En este momento que vivimos, tan difícil para el periodismo, pendiente de qué resulta indignante para esa parte de la sociedad que se manifiesta en Twitter y que siempre está dispuesta a indignarse, después de leer dos veces la pieza de InfoLibre tengo mis dudas de que, realmente, lo del fiscal Anticorrupción, Manuel Moix (heredar junto a sus tres hermanos una empresa radicada en Panamá cuyo objeto era ocultar la propiedad del chalé de sus padres), sea algo más grave que una evidente falta de decoro.
Y no defiendo a nadie
Lo que han leído en el párrafo anterior no es una defensa a Moix, ni mucho menos a Pedro J. Ramírez, siempre dispuesto a dar la versión del poder dominante mientras nos vende no sé qué rollos de la revolución del periodismo en Internet. Pero a menos que haya algo más, que esa empresa haya servido para evadir impuestos (él asegura haber abonado con sus hermanos todos los correspondientes como heredero), me cuesta contribuir a la cultura del escándalo diario.
Dejamos que otros decidan la noticia
La moción de censura de Pablo Iglesias, para Pablo Iglesias, por Pablo Iglesias, es perfectamente útil para explicarme: una noticia que no lo es, porque la moción no saldrá, que hay que contar como quiere el partido que mejor responde a los “indignables”. Pero lo hacen bien en El Independiente: la realidad es que Podemos quiere desgastar al PSOE, y no hacer frente al PP. No podemos dejar que nos digan cómo es la noticia, por muchas menciones que nos hagan en Twitter.
Elevamos el detalle
Y si el PP tuitea una tontería y luego borra el tuit nos enredamos como un gato pequeño con un ovillo de lana. Empezando, por supuesto, por esta misma columna. Los de Rajoy y Alonso tuitearon: “Puigdemont quiere hacer un referéndum en lugar de escuchar a los catalanes”, y la jaimitada hay que señalarla y denunciarla en Twitter, como hace Javi Vizcaíno. Pero lo que tiene que abrir portadas on-line y en papel, y columnas, es la violencia machista que ha generado tres nuevos asesinatos.
No nos toméis por tontos
Para reivindicarnos, para no caer en la espiral del escándalo, que ha sustituido hace tiempo a la del silencio (la coacción ahora te lleva a señalar, a retuitear, a compartir, a gritar: “¡Mira qué zasca!”), es importante que no dejemos que nos tomen por tontos, que es justo lo que hacen en la Barcelona futbolística a los del Athletic: ¿alguien se cree que Valverde y el Barça han hablado por primera vez y cerrado un acuerdo en 48 horas? ¿Y por qué quieren que traguemos con ello?