¡Hagámoslo!

“En pocos meses han caído dos gobiernos en los que estaba la ultraderecha: Austria e Italia. Gracias al periodismo de investigación y a la altura de miras de otros partidos. Demostrado: ejercer la responsabilidad periodística y política es la mejor manera de defender la democracia”. La periodista Berta Herrero era así de contundente en Twitter y yo lo celebro porque a veces necesitamos que nos recuerden que, nosotros, sí podemos. Me refiero a los periodistas, a los políticos… Y a las y los votantes debidamente informados que se enfrentan a la extrema derecha: juntos volveremos a vencerla.

Nos toman por tontos

La nueva política consiste en repetir los clichés de la vieja mucho más rápido pero con una nueva etiqueta y con más intensidad. En especial, hay una práctica de la vieja política que la nueva parece haber sublimado: la de tomar por idiota al personal. Las ofertas públicas de Podemos al PSOE mientras Echenique desprecia a los socialistas en Twitter alcanza unas cotas de hipocresía nunca vistas. Y lo de Ciudadanos en Madrid, ya, es de matrícula de honor: casi de un día para otro hacen inauguraciones como si hubieran ejecutado las obras. Eso es tomar por idiota a la ciudadanía, y siempre pasa factura.

Nota mental

Precisamente, ni Ciudadanos ni PP son de esos que ponen pie en pared contra la extrema derecha. Al contrario: se apoyan en ella y la empoderan. ¿Por qué? Desgraciadamente, porque todo apunta a que persiguen los mismos objetivos: “¡Que cuando dicen ‘bajar los impuestos’ no están hablando de los vuestros! ¡Que hablan de los impuestos de ellos, de los ricos! ¡Que parecéis gilipollas!”, exclama Pani El Rojo en Twitter como respuesta a los anuncios de rebajas fiscales de Díaz Ayuso o Juanma Moreno, punta de lanza del pacto a tres derechas extremadas para beneficio de los que llevan siendo poderosos, por lo menos, unos 80 años.

Todos llegamos tarde

La media punta del Valencia, Mapi Vilas, ha logrado hacer viral una respuesta suya en Twitter al programa El Chiringuito: “Ya estábamos en el mapa. Otra cosa muy distinta es que no tuvierais interés en verlo”, después de que en el programan anunciaran que “el fútbol femenino se ha puesto en el mapa con la llegada del Real Madrid”. La afirmación de los televisivos, como siempre, es un diez en provocación y un suspenso en realidad, pues antes de Florentino Pérez ya llenaban estadios. Pero no es menos cierto que todos llegamos tarde: las futbolistas siempre han estado allí, nuestra atención, no.

La moda de parecer pobre

Parecer pobre no pasa de moda. Es una manera de legitimarse que, sobre todo algunos votantes de izquierda declarados, ejercen tanto como pueden. Aseguran que crecieron en barriadas, que viven en barrios obreros, que conducen coches de gama media y que van de vacaciones donde pueden. ¡Vaya, pues como todos! El tono ese lastimero de la clase media intentando parecer baja hace tiempo que suena aburrido, pero cuando lo práctica alguien como el Cholo Simeone en el Atlético de Madrid (donde podría estar cobrando 24 millones netos por temporada), declarándose “equipo del pueblo” suena a chiste malo.

«A quien corresponda»

No negaré la gravedad de un fraude electoral en Catalunya para dejar sin efecto votos independentistas aumentando el censo en circunscripciones concretas. Pero la suma de los que lideran la denuncia vía Twitter me tira para atrás: Anonymous y Beatriz Talegón, que a su vez llama la atención a Rufián, Colau, Cotarelo, Albano Dante, la CUP… ¡Uf! El independentismo está cargando con personajes que ponen peso en la mochila en vez de ayudar a llevarla.

Anda que los “amigos” de dentro…

Me ha sorprendido la cantidad de estrellas en Twitter que ha generado este procés: líderes de opinión que lanzan mensajes a favor de la república catalana que sus miles de seguidores retuitean. Pero generar ese ecosistema tiene sus riesgos, porque te aparecen tipos como Jordi Borrell. Este profesor universitario ha acabado borrando su cuenta en Twitter después de arremeter contra Miquel Iceta con “gracietas” homófobas. Por supuesto, el unionismo lo ha aprovechado, pero el pecado es de Borrell.

La munición no se regala

La campaña en Catalunya ha arrancado mal desde el independentismo: mensajes homófobos, los que quieren meter con calzador a las víctimas de los atentados en Barcelona y, ahora, la banda que hace un “escrache” a Andrea Levy como si esta no fuera a usarlo a favor del PP en Catalunya… Y España. Si el primer mandamiento es que en campaña no vale todo, el segundo es que la munición al enemigo no se regala. Las energías tienen que concentrarse en empujar lo propio.

Que ya se la regalan otros…

Ada Colau acudió a un programa de máxima audiencia en Telecinco un sábado lluvioso por la noche pero seguro, seguro, que no tuvo nada que ver con la campaña catalana porque, claro, ella es la alcaldesa de Barcelona y estas elecciones no van con los municipios. Y todos nos lo tenemos que creer. Si el nacionalismo español tiene a favor a medios y palmeros (oigan, que la Colau tuvo una novia, ¡qué moderna, qué cercana!, aseguran algunos), el catalán tiene que cuidarse especialmente.

Guardiola lució un lazo amarillo… Y ganó

Pep Guardiola es un ejemplo de comportamiento, valores, compromiso y profesionalidad. También es un ejemplo, para su desgracia, de cómo se las gasta el nacionalismo catalán: el entrenador del City lució un lazo amarillo en solidaridad con los presos catalanes que no pasan por el aro (¡qué vergüenza, España!), y también ganó al United de Mourinho. Lo primero ha sido noticia en mayor medida que su temporada extraordinaria, que está siendo silenciada en la prensa española.