¿Qué es justo?

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Empiezo a pensar que detrás de la defensa de muchas “causas justas” que corren por Internet se esconden oportunidades de autopromoción bien aprovechadas por las diferentes estrellas de la gran red. Solo así puedo entender el revuelo ante el caso de desalojo de una casa ocupada por parte de una persona que ganó 3.000 € al mes en la construcción, según él, que luego cobró durante dos años el paro, que cuando se quedó sin ingresos decidió tener un tercer hijo, y que para ahorrarse el alquiler optó por ocupar una casa. Por supuesto, es exigible que la administración ayude a esta familia pero, ¿quién gana señalando a Kutxabank por desalojar una propiedad ocupada?

No es por fastidiar, pero…

Alfredo Pérez Rubalcaba anuncia que deja la política para volver a la universidad… y en ‘El Confidencial’ deciden rescatar en Twitter una noticia que publicaron en 2003: “Rubalcaba acumula trienios de 5.000 euros por sólo dos años como profesor”. Así es: fue titular de su plaza como docente universitario solo dos años, pero hasta que en 2005 fue nombrado ministro español de Interior, pero hasta ese año declaró 5.000 € extras por su “antigüedad” en la plaza la Complutense. Y para terminar: Rubalcaba “accedió a su plaza mediante un procedimiento cuestionado en su día y que muchos consideraron un coladero: las famosas pruebas de idoneidad que se hicieron en aquella época, mediados de los ochenta, para que miles de profesores obtuvieran una plaza fija sin oposición mediante”.

Repartos

Fuera de Madrid, y fuera de los círculos próximos a PSOE y PP, no era extraño oír la expresión de “arbitro comprado” o “arbitro de parte” para definir al Tribunal de Cuentas. Un organismo copado por los dos grandes partidos de ámbito estatal y que tiene como objeto fiscalizar eso, las cuentas, de todos los demás. Lo que no sabíamos y ahora estamos conociendo, gracias a los compañeros de ‘El País’ y a los digitales como ‘Vozpópuli’ que recogen y amplían las informaciones, es la cantidad de relaciones personales entre los trabajadores, o que sus informáticos no tienen cualificación para llevar a cabo el trabajo aunque ganen 3.000 € al mes.

¿Nos estamos pasando de mojigatos?

No discuto que Luis Suárez merece un castigo por morder a un rival por tercera vez, por lo menos, en su carrera. Pero tengo la sensación de que estamos pasándonos de mojigatos, que nos rasgamos las vestiduras con tanta facilidad y con temas mayores y menores, como el fútbol, que va a llegar un momento en el que no distinguiremos qué es importante y qué no. Insisto: Suárez tiene que ser castigado porque el fútbol es, como decía Valdano, un deporte que se basa en la imitación: los niños aprenden los regates… y los mordiscos. Pero los mayores tenemos que enseñar por qué esta mal, y no descargar la enseñanza en sanciones de terceros.