Que no ardan más las redes

En verano el riesgo de incendio en nuestros bosques es mayor. En Internet, el riesgo parece constante. Ícaro Moyano resume en dos tuits mucho mejor que yo lo que quiero decir: “Nueve de cada diez veces que un periodista dice en la radio o en la tele que ‘arden las redes’ se refiere estrictamente a lo que ha leído en su timeline. Y su timeline está formado en su mayoría por otros periodistas. Lo afirman sin tener ni puñetera idea de lo que arde en Facebook, Instagram o TikTok por ejemplo. Lo afirman sobre una red, Twitter, cuya representación está por debajo del 10% de la población”.

Lo que guarda TikTok

El mérito de TikTok es haber concentrado lo peor de Internet: la pérdida de tiempo, la copia infinita, los timadores con falsas inversiones, la creatividad del fuego de artificio, el uso compulsivo y los influencers de microcosmos. Pero también concentra las peores prácticas empresariales, como resume Pablo Duchement en un extenso pero muy interesante hilo: TikTok almacena hasta los datos biométricos de los usuarios, ahora, de modo legal después del cambio de políticas, esas que todos aceptamos sin mirar. Y como bien recuerda este perito informático, detrás de TikTok sigue el gobierno chino.

Anonymous contra Musk

El vídeo de Anonymous contra Elon Musk por el modo en el que el de Tesla juega con el valor del Bitcoin no tiene desperdicio. Como TikTok, concentra muy bien la esencia de esa Internet de “los enteraos”. Para empezar, ni siquiera está claro que detrás del vídeo esté Anonymous, si es que eso es una organización o una flipada. Para seguir, lo que le reprochan no es que especule gracias a una economía virtualizada, sino que la pérdida de valor que ha generado Musk en Bitcoin ha afectado negativamente a esos apostantes que quieren ser más listos que los demás porque conocen un par de mecánicas digitales.

Sí a las guías para amas y aitas

Pantallas Amigas hace muy buen trabajo para que aitas y amas sepamos, por ejemplo, activar controles parentales en los dispositivos. Pero no es solo una cuestión de mecánicas o botones: es importante saber en qué consiste lo que atrae a nuestra chavalada. Por ejemplo, Roblox, una aplicación que “lo peta” (¿se seguirá diciendo así?) entre las y los más jóvenes (pero muy jóvenes: “El 50% de los jugadores tienen entre 9 y 12 años”, según Xataka). Un juego que pueden terminar de desarrollar los usuarios por comunidades y en el que, por supuesto, hay una parte que es de pago, que ninguna empresa es una ONG.

Una Euskadi más grande

Hace muchos años fui un adolescente del montón en Euskadi, y pude comprobar que, como decía el chiste, follar no era pecado, sino milagro. Hoy en EE.UU. estaría más cerca de ser un tío a la moda: “El porcentaje de adolescentes preuniversitarios que ya han perdido su virginidad es hoy del 39%, frente al 51% de 1991”. El estudio que cita Magnet no es el primero que muestra un desinterés de la juventud por el sexo, no solo en América, también en Europa. Una falta de interés que va unido a la del alcohol o las drogas y, sobre todo, a un retraso claro en el acceso a una autonomía económica. Simplemente, se retrasa hacerse mayor.