Cada uno se parece a quien quiere

Este tuit podría haberlo escrito perfectamente Arnaldo Otegi “Más vale tarde que nunca. Celebro que de una vez por todas el gobierno se haya decidido a adoptar algunas de las medidas que llevamos reclamando desde el martes: unidad nacional, estado de alarma, centralización de todos los recursos de la administración a luchar contra la crisis y suspensión de las elecciones”. Pero salvo las últimas cinco palabras, relativas al 5-A, lo ha escrito Santiago Abascal. Cada uno se parece a quien quiere… O a quien puede. Bildu imita la política del PNV en Madrid y, en Euskadi, los discursos del PP y hasta Vox.

Domingo por la tarde en plena crisis de coronavirus

El domingo por la tarde, en plena crisis del coronavirus y con toda Euskadi y toda España confinada en sus casas consumiendo compulsivamente información y desinformación sobre la pandemia, la Casa Real Española lanzaba un comunicado avisando de que Felipe VI renunciaba a su herencia económica y que retiraba su asignación a Juan Carlos I, el Rey emérito. El “urgente” de Europa Press corrió como la pólvora pero esta estaba mojada, y quien lanzaba la comunicación lo sabía. Como Felipe VI sabía lo que pasaba desde hace un año pero actuó solo cuando el tema salió en la prensa suiza y francesa.

Pasado a limpio

Con nombres propios parece un chanchullito más de la familia más protegida y privilegiada de España, pero pasado a limpio el asunto resulta mucho más grave: el jefe de Estado actual ha descubierto que el jefe de Estado anterior cobró de una manera irregular 100 millones de euros de una dictadura, y ha decidido tomar medidas. Sin embargo, el congreso español no puede investigar lo sucedido porque los principales partidos españoles lo impiden, y la fiscalía del Estado tampoco parece que vaya a iniciar una indagación que permita a la ciudadanía que paga a todos ellos por qué ni para qué se hizo ese ingreso en Suiza.

¡Ni siquiera es posible la renuncia!

Según Público, la renuncia de Felipe VI a la herencia económica de Juan Carlos I (la herencia principal, la de la corona, la del modelo de negocio de la familia Borbón, ni se discute) es solo estética: “El Código Civil prohíbe renunciar a una herencia si antes no hay un fallecimiento”. Así que lo que hoy dice Felipe VI tendremos que comprobarlo cuando Juan Carlos I la diñe. Pero hay otro fleco: si retira la asignación del emérito, ¿de qué va a vivir? ¿No deja esto todavía más claro que Felipe VI sabe que su padre tiene negocios al margen de su actividad como jefe de Estado que le permiten mantener su carísimo ritmo de vida?

Esto no tiene ningún sentido

La Asociación Unificada de Guardias Civiles sugería ayer en Twitter a las y los madrileños que se quedaran en casa mientras compartía imágenes de la estación de Atocha llena de gente que subía y bajaba de los trenes de cercanías. Un conocido tuitero, Margaret Castor, respondía con retranca: “Es que los madrileños son tan malas personas que les encanta madrugar un lunes para meterse en un tren o un metro e ir a currar a un sitio que no está al lado de su casa para poder seguir cobrando un sueldo y poder comer. Qué cabrones”. Lo cierto es que algunas medidas se contradicen exageradamente.