Lo segundo peor que nos podía pasar

Pedro Sánchez es lo segundo peor que nos podía pasar. Lo peor, evidentemente, es un gobierno del PP con Vox. Por eso hemos llegado a este punto y Pedro Sánchez va a ser elegido hoy presidente del gobierno de España aunque todas y todos sabemos que es un político kamikaze, que no cumple su palabra, que es cortoplacista hasta el cabreo, que es capaz de negar la amnistía para firmarla después (por suerte), y pasar de puntillas en su discurso sobre los elementos cruciales que le van a permitir seguir gobernando. Nada importa. Y así tiene que ser: nada debe de importarnos para parar, lo primero, a la fascistada.

Ya, pero va con Vox

Alberto Núñez Feijóo hizo un buen discurso: fue duro y, al mismo tiempo, supo sacar brillo a su retranca. Fue lacerante y certero, y hábil señalando las contradicciones de Pedro Sánchez. Pero se equivocó al negar a Vox: no podemos tener en cuenta nada de lo que diga el presidente del PP sin tener en cuenta, precisamente, que él mismo, en persona, ha abierto la puerta de todos los gobiernos en los que daba la suma a la ultraderecha. Desmontar a Núñez Feijóo, incluso a un Núñez Feijóo bueno, como el de ayer, es tan fácil como señalar a Santiago Abascal. Por cierto, él verá, pero resulta mejor líder de la oposición que candidato a presidente.

Un tuit desafortunado

Fue mejor Núñez Feijóo con la palabra que en Twitter, donde avisaba antes del debate: “Daremos de nuevo voz a una mayoría de españoles que no negocian su futuro en Bruselas”. ¿“Bruselas” como metonimia de “Puigdemont”? ¿En serio? ¿No tenemos todos a la capital belga como sinónimo de la Unión Europea? Y para sublimar el lío, el PP mete en la foto a un eurodiputado, Esteban González Pons. Todo induce a la confusión en el tuit, y todo induce a la confusión en este PP. Puede ponerse Núñez Feijóo como quiera: el problema con las y los socios elegidos lo tiene él mucho más que Pedro Sánchez.

No es menos cierto…

Escuché el discurso de Pedro Sánchez ayer con un ojo en Twitter o ‘X’. Este ejercicio era trepidante antes, y ahora aporta poco salvo algunos mensajes interesantes, como este del periodista Vicente Ruiz: “Amnistía para salvar el mundo de la emergencia climática y para que vuelva la paz a Gaza”. Parar al PP y a Vox es una obligación de toda persona de bien, pero no significa que Sánchez me guste en fondo o formas. No me gustó el modo en el que eludió cuestiones como la amnistía y tiró, especialmente al principio, de grandes temas, ni cómo anunció iniciativas de marketing social cuya concreción tendrá que negociar grupo a grupo.

Las cifras

Vuelvo al principio: vamos a sufrir un gobierno español de bandazos y frágil a cambio de parar uno de la derecha rancia y la extrema derecha renovada. Correcto. Así tiene que ser. Además de esto, lo que es innegable, incluso confesando que Pedro Sánchez me gusta entre poco y nada, es lo que el líder del PSOE ha conseguido: “Los partidos que investirán a Sánchez suman más votos en las urnas que los que hicieron presidentes a Rajoy, Aznar, González y Suárez” (Público). Y en el número de diputados y diputadas que le apoyan, también es el que más suma, con sus 179 síes en el Congreso, como recordaba Iván Redondo en La Vanguardia.

¿Y qué hacemos con ellos?

Don Mitxel es un clásico entre los tuiteros vascos y esta semana ha estado especialmente sembrado con tuits como este: “Qué tiempos estos de incertidumbre, donde no sabe uno si hacer caso a la ciencia o al tonto del pueblo”. No se me ocurre una manera mejor de resumir en una píldora el momento que nos está tocando vivir, en el que competimos, especialmente desde los medios de comunicación, con quien logra desinformar desde perfiles que deberían de generar desconfianza a quien se cruce con ellos. Pero no lo hacen, al contrario: hemos generado una sociedad que se fía de cualquiera.

