China sigue siendo una dictadura

No culpo a China ni por el surgimiento del coronavirus ni por su expansión. En un mundo de locos e hiperconectado como el nuestro esto iba a pasar tarde o temprano. Pero tampoco creo que debamos perder de vista de qué hablamos cuando lo hacemos de China y, sobre todo, de su gobierno. Se trata de una dictadura en la que las desigualdades sociales son atroces. Sigo sin creerme la cifra de contagios y muertes que da el Estado, basado en un partido único (y más, viendo cómo ataca en Europa), y me niego a lavar la cara a un régimen aunque ahora esté exportando material que necesitamos. Gracias… Y punto.

Y este sigue siendo lo de siempre

Después de confirmar que no tiene coronavirus, Santiago Abascal ha vuelto a mostrarse en Twitter como es: “No puede ser que la crisis económica nos haga más daño que la pandemia. Es el momento de una gran liberación fiscal de cuotas y cotizaciones a los autónomos y pymes. Y de eliminación de todos los ministerios y consejerías superfluas, y de subvenciones a sindicatos, partidos, etc.”. No faltará quien diga que este hombre está enfermo todos los días del año. Solo así puede mezclarlo todo y sacar un cóctel perfecto… para sus mierdas. Por cierto, el que vivió de un organismo público probadamente superfluo fue él.

Son nazis, Isabel

Isabel Díaz Ayuso ha llamado “grandes” a los integrantes del Frente Atlético que, vía Twitter, se han mostrado disponibles a colaborar como voluntarios. Alguno sí será grande de tamaño, pero en general, si algo ha quedado claro es que en ese colectivo hay unos cuantos nazis. Así que, del mismo modo que no podemos blanquear una dictadura por culpa del coronavirus, no podemos blanquear a la ultraderecha. Y Díaz Ayuso debería de ser consciente de que no habla ni como madrileña ni como política del PP, sino como presidenta autonómica. Y si lo sabe y sabe lo que hay en ese frente y, aun así, actúa de este modo, peor.

“Podemos pide al gobierno”

Cada vez que leo la frase “Podemos pide al gobierno” me acuerdo de Martin Garitano, que salió de su despacho cuando era diputado general de Gipuzkoa para sumarse a una manifestación contra la institución que él mismo presidía. Nadie entendió esa dualidad en Euskadi… Como nadie la entiende en España en el caso de Podemos. Una persona que sabe de esto mucho más que yo me explicó en una ocasión que en política lo peor que te puede pasar es no saber quién eres. Y si Podemos no tiene claro si es gobierno u oposición, o juega a ser las dos cosas… Le irá mal. Allá ellos y a quien le valga.

Iglesias descubre que los demás tienen corazón

Uno de los tuits que más me sorprendieron la semana pasada fue este con unas declaraciones de Iglesias: “Debo reconocer que no imaginaba que una de las primeras preocupaciones de la ministra de Defensa iba a ser la situación de las personas sin hogar. Me emocionó y he de reconocer que es un honor trabajar a su lado”. Igual Pablo Iglesias pensaba que nadie más que él tenía sensibilidad o empatía… Como pensó que nadie más que él tenía sentido de la democracia y la decencia, o que nadie más que él era capaz de hacer entrevistas, o que nadie más que él era un académico íntegro y coherente.