La miseria

El ataque a Imanol Pradales está resultando un infalible detector de personas miserables. Empezando por quienes, atontadas y atontados por tanta desinformación que surge de su trinchera (alentada por un partido político y generada por periodistas, y es grave que esto no sea una denuncia generalizada de la profesión), sugerían que la agresión era inventada. Y siguiendo por personas como Roberto Uriarte, que aprovechan lo sucedido para colocar su argumentario, en este caso, que el Guggenheim Urdaibai también supone una agresión al planeta condenable. Borrar el tuit no resta miseria: suma cobardía.

¡Claro que hay motivación política!

La agresión a Imanol Pradales tiene una motivación política, por supuesto que la tiene: meses de tanta tensión dirigida hacia el PNV, al que se ha culpado de todo, lo que tiene que ver con la acción de sus gobiernos y lo que no (y como si ese “todo” no fueran mejores condiciones socioeconómicas que en el entorno), son los que alientan a las personas a agredir. No debemos ni discutirlo. Lo que tenemos es que debatirlo para encontrar en lo que estamos de acuerdo, empezando por las y los periodistas, y bajar esa tensión. Marcelino Madrigal, fuera de Euskadi, lo tiene claro: “Más vale que empiecen a tomar medidas para para la crispación”.

Es la víctima y es la agresión

Pello Otxandiano tiene un problema con la violencia: no sabe identificar su naturaleza, o no quiere, que es peor, y no sabe cómo enfrentarse a ella. Puede ser porque no se pone enfrente, sino al lado: cuando salió de la dirección de Sortu para lanzar su candidatura entró David Pla a esa misma mesa. En su tuit después de la agresión a Pradales (además fue el último de los candidatos en lanzarlo) hablaba de solidaridad y del debate en EITB, pero no calificaba el acto ni señalaba al agresor. Responder a Aimar Bretos en la tarde del martes y tuitear en la del lunes lo que tocaba es una cuestión de simples principios. Así de fácil.

La izquierda lo ve negro

Andeka Larrea fue el primero en hacerlo, hay que reconocérselo: el lunes ya empezó a hablar de Bildu. El martes, Andueza marcó en corto a Pello Otxandiano por su falta de principios ante ETA. Y por fin ayer, en el medio de Pablo Iglesias, Miren Gorrotxategi habló de ETA. Es evidente, por lo tanto, que en Sumar, PSE y Podemos se han dado cuenta de que al hacerle la campaña a Bildu y meterse con el PNV constantemente, lo único que han conseguido es que Bildu les coma el espacio. La izquierda española es el caladero hoy de la izquierda abertzale, después de haber metido en sus peceras a los tiburones que les acechan desde muy, muy dentro.

Lo que viene a ser un hooligan

He empezado esta columna hablando de las personas desinformadas que se convierten en una jauría tuitera. Personas que deben cumplir uno de estos dos requisitos que, además, son excluyentes: ser idiotas o ser tan malas personas que difundirán mentiras lacerantes aun sabiendo que lo son. Personas que son utilizadas por partidos políticos o instituciones conscientemente, que deberían de ser señaladas, por lo menos, por la prensa, y que a veces, simplemente, dejan ver su naturaleza idiota o malvada: “La afición del Barcelona apedrea por error su propio autobús en medio de la humareda”, tuiteaba Juanma Lamet.

«La gran suerte de recordar»

Tuitea Pello Otxandiano que “este país tiene la gran suerte de recordar qué fue el 3 de Marzo en Gasteiz. Y, gracias a ello, podemos mirar al mundo, leer el momento actual y hacer un ejercicio de análisis consciente”. En efecto, tenemos la gran suerte de recordar qué pasó en 1976 y desde ese año hasta que, en 2010, ETA mató por última vez. Y la mención a ETA la hago porque Otxandiano, precisamente, ocupó un sitio en la dirección de Sortu como hace ahora David Pla. Pero en la izquierda abertzale saben que eso da igual, que la memoria de “este país” (patxilópeziana expresión) es extremadamente selectiva y juega a favor de Bildu.