Mariano Rajoy dio la talla

En su comparecencia en el Congreso de esta semana Mariano Rajoy dio la talla. La suya: no ha perdido su retranca ni su capacidad para que parezca, no que no se entere de nada, sino que nada fue con él. Por negar, negó hasta que su partido fuera condenado por lucrarse de prácticas corruptas, siempre con su estilo propio. El mismo que le sirvió para poner en evidencia la baja altura política de representantes como Macarena Olona, aunque también chuleó como si no pretendiese hacerlo a Gabriel Rufián. Y si no fuera porque estaba en el centro de aquel PP pestilente, uno hasta echa de menos a políticos como él.

Porque los nuevos referentes…

Y uno echa de menos a políticos como Rajoy, incluso aunque presidiese aquel PP de los sobre de Bárcenas, especialmente cuando lee a los que se suponen que son los nuevos referentes: “A la mayoría de los españoles les va bien en su bolsillo, pero creen que la economía va fatal. ¿Cómo es posible? Pues porque tenemos a los grandes medios y a economistas de derechas inventándose que todo va mal sólo para desgastar al gobierno de izquierdas”. ¿Cuándo miente Eduardo Garzón, cuando tira del “España va bien” para defender a este gobierno español o cuando dice que todo está fatal para atacar a cualquier otro?

¡Venga ya!

Me sorprende la fascinación que generan personajes como Elon Musk, con evidentes rasgos de sociopatía y que se han hecho millonarios como trileros de mucha monta. Lo que no me esperaba es que la revista Time le llevara a su portada como “persona del año”. ¿En serio? ¡Pero si Tesla vende su cuota de contaminación! ¡Pero si cada viaje al espacio por marketing resulta supercontaminante! ¡Pero si es un latiguero con sus trabajadores! ¡Pero si ha mentido este mismo año anunciando un robot imposible y lo ha hecho esta misma semana sobre su carrera espacial: “Me sorprendería si no aterrizamos en Marte dentro de cinco años” (Xataka)!

¿Qué ha pasado con Iván Redondo?

Esta semana me ha sorprendido para bien un reportaje en El Periódico de España sobre Iván Redondo y la teoría sobre cómo uno de los hombres más poderosos del gobierno central ha caído en desgracia, convirtiéndose casi en una caricatura. La hipótesis principal es la frustración mal gestionada que le generó saber que Félix Bolaños ocuparía el ministerio con el que contaba para sí y su equipo. Eso explicaría, según ese diario, sus intervenciones públicas (que le estarían cerrando las puertas de las empresas) y su insistencia en que Yolanda Díaz puede ser la próxima presidenta española, despreciando a Pedro Sánchez.

Lo diremos siempre que sea necesario

Es retorcido pero es real: repetir constantemente que batimos el récord pagando la luz más cara de la historia acaba por generar un efecto aturdidor que hace que dejemos de darnos cuenta del atraco y beneficia a las empresas que nos apuntan con la pistola mientras nos piden la cartera. Y aunque conozco el riesgo me resisto a pasar la oportunidad de recordarnos que nos están sangrando con el precio de la luz, que quienes se dicen ecologistas nos impiden explorar otras vías de abastecimiento más próximas y que las eléctricas ganan en bolsa, en lo que facturan y en chulería, cada día, un poco más.

Un escandalazo. Otro más

Tampoco puedo permitir que pase desapercibido el escandalazo monumental que ha originado “la magistrada María Cristina Díaz, ex alto cargo del PP”, que “exige que elDiario.es facilite a los Franco el nombre de la fuente que filtró la lista de tesoros de Meirás”. La gravedad de los hechos no puede ser mayor: la jueza quiere que el digital facilite la fuente de una información después de que los herederos de la fortuna del dictador se querellase contra la funcionaria a la que acusan de filtrar el listado de bienes. Para terminar, resulta llamativo que “la Fiscalía ha pedido el archivo de la causa pero la magistrada quiere seguir adelante”.

