Un win-win de libro

No me cabe duda de que la “E” serpenteante justo antes de las letras “T” y “A” de “aldaketa” en el cartel de Otxandiano está puesta con toda la intención (además, son las únicas que se unen): Bildu demuestra que es una opción atractiva incluso con ese guiño perverso donde más se ve. Y un fascista siempre enseña la bandera, no lo olvidemos. Pero su señuelo necesitaba a un tonto útil, en este caso, una tonta útil, que picara y, de paso, victimizase a quienes se ríen de nosotras y nosotros. Y esa tonta útil ha sido Isabel Díaz Ayuso, que ha colocado el tuit al que ha hecho la ola toda la izquierda abertzale. Pues bueno, pues vale, pues me alegro.

Orgullosas y orgullosos de ensuciar

Más allá que el negro anzuelo del cartel, me sorprende que en Bildu siguen pensando que la de ensuciar es buena idea: el mismo día que el lehendakari Urkullu anunció la convocatoria electoral, Bilbao fue inundado con la cara de Pello Otxandiano (con foto del genial David Herranz, el buen gusto no se lo niego). Sin espacio para colocar publicidad electoral aún, todas las paredes valían. No solo eso: han grabado y difundido en un vídeo su nulo respeto a las normas de la junta electoral y a las más éticas de la ciudadanía, porque no todas las paredes son lienzos ni un sitio para colocar propaganda electoral. Pero igual hasta les funciona.

Hablando de ensuciar…

Como si volviésemos a los 90, Bilbao apareció empapelado por quienes no respetan normas ni éticas, y también han vuelto a nuestra vida la oposición a proyectos que generan riqueza y la pintura, en este caso, roja y contra el Guggenheim. Dice Mikel Segovia en El Independiente que “la ampliación del Guggenheim” es “otro pulso electoral que enfrenta a PNV y EH Bildu”. No estoy de acuerdo. Creo que tenemos que empezar a hablar del proyecto en Gernika-Lumo y Murueta como lo que es: una oportunidad para recuperar un espacio natural, no una lucha partidista con las mismas mentiras de quienes siempre han dicho “no”.

Que hable Ábalos

El personaje más importante del conocido como “caso Koldo” es, sin duda, José Luis Ábalos. De momento, no tanto por lo que hizo, pero sí por lo que está haciendo y diciendo. Su discurso, que quería sonar emotivo y sonó casi a chiste, intentando basar su inocencia en su propio sacrificio de no tener chófer y secretaria, y pasar al grupo mixto en el Congreso, es para “tallar en mármol blanco”, como tuiteaba Álvaro Berro. Otra usuaria le puso música: la canción “El muelle de San Blas”, de Maná. Y esto es solo el principio: cuando el fango suba y empiecen a mancharse los bajos de los trajes, empezarán los saltos y las huidas.

No va a hacer nada extraño

Pero Ábalos no va a hacer nada extraño, estoy seguro: su paso al grupo mixto no va a suponer un dolor de cabeza para el PSOE. No lo digo yo y el sentido común, lo confirman en EPE: “Ábalos tranquiliza al PSOE: ‘El Gobierno va a contar con mi voto’”. Aunque su decisión resulte difícil y sus alocuciones, extemporáneas, la situación del socialista es muy complicada, y el primer interesado en que no se complique más es él. Un paso desapercibido en el Congreso, en la que seguro que va a ser su última legislatura, sería la mejor noticia para el diputado y el PSOE. Pero ni las circunstancias ni la política se lo van a permitir.

El interior

La elección de Pello Otxandiano me sorprendió, lo reconozco: en la operación de marketing de manual que está implementando Bildu, me encajaba más una mujer y victimizada de alguna manera. Sin embargo, un hombre y de Sortu, del ala dura, es el designado. Lo primero que pensé es que en la izquierda abertzale las filas no estaban tan prietas. Y esta pieza de Mikel Segovia en El Independiente me invita a seguir haciéndolo porque, en efecto, falta convencimiento de que el camino de americana y camiseta sea el correcto: “Organizaciones juveniles críticas con Bildu convocan a sus bases para organizarse políticamente”.

