escribe muy bien en Vozpópuli.

¿Todo por la libertad?

Si Isabel Díaz Ayuso quiere actuar como Braveheart, allá ella. El problema sería que, realmente, se creyese la Braveheart española. Y lo preocupante es que con esta puesta en escena y el riesgo de que pueda tenerse a sí misma como una libertadora, Díaz Ayuso vaya a ganar las elecciones. Elías Gómez lo tuiteaba muy bien: “¿Qué respeto tienes por la inteligencia de tus posibles votantes cuando les pides el voto para derrotar al comunismo en unas elecciones autonómicas?”. Es cierto, “comunismo o libertad” es el lema electoral más ridículo que yo haya leído. No es menos cierto que si funciona tenemos que preguntarnos por qué.

¿Por qué?

“El 65% de la desinformación generada sobre la pandemia es atribuible a doce cuentas. La concentración mediática es más intensa aún si cabe en Facebook: allí esas doce cuentas suponen el 73% de la desinformación covid total” (Magnet). Esa es la conclusión de un estudio que una ONG británica ha remitido a varios fiscales en EE.UU. para que actúe contra canales que ya difundían bulos contra el cáncer, supuestos psiquiatras y líderes de opinión de grupos poblacionales muy importantes. ¿Por qué? En algunos casos hay vínculos directos con su modelo de negocio (venta de libros), en otros es más cuestionable.

Partido nacionalista español no madrileño

Supongo que se llamará “España Vaciada” y que algún partido intentará echarle el guante para coaligarse con este nuevo que anuncian en La Vanguardia. Se trata de una formación que quiere representar a esa España no solo vaciada, sino despreciada. Teruel Existe es el modelo: el sistema electoral español garantiza que haya representación de esa España olvidada (bien lo sabe Casado, cuyo origen político es Castilla) y esa puede ser la oportunidad del nuevo partido para que sus representantes no sean cuneros como Maroto sino representantes que defiendan sus intereses de verdad. Es decir, que hagan política.

Este es un temazo

El modo en el que las personas más jóvenes se relacionan con los medios de entretenimiento o información tradicionales es fascinante. En la generación que viene Internet sí ha provocado un claro cambio sobre sus hábitos de consumo y para ellos las teorías clásicas de la comunicación o las industrias culturales son otra cosa. Las primeras, historia. Las segundas, las que ellos mismos financian con suscripciones que los más mayores entendemos menos por el hábito y quienes las merecen. En Xataka dan una vuelta a un tema que merece muchísima atención, reflexión y acción para alfabetizarles en lo suyo, no en lo nuestro.

Pues no estoy de acuerdo con el New York Times…

Para los redactores del New York Times yo seré un columnista de un periódico de pueblo, así que mi opinión sobre su texto les importará poco. Y hacen bien. De hecho, no estoy del todo en desacuerdo: en el prestigioso periódico vaticinan que Manhattan no volverá a ser como antes, que el teletrabajo, aunque sea a modo parcial, va a mantenerse, y que difícilmente volverán todos los oficinistas a trabajar de continúo y coincidir. Yo creo que, simplemente, será cuestión de tiempo que todo vuelva a la normalidad. Y de un tiempo menor que el que esperamos, además. Volveremos a llenar las oficinas, los cafés y las tiendas.

¿Lo queremos así?

Espero que la vacuna termine con la pandemia y que la pandemia acabe con estos nuevos hábitos y horarios. Para lograrlo, todos tenemos que hacer una cesión de nuestra propia libertad, por decisión propia o ajena, es decir, de las autoridades. Y ser coherentes, claro: si nos dan libertad reclamamos restricciones y si nos dan restricciones reclamamos libertad. ¿O queremos el modelo australiano? “Las autoridades de Australia ordenaron este lunes el confinamiento durante tres días de unos 2,4 millones de habitantes de la ciudad de Brisbane, la tercera más poblada del país, tras acumular siete infecciones” (Vozpópuli).