En efecto, no es gratis

Antonio Cartier da en el centro de la diana cuando recuerda en Twitter que Isabel Díaz Ayuso, además de pronunciar una aberración clasista, ha mentido: la educación no es gratis, la pagamos entre todas y todos los que estamos al día de nuestros impuestos. Y para que más niñas y niños puedan acceder a ella es necesario que se recaude más, por lo que bajar tasas si algo genera es pobreza colectiva, más allá del anuncio afortunado en campaña. Así, la presidenta de la Comunidad de Madrid se cubrió de lo que no es gloria con su intervención ante la Asamblea, en la que, una vez más, defendió a los de su clase.

Qué circo

La política es apasionante y muchas de las personas que se dedican a ella son realmente interesantes: mentes brillantes, hábiles, con reflejos, ideas y pensamiento lateral. Y luego está, por lo que parece, Iván Redondo, que no deja de mostrar que como consultor ha estado sobrevalorado. Si fuera uno de los buenos hoy no estaría exhibiéndose sin ruborizarse, dudando de la valía de su mejor cliente mientras asegura serle leal, y comprometiendo a miembros del gobierno para el que trabajó. Ante esto, Sánchez, en su entrevista a LaSexta, ha decidido negar una relación actual con quien presumía de ser su asesor de cabecera.

¿Demasiado deseada?

Yolanda Díaz sabe que es la política de moda en la izquierda española, a la que todo el mundo mira para liderar una alternativa más progresista que la del PSOE: las y los suyos y quienes harán campañas contra ella. En Podemos ya han anunciado que están dispuestos a reducir su marca para agrandar la figura de la vicepresidenta, e incluso las y los de Más País podrían reencontrarse con sus excompañeras y excompañeros. Ahora, el gran riesgo para Díaz es el de pasarse de frenada, el de emborracharse de deseo y poder, el de ser una elegida tan perfecta que incluso genere rechazo. Feliz problema, por otra parte.

Qué irresponsable

Teodoro García Egea ha decidido compartir en Twitter una viñeta de José Manuel Puebla en Abc. En ella se ve a Pedro Sánchez robando la cartera a un padre para dar al hijo unos billetes después. La madre, una simple espectadora de la historia. Según el número dos del PP, esta ilustración representa los “Presupuestos Generales del Estado. Gobierno de España”. Dicho de otro modo: uno que aspira a gobernar (junto a Vox) considera que los impuestos son un robo y que la juventud no tiene derecho a beneficiarse del reparto del dinero de todas y todos. Como muestra de irresponsabilidad parece sustanciosa y suficiente.

Es “su” fiesta y es “su” nación

Después de ver los abucheos a Pedro Sánchez durante el desfile militar con el que en España celebran su día nacional (luego señalarán a Corea del Norte), Nacho Corredor tuiteaba: “Si el día de la Fiesta nacional se convierte en una manifestación de reaccionarios es normal que los demás nos sintamos excluidos de su idea de España”. Y eso, sin entrar a valorar los aplausos que dedican al hijo de Juan Carlos I y a la cabra de la Legión los mismos que insultan. Hablando de responsabilidad, lo lógico sería reclamarla a quienes montan estos saraos para que en ellos se refuerce la democracia y no todo lo contrario.

Díaz Ayuso, la estrella del rock

Isabel Díaz Ayuso también gozó del favor del público durante el desfile de las fuerzas armadas al estilo norcoreano en Madrid. También lo hizo en Las Ventas, donde vio y apoyó una corrida de toros. Y por supuesto, lo hizo en las redes: a Miguel Muñoz, periodista de Público, le llamó la atención una foto de la presidenta de la Comunidad perfectamente iluminada por el sol y perfilada, hablando con José Luis Martínez-Almeida que queda en sombra y empequeñecido. Esa foto fue una de las elegidas por los community managers de Díaz Ayuso para ilustrar la jornada… Y para ilustrar, de paso, ciertas intenciones.

Son iguales que las y los anteriores

No discuto la valía de Isa Serra, Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer para incorporarse al ministerio español de Igualdad. No discuto lo necesario que es fortalecer ese ministerio y ampliar las áreas de trabajo. No discuto que la ministra Montero quiera rodearse de personas a las que ya conoce y en quienes confía. No discuto ahora nada de eso como no lo he discutido nunca. Del mismo modo, siempre he discutido que funcionarios o técnicos pueden suplir a personas de confianza y experiencia en gestión. Y siempre he discutido que Montero, Serra, Sánchez o Mayer, y quienes les precedieron, sean o fueran “casta”.

