Obtener información es tan fácil como preguntar al que la tiene y escuchar su respuesta. Hace un año, aproximadamente, un diputado en el Congreso entonces y ahora, me explicó la importancia de las fianzas: ayudan a recuperar parte de lo sustraído y permiten levantar liebres, como le ha pasado a Marjaliza. “El pago de la fianza de 100.000 € (…) ha destapado la existencia de, al menos, una nueva empresa dirigida por un miembro de su entorno que ya actuó como presunto testaferro” (Vozpópuli).
La ruina valenciana
Reconozco que Ana Tudela me atrapó mientras leía su reportaje en El Español sobre el gasto pantagruélico de dinero público que se hizo durante años en la Comunidad Valenciana: la radiotelevisión pública, el aeropuerto de Castellón, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y empresas públicas que acumularon una deuda pública desmesurada. Gastos ingentes sin ingreso alguno, sobrecostes, falta absoluta de claridad en las cuentas, carencia plena de objetivos… Un desastre multimillonario que estamos pagando entre todos.
Una visión diferente
Los juicios apresurados a gobiernos que solo acaban de ponerse en marcha acaban volviéndose en contra de quien los hace. Pero reconozco que me ha llamado bastante la atención el post de José Carlos Díez, que ha ido a los datos más objetivos para hacer la comparativa: los presupuestos municipales. Su conclusión es clara: en Madrid, Barcelona y Cádiz ni las cuentas son transparentes ni son más progresivas ni progresistas que con anteriores alcaldes.
Pero Podemos avanza
Pese a estas evidencias y otras que se nos presentarán, y a toda velocidad, Podemos avanza. Según José Antonio Zarzalejos en El Confidencial, gracias a un PSOE que no se ha dado cuenta de que le comía la tostada. Personalmente, la imagen de Iglesias con corbata roja y la camisa desabrochada, hablando de los problemas internos, es una de las más capciosas que recuerdo en política. Y miren que hemos visto trampas de todos los colores en los últimos años.
La Nochevieja de Juan Carlos I
Fue lujosa, ostentosa y, sobre todo, fue lejos de su familia y de Sofía de Grecia. Juan Carlos I volvió a elegir Los Ángeles, según Público, para cambiar de año. Si en la anterior se dejó ver en uno de los restaurantes preferidos por las superestrellas de Hollywood, en la de este año ha elegido el hotel en el que se rodó Pretty Woman, el Beverly Wilshire, de cinco estrellas. Eso sí, en el medio “progre” también avisan de que el rey fue tan campechano como siempre, saludado a todos los plebeyos que le reconocían.