Más (y mejor) memoria

El programa de Jordi Évole sobre el 11-M ha tenido mucha repercusión, como suele ser habitual, en X. Lo que más me ha llamado la atención de esos tuits es que los recuerdos parecen muy precisos en algunos periodistas: ahora parece ningún periodista se tragó aquello de que “ha sido ETA”. Ayer, en El País también sacaban el jabón. Pero si uno busca “portadas sobre el 11-M de 2004” en Google, una de las primeras entradas es una recopilación de Libertad Digital (ese medio facha, sí) de hace 10 años. Lo que hoy tuitean algunos y lo que publicaron entonces parecen cosas muy distintas. Qué pena de profesión.

Y un poquito más de cultura

Si el ministro español de Cultura ha aprovechado su altavoz en el Congreso para entrar en la campaña vasca como un elefante en una cacharrería, ahora tendrá que recoger esos cacharros del suelo: en Diario Red recuerdan cómo “el Ministerio de Cultura de Iceta sitúo a la capital saharaui bajo soberanía marroquí y Ernest Urtasun se niega a corregirlo” y le pasan otra factura a Sumar. Pues si cultura política demuestra poca (asimilar el discurso de su partido al de Bildu solo beneficia a Bildu), sensibilidad política demuestra aún menos perseverando en el error histórico sobre el Sahara que cometió el gobierno español más progresista.

Otro error histórico

Un error histórico más global que el que ha cometido España con el Sáhara, es el que está cometiendo el mundo con Palestina: estamos viendo cómo Israel aniquila a la población y nadie hace nada. Ursula von der Leyen dice en X que se siente “profundamente afectada” por la matanza de civiles que recogían ayuda humanitaria y que “apoya a la población civil”. Qué pena que von der Leyen no sea algo importante como, qué se yo, presidenta de la Comisión Europea, para poder hacer algo concreto como sancionar y bloquear cualquier contrato con Israel, y presionar para que el gobierno ultra de Netanyahu deje de asesinar.

No voy a dejarlo pasar

Aunque tarde, no voy a dejar pasar el tuit de Endika Martínez, posterior a la agresión que sufrió en los alrededores de San Mamés antes del partido contra el Atlético: “Acabamos la jornada en urgencias con varias grapas en la cabeza por un botellazo”. Y continúa: “Hay quienes no saben disfrutar si no es agrediendo, insultando y provocando. Vistan los colores que vistan”. Nadie de la “grada popular” (pocos nombres habrá menos fieles a lo que son) se ha manifestado por Endika, aunque sí lo hicieron por sí mismos antes del partido contra el FC Barcelona. Quien empoderó a ese colectivo, ahora, que lo desempodere.

2.0

Ser candidato a lehendakari no es fácil. Serlo con alguna posibilidad de gobernar, aunque necesites tres carambolas, es aún más difícil. Y el número de personas que se prestan a ello es muy reducido. Así que reconozco a Pello Otxandiano su valentía, pero me pareció que quien tenía miedo con la designación era Bildu y no solo por la voz temblorosa de Otegi. Otxandiano no es una apuesta ganadora: demasiado joven y demasiado de Sortu (estuvo en la dirección que dio paso a la actual, con David Pla y Elena Beloki). Y que sea demasiado de Sortu invita a pensar que la nueva deriva de americana sobre camiseta no satisface plenamente.

No pueden esconderse

Las y los fascistas pueden disfrazarse pero nunca dejan de serlo: Santiago Abascal alertaba de que “en un momento dado el pueblo querrá de colgar de los pies a Pedro Sánchez”. Su conocimiento de la historia y su fundamento político puede resumirse en ese entrecomillado de El Independiente. En el mismo digital destacan que “el PP critica a Abascal” (con cuyos votos cuenta para alcanzar al gobierno de España) y que “acusa” a Sánchez “de buscar polémicas”. Porque Abascal tiene delito (si no lo es, debería de serlo), pero quien le critica con la boca pequeña y señala a la víctima tiene también lo suyo.

¿En qué lado estás?