No me lo creo

Dice Eneko Andueza, que ya está pagando publicidad on-line para dar a conocer su candidatura a lehendakari, que “repetirá pactos con el PNV tras las vascas” (EPE). Responde Arnaldo Otegi (con razón) que eso está por ver. Y pienso yo que no me creo a Andueza, ni al PSE, ni al PSOE. Ya aseguró Patxi López que no iba a pactar con el PP. Ya aseveró Pedro Sánchez que no admitiría una amnistía. Es el PSOE el que devalúa el valor de su palabra, el que afirma con categoría que no va a hacer algo y ya lo está haciendo mientras lo dice. Es Andueza el que está empeñado en dejar bien claro que repetirá con el partido al que más critica.

Tres tipos de españoles

Tuitea el Responsable nacional de prensa de Vox, Juan E. Pflüger, que “durante muchos años ha habido tres tipos de vascos: (1) Los que tenían que mirar debajo del coche. (2) Los que miraban para otro lado. (3) Los que ponían las bombas”. Su propia existencia demuestra que hay tres tipos de españolas y españoles: (1) las y los fascistas, (2) quienes les han engordado y cobijado durante décadas y (3) quienes miraban para otro lado. Pero además de esos tres tipos hay muchos más, como vascas y vascos: las y los que no nos hemos escondido, hemos dado la cara y seguimos haciéndolo, frente al fascismo de todo tipo.

El justiciero

La silueta de un cowboy con una maza al cinto, en vez de un revolver, sobre fondo amarillo, ilustra el artículo que ha publicado Pablo Iglesias en Contexto. Significativo. El texto ha saltado a los medios por la línea que dedica a Roberto Sotomayor, candidato de Podemos a la alcaldía de Madrid que se ha dado de baja del partido: “Ya puedes salir todas las noches y pasarte de la raya y de las rayas”. Pero hay más: Iglesias señala con ligereza a todos los culpables que, según él, han conspirado y “han estado cerca de matar a Podemos”. Eso es lo que afirma. Lo que omite, como siempre, es quién ha acabado realmente con su partido.

Si no quieres que contemos no lo hagas

Ya mostré en esta columna mis dudas sobre que estuviera bien que el presidente del gobierno español presentase su segundo libro en horario laboral, con una retransmisión en directo por el canal de Twitter de Moncloa, con la presencia de ministras y ministros, y todo esto con el nombre de la editorial bien visible. En Vozpópuli han contado con los dedos para resolver, por lo menos, sus dudas: “Hubo cuatro ministros más en la presentación del libro de Sánchez que en el pleno de la amnistía”. Incluido, por cierto, el propio Pedro Sánchez, que decidió hacer mutis por el foro y regalar a López el protagonismo que nunca ha dejado de perseguir.

Crímenes de guerra

Esto no lo digo yo, ni sale publicado en un blog de esos que llaman a la rebelión poniendo al mismo nivel a víctimas y fascistas, esto lo dice la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard: “En su intención declarada de usar todos los medios a su alcance para destruir a Hamás, las fuerzas israelíes muestran un desprecio escalofriante por la vida de la población civil. Han pulverizado edificios residenciales calle tras calle, matando a civiles masivamente y destruyendo infraestructuras esenciales, mientras Gaza, debido a las nuevas restricciones, se queda rápidamente sin agua, medicamentos, combustible y electricidad”.

Y encima, Twitter

Por si la tragedia en Gaza no fuera suficiente, tenemos que aguantar a quienes nos quieren convencer on-line de que Israel y Hamás actúan, con sus ataques sobre la población civil, en legítima defensa: “Los verificados de X (Twitter) generan el 75% de las noticias falsas sobre Israel y Palestina” (Hipertextual). Esto es posible porque Elon Musk, gracias a una idea con la que solo buscaba hacer más dinero, quitó los check azules que llevaban las cuentas verificadas por Twitter y los puso a la venta. Así, cualquiera con ocho dólares al mes puede proyectar imagen de autentificación y escribir las mierdas que le den la gana.

