En el Partido Popular se aferran como un gato a todas las cortinas de humo que se les presente. Así, desde el pasado viernes atizar al PNV es una de sus actividades favoritas, ya sea en los medios tradicionales, ya sea en Twitter: “Ataques a la jefatura del Estado, rechazo a que la selección juegue en San Mamés, manifestación por terroristas. El PNV vuelve a su sitio”, dice el Diputado General de Araba. Y tiene razón salvo en lo de los presos. Pero también lo sabía cuando negocio la aprobación de los presupuestos en el territorio. ¿Para eso sí vale el PNV?
El bulo de la mujer de Rajoy
He visto varias veces noticia sobre una supuesta interrupción voluntaria del embarazo por parte de la mujer de Mariano Rajoy, presidente del partido que ha propuesto la ley del aborto más regresiva. No lo he traído a la columna porque lo consideraba algo íntimo (igual que otros abortos, por lo que estoy en contra del proyecto de ley de Gallardón). Pero leemos en ‘Ciencias y Cosas’ que, además, es un pedazo de bulo, promovido por el blog ‘Espía en el Congreso’, al que atribuyen otros falsos rumores. Hay que tener cuidado con lo que se comparte en Internet.
Insultar en Twitter cuesta mil euros
Por lo menos, insultar a una colaboradora de televisión. Eso nos cuentan en ‘Estrella Digital’, refiriéndose al caso de una contertulia de los programas que llaman “del corazón” aunque más parezcan “de la víscera”. En esta ocasión, el insultante y pagador de la multa es el padre de una concursante de ‘Gran Hermano’, pero el problema viene de la cantidad de cuentas anónimas (o eso creen ellos) que se dedican a insultar a periodistas, políticos o cualquier persona que decida mantener una actividad en Twitter. Insultar no es participar.
Los derechos de autor de Garzón
¡Menuda carga de profundidad que tiene esta noticia de ‘El Confidencial’! “Garzón paró la investigación a la SGAE porque era socio y cobraba derechos de autor”. El superjuez superjusto tenía intereses económicos directos y, ¿por eso, decidió retrasar una investigación judicial? En su defensa hay que reconocer que pidió inhibirse porque habría cobrado de esta entidad unos 4.000 euros. Una vez rechazada la inhibición, hizo lo que pudo para no sacar evitar la investigación… y su desarrollo.
¿Qué pasa en Gamonal?
Sinceramente, no lo sé. Y cuanto más leo, menos creo que sé. Les he traído al respecto la noticia de ‘República.com’ porque me parece la más templada. Pero en Twitter y en los agregadores de noticias solo vemos noticias amarillas sobre ataques de vecinos y la policía, y los efectos de estos ataques. Pero insisto en que no me entero, en que ya no sé qué causa es justa, qué movilización ciudadana está justificada, qué ayuntamientos piensan en el bien de la ciudadanía antes que en el de las arcas públicas, o qué manifestación, realmente, se ha ido de las manos.