Vox no quiere declaraciones contra la violencia de género

Ese es el titular y la esencia de la noticia en Vozpópuli: Vox no quiere declaraciones institucionales contra la violencia de género en la Comunidad de Madrid. Allí ha podido vetar la del 25-N (es necesaria la unanimidad) y lo ha hecho. Según el mismo digital, no es la primera vez que Vox ejerce ese derecho a veto, lo preocupante es que ya sabemos cuál es su obsesión: romper los consensos más básicos de la democracia y la sociedad como el de la violencia de género, el derecho al aborto o la libertad sexual de las personas. Esto es Vox y por esto es por lo que hay que combatir su ideología.

Gracias, Pablo

No es la primera vez que tenemos la sensación de que a Pablo Casado le asesora el enemigo. Bienvenidos sean esos deslices como el que ha cometido en Croacia, calificando al catalán como “un problema de toda Europa”. Ojo, para variar ha dicho la verdad: la independencia de Catalunya o Euskadi afectaría negativamente a le economía española y, como segunda derivada, abriría la caja de los truenos en los estados europeos ya que la mayoría de ellos tiene sus propios conflictos territoriales, desde los bávaros al norte de Italia pasando por Córcega y, cómo no, Irlanda, entre muchos otros.

Hablando del norte de Irlanda…

Irlanda del Norte ha vuelto a las noticias gracias al Brexit. Esta vez, la violencia no es el problema, sino la frontera con la república de Irlanda, que sí es Europa. Pero la violencia sigue ahí, directa (todos los años hay varias agresiones entre comunidades y hasta noticias sobre los “habituales” disparos en las rodillas) o simbólica: ha aparecido un nuevo mural (sí, nuevo, en 2019) con dos paramilitares dibujados con sus capuchas y sus armas, y firmado por un “batallón” en el Este de Belfast (una zona tradicionalmente protestante pero con bastantes menos “troubles”). Cuidado con los modelos que tomamos.

El Pequeño Nicolás, detenido

“El pequeño Nicolás fue detenido este martes en un restaurante de la zona madrileña de Azca por agredir e intentar apuñalar a un camarero”, leemos en La Información, entre otros digitales. Aquel niño que viajaba en coches oficiales, se sacaba fotos con Aznar y hacía negocios como un estafador de película, hoy provoca altercados en restaurantes “muy borracho”, según el relato que recogen en el digital. El cuchillo estaba sobre una de las mesas y en el forcejeo uno de los camareros resultó herido en las manos y la cara. El futuro de Francisco Nicolás Gómez cada vez parece más cierto.

¿El negocio se termina?

El modelo de negocio de los youtubers está cambiando y me temo que a peor para los creadores y para los consumidores. Sin duda, la sobreexplotación del fenómeno es el culpable, así hemos llegado a contenidos de peor calidad y más salvajes que han hecho reaccionar a YouTube (porque antes reaccionaron los anunciantes). Ahora hay más problemas para colocar publicidad, menos ganancias, más para repartir… Y algunos youtubers, para asegurar sus ingresos, han empezado a promocionar webs de apuestas sin licencia y radicadas en paraísos legales, según El Confidencial, entre otros medios.

El ciclo de la violencia

Este fin de semana en el Este de Belfast han detenido a seis paramilitares, según el Belfast Telegraph. Del ciclo de la violencia no se sale fácilmente: cuando en 2006 viajé a Belfast por primera vez, miembros del Observatorio de Conflicto me explicaron con total tranquilidad que en la ciudad daban por hecho a un par de asesinatos al año y que había padres que conocían los sótanos en los que habían torturado a sus hijos hasta la muerte y que, probablemente, acabarían vengándose. La violencia la conocemos bien en Euskadi y sabemos calificarla y hasta clarificarla (quién mató a quién y por qué) pero nadie sabe, porque no puede, disolverla.

Un parlamento secreto

Tal vez sea por desconocimiento (aunque el líder de Vox en Andalucía es juez) o porque se mean en todo sin que no les importe nada, pero ahí está la noticia: Vox pide que sus propuestas al Parlamento sean secretas hasta que se debatan. ¿Qué pretenden con eso? Yo lo tengo claro: que no se les vea el color negro de la pata (y el alma) hasta que pase este doble ciclo electoral. Pero su petición choca con lo que, por definición, es una garantía democrática: la visibilidad de los procesos en un parlamento. En cualquier caso, siempre habría alguien que lo filtraría cumpliendo con su labor de representante de los demás.

El nuevo PP

Desde que Rajoy nombró secretario de Comunicación del PP a Pablo Casado lo vimos venir: el nuevo PP era más cafre y más retrógado que el que personificaba el pontevedrés. Y el ascenso del delfín de Aznar así lo certifica. Pero este paso atrás hacia el cromañón tiene derivadas muy graves: que un tío nacido en 1981 apueste por “un histórico antoabortista” muestra un grave fallo del sistema porque hay debates que, simplemente, no se deberían de reabrir ni derechos que no podemos permitirnos revisar. Pero Casado insiste en virar al espacio de Abascal y ahí solo pueden pelear con palos y piedras de sílex.

Es lógico, pero no es su lógica

Es absolutamente lógico que en Podemos hayan despedido a los colaboradores de Iñigo Errejón que no han tenido la altura suficiente para marcharse por su propio pie, estrecharse la mano y desear un futuro encuentro en el camino y para bien. Así que Podemos ha optado por el despido en los que se aferraban, tal y como contempla la ley (algo, también, comprensible). Pero en el camino en Podemos están perdiendo parte de su legitimidad al usar, precisamente con legitimidad y legalidad aplastantes, una herramienta (20 días por año trabajado) que tanto han criticado. Con esta desintegración pierden todos.

No es lógico, pero es su ilógica

No parece tan lógico que el antiguo principal colaborador y la exnovia de Pablo Iglesias sean los que estén formando un partido alternativo a Podemos precisamente en la plaza más fuerte para todos ellos: Madrid. Es legítimo, pero a cualquiera le chirría que esas vinculaciones personales acaben en maniobras para disputar el mismo espacio político. Se pongan como se pongan los puristas del pensamiento: no es lógico. Pero sí es su ilógica. Tampoco parece fácil de entender que, en una primera lectura, podamos interpretar un control vertical de la nueva cúpula que es, precisamente, lo que sus “ex” criticaban a Iglesias.