Una buena noticia

Evidentemente, espero que el corresponsal en Palestina (sabemos que a Gaza no van a dejarle entrar, veremos desde dónde emite) del medio que ha lanzado Pablo Iglesias, Canal Red, narre lo que ve con su sesgo. Y cuando lo vea decidiré si me gusta o no. Pero me parece una noticia magnífica que un medio envíe otro par de ojos, con una cámara y un ordenador, a una zona en la que se están produciendo crímenes de guerra (y lo dice Amnistía Internacional). Y me parece igualmente una grandísima noticia, para el oficio y la sociedad, que un crowdfunding haya generado los 52.600 € necesarios para el trabajo en solo un par de días.

Pero que empiece por casa

Sin ir a Palestina, en Canal Red también podrían investigar esto que hemos visto en Vozpópuli: “El Gobierno de PSOE y Podemos ha vendido armas a Israel por valor de 40 millones de euros. Desde el año 2020 se han autorizado 147 licencias para la venta de armas a Israel”. Y de esto Pablo Iglesias o Ione Belarra no pueden echar la culpa a Yolanda Díaz ni a Sumar. De hecho, tanto él como ellas tienen responsabilidad directa sobre lo sucedido porque estaban en el mismo consejo de ministros, junto a Garzón, por cierto, que iba aprobando esas ventas de armamento. Señalar atrocidades está bien, hacer algo cuando se puede está aún mejor.

El Estatuto Vasco

Resulta tan interesante como necesaria la pieza en El Independiente sobre cómo se gestó el Estatuto de Gernika cuyo cumplimiento íntegro ha puesto encima de la mesa EAJ-PNV para dar luz verde a la investidura y la legislatura en España. Recuerda Mikel Segovia que el partido abertzale fletó un avión que permitió a sus diputados registrar el texto en Madrid tras negociarlo con UCD, que en el referéndum Alianza Popular pidió el “no” y la izquierda abertzale (que renunció entonces y durante 40 años a negociar) promovió la abstención, y que desde la aprobación su cumplimiento ha sido esquivado por todos los gobiernos españoles.

Un PP “ayusizado”

“El PP vasco prevé que el mitin de la presidenta de la Comunidad de Madrid en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína sea el que más simpatizantes atraiga de toda la campaña, ‘hay mucha ilusión, la gente tiene muchas ganas de verla’”. Mikel Segovia en El Independiente no puede resumir mejor lo que es el PP vasco hoy: una formación reducida a su núcleo duro después de reabsorber a Ciudadanos, que era poco más que una familia en su ala derecha. Una formación que abraza el ayusismo porque todo lo demás le ha fallado. Una formación que solo aspira a conservar y activar al mínimo posible.

En la política y en la vida

Las redes sociales digitales han empeorado la política: los tuits se han convertido en la manera de comunicar de las y los representantes de la ciudadanía, y esta se ha hooliganizado, al menos, en parte, para defender y atacar a su partido y a los otros. ¿Para qué? Pero en la vida no nos ha ido mucho mejor: perdemos nuestro valiosísimo tiempo con gilipolleces pegadas unas a otras. Europa (que sirve para algo, insisto e insistiré) ya ha puesto el foco. Y el ministro español de Consumo, también: “Garzón carga contra los ‘efectos nocivos’ de TikTok, Meta o Twitter: provocan ‘ansiedad’ y ‘depresión’ en los jóvenes” (República). Y esto es innegable.

El peor problema, el propio Musk

Hablando de redes sociales: no hacen un mal resumen en Marketing Directo sobre “el rosario de problemas que Elon Musk deja en herencia a la nueva CEO de Twitter”, Linda Yaccarino. Uno de los más importantes, precisamente, lo puede solucionar la política: la huida de anunciantes e ingresos podría arreglarse revertiendo la norma de los anteriores propietarios de no permitir publicidad política en la red. Otro problema es el control de gasto y el equilibrio con el personal necesario. Pero el principal es bregar con Elon Musk, que tiene toda la pinta de querer entrometerse en la gestión de la empresa por la que pagó 44.000 millones.

¿Hay que regularlo todo? Sí

Hace tiempo que, por suerte, no oímos la milonga de la necesaria descentralización de Internet, como eufemismo de su desregulación. Curiosamente, desde posiciones progresistas han alimentado durante años ideas ultraliberales. Es evidente, lo era entonces y espero que lo sea cada día, más, que es necesaria una regulación clara sobre todo lo que podemos hacer on-line. Porque mientras divagamos sobre lo que es progre y lo que es bobo, los malos avanzan: “¿Qué hay detrás de las aplicaciones que pagan por hacer encuestas? Recogen información personal que deberíamos proteger y venden datos a terceros”, avisan en Maldita.

