Pedro Sánchez quiere ser el candidato de una moción de censura para convocar unas elecciones pero después de haber gobernado. ¿Cuánto? ¿Para qué? Sugiere que hará limpieza en el gobierno, algo nada novedoso ya que cualquier nuevo presidente nombra a todos sus ministros y cargos de confianza… Si tiene intención de tirarse una temporada en Moncloa, a lo que tendría perfecto derecho si gana. ¿O va a encabezar una moción para convocar elecciones… Y perderlas?
No con Ciudadanos
Esa moción parece que arranca de la mano de Podemos, que ya planteó otra moción el año pasado (y por eso no podrá registrar ninguna otra en toda la legislatura), y que en aquella legislatura tan breve dinamitó la posibilidad de que Sánchez fuera presidente del gobierno volando un acuerdo adoptado por varios partidos. Por otro lado, lo lógico sería que Sánchez recuperase aquel acuerdo que adoptó con Ciudadanos, pero los de Rivera se han desmarcado: ellos quieren elecciones.
Dicho de otro modo
En la España política, un guionista de comedias televisivas de éxito como Raúl Díaz tiene recursos de sobra para hacer una lectura política clarividente: “A ver si lo he pillado… Ciudadanos apoyará una moción de censura si no va apoyada por ‘separatistas y populistas’ (algo imprescindible para que den los números). O bien planteará una moción de censura instrumental cuyo número necesario no tiene”. Así de sencillo. ¿Qué hará Ciudadanos? De momento, política ficción.
¿Y los catalanes?
Los partidos catalanes, ERC y PDeCat, se han apresurado a posicionarse a favor de la moción de censura. ¿De verdad? ¿De verdad van a apoyar al mismo Pedro Sánchez del bloque del 155 y que en el último mes ha entrado en una espiral de insultos hacia Quim Torra, al que ha llamado xenófobo, claramente? ¿A qué están jugando? ¿Les importa realmente levantar el 155 y poner en marcha el Govern o prefieren seguir en sus puestos ya que no ha habido ceses pese a la intervención?
La humildad de Podemos
Que la vorágine no nos tape estas perlas que han tuiteado en Podemos: “Iglesias y Montero son dos de las mentes más brillantes de este país, dos de los dirigentes más consecuentes y comprometidos con las mayorías sociales. No con palabras, sino con hechos”, decía Rafa Mayoral. “Creo, con toda la humildad, que estamos dando una lección de lo que tiene que hacer un dirigente cuando se le cuestiona: poner su cargo a disposición de las bases. Eso no lo han visto ustedes en ningún partido en este país”, decía el propio Iglesias.