Y sale Redondo

Defendí a Iván Redondo tras ver su entrevista a Jordi Évole porque pensé que visibilizar la labor del consultor era necesario. Pero ni Redondo ni cualquier otro consultor (y los ha habido antes de él como los hay y los habrá) puede permitirse el lujo de pasar al primer plano informativo u opinativo… A menos que decida dedicarse a ello profesionalmente y perder su crédito como persona de confianza. Si ese es el camino que ha elegido Redondo, allá él, pero no es compatible con el que ha recorrido junto a Sánchez, a quien, además, pone ahora en duda en beneficio de Yolanda Díaz (que puede que le haya contratado) en Espejo Público.

Pinchan el balón

Lo insinuaron y lo han hecho: con los precios de la luz por las nubes las empresas productoras han decidido dejar “fuera del mercado eléctrico” energías limpias y baratas como la fotovoltaica y la eólica. Para chulo, su pirulo. Esto no es un órdago y aunque la medida sea “perfectamente legal” también es perfectamente criticable como un chantaje y secuestro de recursos en su propio beneficio: las eléctricas, a las que gobiernos del PSOE y el PP han consentido como a hijos malcriados, no van a renunciar a su pastel y les importan poco o nada las consecuencias sobre las personas. Los entrecomillados son de El Economista.

Carmona se ha dejado manipular

No niego ni por un segundo la valía profesional de Carmona para ser nombrado vicepresidente de Iberdrola. Pero dados los últimos acontecimientos cualquiera podría pensar que quien fuera diputado en la Asamblea de Madrid por el PSOE (y habitual de los micrófonos en representación de la pata rancia del socialismo) se ha dejado utilizar a cambio de un buen puesto. Es como si Iberdrola hubiera decidido colocar justo ahora a un ex del partido del presidente español para enfangar aún más la refriega entre eléctricas y gobierno del Estado, y demostrar, una vez más, su capacidad para hacer lo que les da la gana.

Hablemos de Iván Redondo

No me ha parecido tan criticable la entrevista que Iván Redondo ha concedido a Jordi Évole. El exjefe de gabinete de Pedro Sánchez fue muy esquivo en algunas respuestas y un poco engolado en otras pero, en general, solo hizo lo que siempre ha anunciado: defender y proteger su trabajo y a quien le llamo para hacerlo. No estoy de acuerdo con él en mucho de lo que dijo y, deliberadamente, no fue muy hábil mintiendo u ocultando detalles: prefirió dejar claro que él es un pretoriano de Sánchez (que no del PSOE). Eso es cuestión de estilo, pero dejar claro que los asesores políticos hacen su trabajo es casi una necesidad.

Casado se equivoca de momento

Pablo Casado ha decidido dejar claro que su modelo de hacer política es copiar a José María Aznar. Nunca lo ocultó, realmente, pero ahora lo ha dejado casi por escrito: su intención es convertir al PP en el partido de derechas español, de todas las derechas, desde los liberales hasta los más rancios. Es decir, su intención es hacer lo que hizo Aznar… Pero en un momento diferente, lo que lo cambia todo: ahora la extrema derecha sí tiene quien la represente y lo hace en unos términos que Casado nunca podrá abarcar si quiere mantener cierto contacto con el centro. La ambición le ha empujado a la estrategia. Veremos si se equivoca.

Primer aviso

La caída de Smart Life, una aplicación que permite centralizar diferentes servicios (como Alexa) y la domótica de tu casa, ha sufrido una caída durante el fin de semana, de modo que ejercer ese control desde el móvil resultaba dificultoso. Realmente, no es la primera vez que sucede algo así ni parece especialmente grave, pero sirve para recodarnos el peligro al que nos exponemos si fiamos a una empresa la gestión de los elementos que necesitamos para el día a día y que, a la vez, buscan conocer todos nuestros hábitos para vender esos datos a marcas que quieren mejorar sus productos. El control de nuestra vida tiene que seguir siendo nuestro.