Qué cutre

Empieza la campaña… Y empiezan las ideas que sobre el papel parecen brillantes pero que en su ejecución generan melancolía propia y vergüenza ajena. La del equipo de Miren Gorrotxategi es una de esas: ¡que resuma nuestro programa en un taxi en un minuto y medio! Podía sonar muy bien pero la realidad es que suena mal: parece que a la de Podemos le han subido la velocidad, como en los audios de WhastApp, y el vídeo resulta cutre. Un epílogo para una candidatura que puede disolverse como un azucarillo, que no ha sabido distinguir entre su rival político y su rival electoral, y que solo ha sabido mantenerse sobre olas buenas.

¿No sabe o no quiere saber?

Si algo demuestran los últimos coletazos de Podemos en Euskadi y en España es que saben de política mucho, pero mucho, mucho menos de lo que parecía. La ignorancia, no obstante, está muy bien repartida en política: Esther Martínez usaba negritas y todo para destacar que en Euskadi no había bajado el paro como en el resto de comunidades por la Semana Santa. Es decir: estamos hablando de la comunidad que menos depende del empleo estacional y la portavoz del PP en Bilbao prefiere hacer como que no se entera y poner el grito en el cielo, con emoticonos de exclamaciones. No hay mayor ignorante que la que no quiere saber.

Con dinero público

No puedes ser el chulo del patio y, al volver a clase, el que se chiva a la profesora de los niños que le insultan. Pues eso es lo que pretende ser Oscar Puente, que ahora “publica una primera lista de insultos elaborada por su equipo del Ministerio” (The Objective). Cuando escribes tienes que estar dispuesto a leer. Eso es de primero de polemista en Twitter, que es a lo que juaga Puente desde su escaño y su despacho. Pero el que mejor el dio la réplica fue Carlos Alsina: ¿en qué beneficia a la ciudadanía saber quién insulta al ministro español de Transportes que paga con dinero público la recopilación de chivatazos?

¿Un piquito, Luis?

“La Guardia Civil apunta que la trama de Rubiales cobró 530.000 euros en comisiones por los contratos a la constructora de La Cartuja”. Este es el sorprendente titular en El Periódico de España. Yo sí me sigo asustando, lo confieso, ante la facilidad con la que alguien habría podido llenarse largamente los bolsillos, incluso con cierta protección política. Y no hablamos de una persona que no tenía nada, eh, que el presidente de la RFEF vive bien (y así tiene que ser). Me temo que, además, no será la única sorpresa que nos llevemos, y que aquel que dio un beso a una jugadora y luego mintió y coaccionó, tenía motivos para sentirse impune.

Sí, es necesario

Sí, es necesario que Israel haya asesinado a siete cooperantes de la ONG del chef José Andrés, además de las más de 30.000 anteriores, según El Diario, por ejemplo, para que exista ese “punto de inflexión en la guerra en Gaza”, que describen en El Independiente. Sí, es triste pero el mundo funciona de la manera que vemos: las y los gazatíes son solo números, pero si nos tocan a un occidental que ha ido allá, lejos, a echar una mano, la cosa cambia. Y lo importante es que cambie más pronto que tarde, mejor con 30.007 persas asesinadas que con 70.003. Netanyahu y su gobierno son insostenibles y así debe actuar la comunidad internacional.

Pues la Educación vasca no va tan mal…

En el país en el que todo se soluciona de la misma manera: huelga, manifestación y “PNV, cabrón”, parece que las cosas no van tan mal. “Vascos y navarros, los únicos que ven hoy mejor la Educación y madrileños y catalanes, quienes más confían en la privada”, leemos en El Independiente, en el que todavía tienen pendiente, valga la rima fácil, el cursillo de lenguaje inclusivo. De género y de país. Así, la Educación, ese sector en el que la demanda va a sufrir una contracción histórica y global, en Euskadi (Nafarroa, incluida) genera más percepción de confianza que en otros lugares, sin depender del nivel de la privada.