Esto es muy fácil: ¿estás con Ucrania o estás con Rusia? ¿Estás con Gaza o estás con Israel? ¿Estás con la población civil agredida y masacrada o estás con la potencia militar que lanza misiles contra edificios civiles? EE.UU. está contra Rusia y con Israel. Para el gobierno del país (demócrata, no lo olvidemos) tendrá su coherencia, pero para el resto del mundo es una puta (sí, he escrito “puta”) vergüenza. No hablo del veto en la ONU a una resolución formal, es que manda 14.000 proyectiles para tanques y sin aprobación del Congreso. Ya, ni las formas. “Show must go on”, tuitea Mikel Ayestarán sobre la noticia de El País.

18.000 personas muertas

18.000 personas muertas. Lo escribo con horror, con dolor, pero no puedo dejar de hacerlo: 18.000 personas muertas. Solo en Gaza. A manos de Israel. Bomba tras bomba. Disparo tras disparo. 18.000 personas muertas. Por mucho que Hamás controle la comunicación que sale de la franja, hemos visto lo que hemos visto: niñas y niños asesinados por una maquinaria de matar liderada por un gobierno extremista que cuenta con el primo del Zumosol, ahora llamado Joe Biden. Nadie puede justificar este ataque atroz, y quien lo haga formará parte de un nuevo colaboracionismo, esta vez, sionista, sorprendentemente.

¿Esto está bien?

Me lo pregunto de verdad porque yo para estas cosas soy extremadamente cuidadoso y a veces me paso de precavido. Me refiero a la presentación del libro de Pedro Sánchez, ‘Tierra Firme’, en horario laboral de mañana, con el nombre de la editorial bien visible, presentada por Jorge Javier Vázquez y retransmitida por streaming por “la cuenta oficial del Gobierno de España”. ¿Quién saca beneficio de este sarao? ¿Podemos pensar que hay elementos de esta presentación pagados con dinero público, es decir, nosotras y nosotros, o cómo se nos ocurre hacerlo? ¿Podemos criticar lo desacertado de todo lo anterior?

¿Sin Pla no hay paz?

Como periodista en Euskadi tengo una responsabilidad: que los que blanquean el relato de ETA no nos cuelen sus mierdas. Por ejemplo: “Otegi afirma que sin figuras como David Plá, último jefe de ETA, ‘la paz no hubiera sido posible’”, titula Mikel Segovia en El Independiente. Partimos de la base de que el líder de Bildu se tiene a sí mismo como el Mandela vasco. Con esos cimientos y con las manos del exjefe de ETA tienen que construir el edificio que guardará el relato de la izquierda abertzale. Una cosa es que traguemos y aceptemos que ETA sigue teniendo mando en Sortu, otra que nos guste y otra que nos tomen por tontos.

El gobierno más progresista de la historia

Pues es el gobierno más progresista de la historia el que quieren desangrar a las y los trabajadores autónomos para seguir contentando a los sindicatos del funcionariado, y el que “se apoyará en los expertos para justificar subidas del diésel y billetes de avión” (Vozpópuli). O lo que es lo mismo: transportistas y personas que aprovecharon las ofertas para comprar un vehículo van a ver cómo el gobierno les ha elegido para pagar una parte mayor de la fiesta. Y por supuesto, lo de viajar en avión se ha acabado: volverá a ser una opción exclusiva de quien pueda permitírselo. Los demás, hasta donde lleguemos en bici eléctrica.

Pues ya estamos en campaña

Ya estamos en campaña: Castilla y León elige su parlamento autonómico porque Pablo Casado ha decidido generar un ciclo ganador del PP que le atará a Vox mucho antes de que tenga la oportunidad de llegar a Moncloa. ¿Y cómo hemos entrado? Pues con un tuit de Pablo Iglesias en el que presumía de manejar información privilegiada del CIS. Unos números, por cierto, con una clara intencionalidad: mostrar un empate entre PSOE y PP que no refleja ninguna otra encuesta para activar el voto socialista. Es decir: ¿un organismo público está para hacer palanca y anticipa información a un ciudadano (lo que es hoy Iglesias)?

La guerra global (que pagamos los de siempre)

“La amenaza de guerra entre Rusia y Ucrania ya ha hecho subir el precio del gas el 18%: el riesgo que supone para la economía una posible contienda”. Así de claros son en El Blog Salmón. En esta época en la que todo se globaliza, también las guerras, lo que seguro que nos toca es pagar una parte de la factura a los de siempre. Lo que me gustaría saber es qué piensan del tema quienes no quieren que exploremos los recursos gasísticos que hay bajo nuestros pies y prefieren mantener gasoductos, estar en manos de Rusia o Araba Saudí y que las exploraciones se hagan el “backyard” de otros. Todo muy solidario.