A estos empoderamos

También era evidente, evidentísimo, que ampliar la grada de animación en San Mamés iba a servir para empoderar a los de siempre, a quienes consideran que la bandera para reclamar amnistía para los presos de ETA, la del Arrano Beltza con la que la izquierda abertzale quiso sustituir a la Ikurriña o la que sirve para reconocer la ocupación rusa del Donbass, son elementos de animación. A quienes no van a animar cuando el equipo está ante su última oportunidad. Esos son los que controlan la grada de animación. No otros. Siempre lo fueron, pero muchos miraron para otro lado por la campaña. Y no, no todas las campañas son iguales.

El gran serial

De los creadores de “Orgullosos de paralizar un país” y de “La OPE en Osakidetza está bien pero que no nos la pongan en verano” llega ahora: “No nos sentamos a negociar por si acaso acabamos llegando a un acuerdo”. Y vendrán más títulos, porque los sindicatos vascos están, sobre todo, para evitar que parezca que las cosas van bien, y lo han demostrado sobradamente. Ese es su objetivo, hacer del conflicto y la confrontación un modo de vida, en vez de la negociación, el posibilismo y, lo que es más importante, la sostenibilidad del sistema. Insisto: dicen estar cerca de las y los trabajadores pero viven lejos de la sociedad.

Cinco años de tupido velo

Para la izquierda abertzale es tan importante sustituir a EAJ-PNV que es capaz de renunciar a su esencia. No a su origen, pues la izquierda abertzale, por medio de una organización político-militar, nació en la clandestinidad con ese mismo objetivo: sustituir al primer partido del País. Hoy aquel proyecto presume de haber abandonado la violencia y trabaja para omitir sus consecuencias. Las que sufren las y los suyos y las que sufrimos todas y todos. No siempre estoy de acuerdo con Mikel Segovia, y esta vez tampoco estoy de acuerdo en todo, pero su pieza en El Independiente sobre el “lustro de mentiras y olvidos de ETA” hay que leerla.

“Baja el paro, sube el pero”

Hace tiempo lo leí en Twitter y soy incapaz de recordar el autor del tuit: “Baja el paro, sube el pero”. Los datos del empleo en Euskadi y en España son buenos. Estacionales, con una ley que ayuda a maquillarlos, mejorables, pero buenos. Y desde esa base es desde la que hay que construir. Esa es la política que yo reclamo, y más las puertas de unas elecciones: la que no destruye, la que retoma lo que se ha hecho y sigue poniendo ladrillos, la que nos lleva de un punto a otro sin prometernos atajos que no existen. Es decir: sin populismos, aunque sea un populismo que sustituye el grito por el susurro, como hace Yolanda Díaz.

Pero…

Los datos del paro son buenos. Sin duda. Pero los de las y los nuevos autónomos no lo son. Tampoco hay duda de esto. Lo denuncia Lorenzo Amor: “Con 11 Comunidades Autónomas perdiendo autónomos en último año y pérdida de afiliados en 5 principales sectores de actividad, no hay motivos para celebrar”. Un país (España, pero también Euskadi) que fomenta el empleo por cuenta ajena y, sobre todo, el funcionariado, no va. Es así de claro. No hablo de “emprendedores” y “emprendedoras”, hablo de abrir una tienda o un restaurante (que no sea una franquicia), hablo de negocios de fontanería, carpintería o informática.

Mira, un emprendedor

Gerard Piqué es un tipo muchísimo más listo (y guapo) que yo. Dijo que creía que el modelo de fútbol tradicional estaba obsoleto e hizo: creó la King’s League, que en su primera edición ha pasado de ser “una liga de futbito” a un espectáculo con el que llenó el Camp Nou. Ahora, Mediaset ha comprado los derechos para emitir la próxima temporada en Cuatro y puede triunfar porque es fútbol en abierto. Bueno, algo parecido al fútbol. El pasado Mundial fue un éxito rotundo, pero no es menos cierto que la emisión de los partidos de Messi en el PSG (Piqué compró los derechos de la liga francesa y la emitió Cuatro) pasaron desapercibidos.