El ejemplo de las oportunidades

El periodista Andros Lozano, autor de ‘Costo’, una “guía por la historia y el funcionamiento del narcotráfico en el sur de España”, según El Plural, tiene claro cuál es el ejemplo que puede poner de bienestar: “No lo podemos achacar simplemente a la falta de oportunidades, o a la falta de desarrollo socioeconómico en algunas zonas de determinadas poblaciones, porque nos estaríamos engañando a nosotros mismos. Si el País Vasco estuviera en Cádiz, los vascos serían narcotraficantes y se montarían en lanchas”. Referencias laterales como esta, que no parecen ni siquiera importantes, son las que desmontan argumentarios fatalistas con sencillez.

Así les van las cosas

El fatalismo, qué elocuente, solo le ha venido bien a Bildu y, además, exageradamente bien. Lo pensé cuando vi el tuit en la cuenta de EITB Noticias, que recogían este titular de Miren Gorrotxategi en Radio Euskadi: “Elkarrekin Podemos apoyará al candidato de EH Bildu a lehendakari, Pello Otxandiano, ‘si los números dan’”. ¿Qué números? Podemos puede ser una fuerza extraparlamentaria a partir del 21-A. Es una probabilidad real. ¿Qué números?, insisto. ¿Qué tipo de inteligencia y perspicacia política les ha llevado a la irrelevancia mientras Bildu, a quien además aseguran que apoyarán, sigue comiéndoles el electorado?

Lo que no necesitamos

Las vascas y los vascos no necesitamos que nos digan qué está bien y qué está mal, qué puede mejorar (todo, evidentemente) y quién está mejor que nosotras y nosotros (pocas y pocos, esa es la verdad). Las vascas y los vascos no necesitamos tutelas ni que nos digan cómo hay que renombrar nuestra selección (que ya tienen nombre y es histórico: Euskadi), ni que nos organicen un “día de lucha” en la jornada en la que vamos a enfrentarnos a Uruguay en fecha FIFA, ni que nos condicionen con que mi país para ser libre tiene que ser socialista. Mensajes ultras con estética ultra y relato ultra, eso es justo lo que no necesitamos.

Esto, tampoco

Ya sé que han pasado varios días de esto que escribió Iker Fernández en El Desmarque, pero el tuit de ayer, en el que el Athletic felicitaba el Ramadán a la comunidad musulmana, lo ha puesto otra vez de actualidad: “El fichaje de Djaló, un detector de racistas, metemierdas e ignorantes de la Filosofía Athletic”. Admite el periodista de Radio Nervión, que lleva informando sobre la actualidad del Athletic alguna década ya: “Sé que es luchar contra molinos de viento”, recuerda que “a algunos también hay que darles lecciones de geografía” y sentencia con tino que “negar a Djaló es negar la esencia intrínseca de la filosofía rojiblanca”.

El machirulo al que la sororidad oficial sí acepta

Pablo Iglesias es implacable con el mahirulismo ajeno pero nadie en Podemos es capaz de ver la viga en el ojo propio. No hace falta remontarnos a cuando el entonces líder nominal del partido regresó de su permiso de paternidad con un “vuelve” en un cartel en el que el “el” central estaba destacado. Solo hay que ver el día a día, cómo Irene Montero y Ione Belarra, las que marcan los límites de la sororidad oficial, esperan al argumentario que Iglesias firma en La Base para opinar ellas después, cómo Iglesias es el que marca paso, ritmo y función desde cualquier lugar mientras sopla su dedo índice después de señalar con él a modo de pistola.

Importa el tuit

Que la mano con la que sujetas el iPhone y tuiteas no se entera de lo que hace tu otra mano, ese parece que es el principio político para muchas y muchos hoy. Es el de Pablo Iglesias y es el de quienes le siguen, como Miren Gorrotxategi, que se afana en explicar en Twitter la posición de los partidos que en el parlamento de la CAV no han apoyado su iniciativa para retirar la pensión a Ricardo García Damborenea, pero en su largo hilo olvida lo que le apunta Mosturotz: “Lo que deberíais hacer es abrir este debate en el Congreso, que es el Estado español quien da esta pensión a García Damborenea, estando Podemos en el Gobierno”.

Indecente

Provocar en Twitter es feo, buscar una respuesta, una discusión, una bronca, en definitiva, te retrata como un macarra de conflictos a distancia. Pero cuando lo hace la presidenta de una comunidad, una representante de la ciudadanía, estamos hablando de una indecencia. Eso es el tuit de Díaz Ayuso solo unas horas antes de la manifestación contra sus políticas sanitarias, tergiversando una intervención en los Goya: “Agradezco a la viuda de Carlos Saura, Eulalia Ramón, el homenaje que ha hecho a la sanidad madrileña, encarnada esta noche en el Hospital de Villalba. Todos creemos en nuestra Sanidad, trabajamos por la mejor”.