¿No es un poco pronto?

Como hooligan del Atlhetic que soy me preocupa bastante el goteo de tuits que he visto esta semana, con cortes de entrevistas que han ido concediendo el entrenador y varios jugadores de la primera plantilla, todos ellos con un tono autocomplaciente que no parece recomendable a mitad de temporada, precisamente. Además, estamos despreciando un pasado reciente muy importante. Pero más importante es el partido de este jueves, porque es futuro, porque estamos llegando con más celebración que tensión y porque eso solo beneficia al Real Madrid, equipo de la cuidad donde, por cierto, más entrevistas han pedido y el Club ha concedido.

¿Se piensan que somos tontos?

La de estar en el despacho y la pancarta a la vez es una mala idea. Y quien todavía tenga dudas puede preguntárselo a Martin Garitano. Básicamente porque es una tomadura de pelo para los votantes que eligen tu papeleta para que llegues al gobierno o lo condiciones si estás en la oposición. Pero, ¿de qué sirve un partido que con una vicepresidencia y cinco ministerios sigue comportándose como si no tuviera responsabilidades de gobierno? El “no a la guerra” de Echenique y Podemos en su conjunto, sobre todo vía Twitter, es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía que ya no traga con poses, y menos en algo tan serio.

El lastre es su decisión

Está bastante acertado Gorka Landaburu con su tuit sobre Sortu y, por extensión, Bildu: “El blanqueo, la falta de autocrítica y de ética suponen un lastre considerable para la memoria y la convivencia”. La entrada de David Pla, el último jefe de ETA, como número tres de la formación es un claro signo de que la que no ha superado la época de la acción armada, la que sigue influenciada directamente por ETA, la que sostiene postulados de terroristas, la que no ha pasado página ni quiere hacerlo, la que más pasos tienen que dar todavía, la que va muy por detrás de la sociedad vasca, en definitiva, es la izquierda abertzale.

Señoritos y palurdos

“Desde luego que lo que necesita Andalucía es identificarse con una mafia de Birmingham”. Niporwifi, que frecuenta esta columna por lo bien que explica cómo funciona el crimen organizado ironiza sobre a la comparación que la propia Macarena Olona ha establecido en Twitter entre ella y sus compañeros de Vox y los Peaky Blinders, una serie de mafiosos británicos de los años 20 con una estética que ha fascinado especialmente a los borregos de derechas. Es decir: no les parece suficiente vestirse de señoritos para representar, según ellos, a los trabajadores del campo, y también se comparan con delincuentes.

Reflejo de la sociedad

Vox se mantiene firme en las encuestas, en las que ha escalado hasta el 18 o 19% de la intención de voto. En Euskadi, quienes incluyen a terroristas en su toma de decisiones también buscan ser refugio del voto antisistema. Todo esto es reflejo de la civilización que hemos construido o, tal vez, destruido poco a poco: “Vivimos en una sociedad tan de ricos caprichosos que a algunos les parece normal llamar ‘Bizitza’ a organizaciones que defienden la muerte”. Pello Salaburu se refiere a los negacionistas que se han organizado porque se creen más listos que los demás pero, uno a uno, no pasan del tonto de cada pueblo.

No podemos obviarlo

¿Y cómo es posible que tanta gente (porque, sí, es mucha gente) sea capaz de exhibir comportamientos tan poco solidarios y tan perjudiciales? Este tuit de Víctor Muiña explica en parte lo que sucede: “Manu Carreño diciendo, en mitad del Athletic-Barça de Copa del rey, que atentos al programa de después de Friker porque ‘hay nuevas pruebas sobre el posible origen artificial del covid’. Y sigue con el fútbol, porque al parecer es legal decir lo que te salga del arco del triunfo”. Es decir: no solo Iker Jiménez puede dar aire en abierto a teorías tóxicas, es que en cualquier espacio se pueden reproducir sin que importen las consecuencias.