«Instagram va a pasar»

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La cita no es mía. Lo dijo en Bilbao una de las personas que más mando en plaza tienen en Facebook a nivel mundial, en una reunión cerrada que pudimos mantener. Ya han pasado casi cuatro años de aquella afirmación hecha con contundencia por Miss Facebook: entonces, su empresa acababa de comprar Instagram por una milmillonada (literalmente), y todos sabíamos que la aplicación de fotografía tenía un enorme potencial y que la de Mark Zuckerberg es una empresa experta en sacar rendimiento de la comunicación on-line. Hoy, Instagram es una de las tres grandes aplicaciones y nadie lo discute: Instagram “está pasando”.

Y en esta campaña, por supuesto, Instagram está muy presente aunque no lo note usted, acostumbrado a estas alturas a manejarse con soltura en Facebook y Twitter. Pero es que usted lee el periódico. Y aquí, sí, los caminos se separan: quienes miran Instagram compulsivamente no ojean relajadamente el papel entintado con un café. No por el momento.

¿Para qué sirve Instagram? Para subir fotos. ¿Y para eso no están Facebook y Twitter? Sí, pero en Instagram puedes poner un filtro (lo que me parece la sublimación de la metáfora política). ¿Y eso no puedes hacerlo también en Facebook y Twitter? Sí, gracias a Instagram. Y en Instagram, además, lo haces mejor.

Hablando de hacerlo mejor que otros: ningún partido vasco usa bien Instagram. Tenía que decirlo. En mi opinión, no lo usa bien ni Barack Obama. Así soy yo de exigente. Aunque los gestores de la identidad digital del presidente estadounidenses son los que más se acercan a la perfección: casi no se dejan llevar por la tentación de fotografiar “lo que ve el político”. Pero sí que hay alguna foto de esas que muestran el punto de vista del titular de la cuenta. Un error.

En Instagram lo que más nos gusta es la comida grasa, pero lo que mejor funciona es la dieta. Y lo que peor, las ensaladas. Me explico. Instagram está lleno de fotos de comida, sobre todo, hamburguesas. Pero los “instagramers” con más seguidores y mejor valorados son los más lineales, los que machacan su mejor idea. Y el mayor error es tener una cuenta como una ensaladilla rusa, en la que lo mismo pones una foto de ti sacada con un equipo profesional de 6.000 euros, que una castaña que has sacado sin luz con tu smartphone. Todo bañado en mayonesa.

El fotógrafo de Obama, Pete Souza, tiene un Instagram para hacerle un marco, con las fotos que saca con su móvil de los actos. Es mejor que el Instagram del propio Obama. ¿Y en Euskadi? EAJ-PNV ha empezado a usar las “stories”, la última funcionalidad de la herramienta: vídeos cortos que se ven solo durante 24 horas. En Bildu son un poco caóticos (solo un poco más que los demás). El PP parece que exhibe fotos “birladas” de sitios de terceros. Y Podemos merece una línea aparte: ¿cuál es su última foto en Instagram, de hace seis semanas? De Pablo Iglesias con el Rey de España. Gracias, Internet.