Lo que nos faltaba

Todas y todos lo notamos, pero no es extraño que una persona que trabaje en la Ertzaintza, alguna policía municipal o urgencias sanitarias, lo corrobore con cierta preocupación: después del confinamiento hay más comportamientos extraños y agresivos. Lo único que nos faltaba es lo que nos ha traído el soniquete de la inseguridad que entonan Vox, PP y, ahora, Bildu, y que podemos leer en Vozpópuli: “Un arma en casa: el método antiokupas que ampara la ley y crece un 38% en España. En 2022, la concesión de licencias aumentó en un tercio”. “En caso de ocupación, si posees un arma, la Guardia Civil puede entrar de inmediato a desalojar”.

Musk sabrá

No tengo mucho que añadir al tuit de Ángel Jiménez: “No sé qué marca en su sano juicio pagará 1.000 dólares al mes por la verificación y 50 más por cada cuenta asociada. Medios de comunicación, tal vez, pero prácticamente ninguna empresa de tamaño medio o pequeño por descontado”. Algunos rumores apuntan a que esa puede ser la apuesta comercial de Musk para levantar los ingresos en su red social de 44.000 millones: pagar por tuitear. Y si eres una marca con acceso a extras (vídeos de una duración superior a 2’20”, por ejemplo), pagar mucho más. ¿Logrará su objetivo? De momento, sí, porque seguimos en Twitter.

«Del PP de Feijóo»

Al final, PP y PSOE sí llegaron a un acuerdo para renovar, por fin, el CGPJ. Lo firmaron Pablo Casado y Félix Bolaños, pero ahora los de la gaviota se desentienden: “No es el del PP de Feijóo” (El Independiente), zanja Esteban González Pons. Pero en vez de cerrar el tema lo abre: ¿qué es propio, entonces, del PP de Feijóo? ¿Qué podemos esperar del gallego y sus portavoces? ¿Que no cumplan lo firmado? ¿Que se desentienden de lo negociado y pactado por su propio partido? ¿Que prefieren la inacción y la perpetuación de un CGPJ que les gusta tal y como está, en vez del avance y la modernización? Pues nada, tomamos nota.

No tocaba

Ser nacionalista en un país sin estado que lo reconozca no es fácil. A veces te sientes como un marciano en tu propia casa. Continuamente eres atacado por los nacionalistas que sí tienen un estado como España. Pero lo peor, sin duda, son los que también se autoproclaman nacionalistas pero no hacen nada por construir país. En Euskadi, por desgracia, los hemos sufrido con armas y ahora con agresividad y desprecio. Y en Catalunya los sufren con errores garrafales que no reconocen y, por extensión, no corrigen. El boicot al minuto de silencio por los atentados en Barcelona es injustificable. Y punto.

En Euskadi siguen intentándolo

El cortejo de Podemos a Bildu en España y la CAV es totalmente legítimo. Igual que lo son los guiños de las y los morados y las y los de Otegi al PSE. Otra cosa es que estratégicamente Podemos esté equivocándose al regalar tanto terreno a su principal competidor por el caladero de votos. Pero lo más significativo es que toda la operación dependa de un cambio de rumbo que ahora decidiría Eneko Andueza, al que ya hemos visto ejercer de veleta, que el objetivo sea “desalojar al PNV del poder” (Vozpópuli) aunque gane las elecciones, y que el movimiento tractor sea el rechazo visceral de Gorrotxategi y Garrido al partido nacionalista.

¿Qué resta?

Fui al colegio de los hermanos menesianos en Portugalete pero he sido muy mal católico toda mi vida. Lo único que me quedó claro de aquella educación salpicada de oraciones y fotos de atardeceres con mensajes es que la religión no quita ni resta nada. Así que cuando veo a los jugadores del Athletic en la basílica de Begoña al principio de la temporada o a cualquier alcalde o alcaldesa con un colgante de cofrade, no me molesta. Seré raro. O viejo. O las dos cosas. Y porque lo soy creo que deberíamos de naturalizar que partidos como Más Madrid, tan de izquierdas que se escoran, participen de los actos religiosos de la Paloma, por ejemplo.