China vuelve a ser proteccionista

“El mercado chino” se ha convertido en uno de los argumentos más repetidos para justificar cambios de producción, precios, horarios y hábitos. Pero al mercado chino, que solo es un eufemismo para referirse a la dictadura china, realmente, le da igual Occidente salvo para que nuestras empresas se implanten allí y generen trabajo y capacidad de gasto. Una capacidad de gasto que revertirá parcialmente en Occidente gracias a la globalización, es cierto, pero no tanto como nos (o les) vendían: amparándose en un boicot, el gobierno chino está relanzando internamente sus marcas propias para desplazar a gigantes como Nike o H&M (Magnet).

Llegan las vacunas… Y las vacunaciones

Después de un montón de frustración y unos cuantos chistes que ríen quienes aplauden el cuanto peor, la vacunación empieza a avanzar a buen ritmo por fin… Y porque hay vacunas, evidentemente. Desde la más alta instancia europea hasta el más normal ciudadano con los ojos abiertos conoce el ninguneo de las farmacéuticas y sabe que es un error politizar una cuestión tan sensible desde el gobierno (Ayuso) o la oposición (Ubera, Hernández o Garrido). Por otro lado, el ministerio encargado del reparto no ha ayudado mucho con el baile de cifras e incluso su ocultación cuando faltaban dosis comprometidas.

Lo que tuvimos que aguantar…

ETA fue quien mejor apuntaló el régimen del 78, como lo llama ahora Otegi, imitando a Pablo Iglesias. Nada como la banda terrorista sirvió para tapar la existencia de quienes hoy votan a Vox o de socialistas que no se hacían del PP por el que dirán. En Euskadi tuvimos que aguantar que muchos interesados y unos cuantos tontos nos dieran lecciones. Hoy, sin el manto de ETA, a todos se les ven las costuras: Isabel San Sebastián, que hace años parecía una premio Pulitzer, hoy no pasa de ser portada en Periodista Digital por acusar a Irene Montero de ser ministra por acostarse con Pablo Iglesias. Ese es y fue siempre el nivel.

Stop al facha

“Defiende el Ramiro, odia a la ultraderecha”, ese es el lema que la asamblea de estudiantes del Instituto Ramiro de Maeztu ha lanzado para rechazar la presencia de Ortega-Smith en sus instalaciones. Incluso con todo lo que me aleja de esas asambleas que tan bien conocí cuando era estudiante en la CAV, el rechazo a la fachada me une a ellos por completo. Leía esta noticia en Público poco antes de saber que Díaz Ayuso había vetado la charla de la ministra Montero en otro instituto para no ideologizar al alumnado. De una ministra, sí. Vamos, que en Madrid la cosa está clara: la extrema derecha puede hacer lo que el gobierno no.

Cantaban el “cara al sol”

“Han venido unas señoras cantando el Cara al Sol y han agredido a una señora”. Cuando Vozpópuli publica una noticia en la que esta declaración está en el octavo párrafo sabe que no relega una anécdota, sino la noticia: unas fachas fueron a reventar una manifestación feminista y lo lograron provocando altercados que son más relevantes que la motivación política. Y no debería de ser así: los empujones a las fascistas son consecuencia lógica de una agresión, la de entonar una canción del régimen. Y que la extrema derecha mandara a unas viejas a modo de comando femenino tampoco es casual.

Libertad de acción

Quien lea este periódico habitualmente puede disfrutar casi a diario del trabajo de José Mari Martínez y el resto de fotógrafos del Grupo Noticias. Pero Twitter tiene una dimensión especial y que Jon Larrauri haya subido una fotaza de Martínez, el fotógrafo agredido en la manifestación de Bilbao de apoyo a Pablo Hasél, importa: así no solo las y los lectores pueden apreciar su labor, esta vez, durante el último partido del Bilbao Basket. Este es el trabajo de Martínez, su arte, su modo de expresión, ese que el agresor decía defender a hostia limpia con un profesional y vandalizando Bilbao. Que quede claro.