Zorionak, Asier!

No veo atletismo, así que no tengo ni idea de cómo explicar la carrera que ganó Asier Martínez. Solo sé que hasta en diferido y conociendo el resultado (campeón de Europa) me pareció emocionante. Estas líneas son solo de reconocimiento al trabajo de un vasco que ha conseguido un éxito inapelable y que ha puesto su territorio, Nafarroa, en el mapa. Y al reconocimiento también de eso que nos dan deportes como el suyo: la emoción y las vibraciones ante la superación, el esfuerzo y las ganas. Todo en 13 segundos y 14 milésimas, aparentemente, y el tiempo de suspense hasta que la foto finish resolvió la duda.

No, no es momento de austeridad

Salvo los injustificables casos de gobiernos como el madrileño o el andaluz, reconozco que mi posición desde que empezó el confinamiento ha sido de defensa de las instituciones. Los responsables políticos también han estado un montón de días seguidos trabajando de sol a sol para averiguar cómo salíamos de esta. Y aunque a veces me ha costado he intentado creer siempre en su buena fe y sus palabras. Así que, si Pedro Azpiazu (que no ha dado a nadie nunca un motivo para no fiarse de él) dice que no habrá recortes, de saque, me lo creeré. Los sindicatos vascos, de momento, acumulan muchas más manipulaciones.

Si tomas el camino más largo…

Podemos Euskadi ha decidido tomar el camino más largo: pedir al Parlamento Vasco que reclame al gobierno español la retirada de los títulos de “rey emérito” y “majestad” a Juan Carlos I. Y digo yo: ¿no sería más fácil que Miren Gorrotxategi mande un mensaje vía WhatsApp a Pablo Iglesias, vicepresidente del gobierno y líder de su propio partido? ¿O lo que quiere Podemos Euskadi es sacarse una foto en Gasteiz y, sobre todo, que tomando todas las vías indirectas seguramente nunca se lleva nada a cabo? En cualquier caso, no deja de sorprenderme que haya partidos que nunca tienen responsabilidades.

Pues, sí, miren

La Fundación Francisco Franco ha dicho algo cierto. Solo eso ya debería de ser noticia. Pero lo mejor es lo que ha dicho: “Su presidente, el general de división retirado Juan Chicharro Ortega, ha difundido un texto en el que denuncia una campaña contra la Jefatura de Estado. Una Jefatura de Estado, recuerda, que es precisamente ‘obra’ del dictador al que Chicharro venera” (Público). En el mismo texto, se pregunta y se responde: “¿Acaso no es la monarquía obra de Franco? (…) Si no hubiera sido por Franco no estaría Vuestra Majestad en el trono”. Chicharro fue “ayudante de campo del rey Juan Carlos I”, por cierto.

A tope con Alexandra Elbakyan

Si hay un sector que merece una investigación periodística, cuando menos, es el de las publicaciones científicas. Las aberraciones que editoriales y revistas hacen en nombre de la difusión del conocimiento que, en muchas ocasiones, ya pagamos vía universidad o centros públicos, son flagrantes y numerosas. Así que iniciativas como la de Alexandra Elbakyan, que recuperan en Xataka, merecen todo mi apoyo: la investigadora kazaja decidió crear un repositorio on-line de publicaciones científicas sin control editorial, lo que suponía violentar el negocio de las empresas. ¿Qué es más ético cuando se trata de ciencia?

¿Volverá la mula al trigo?

Hace años, un buen amigo me dijo: “En el Athletic lo que sobra es gente”, y desde entonces solo he podido darle la razón. Se fueron Kepa y Remiro, y tenemos a Simón en la portería. Y si leen habitualmente esta columna ya saben lo que deseo al que se marcha: intrascendencia. Nosotros, a lo nuestro, a producir jugadores o a convencerlos para que vengan. Precisamente por todo lo anterior no quiero a Llorente en el Athletic otra vez. Como bien tuiteaba Aitor Martínez: su alargada sombra nos ha dañado en exceso. Se fue, OK, que nos deje en paz. Pero me temo que en diciembre volveremos a hablar de él.