Un spin-off es una nueva serie a partir de un personaje de una anterior. En política ya hemos visto algún spin-off como el partido de Errejón a partir de algunos personajes de Podemos. Lo que no esperábamos, o no tan pronto por lo menos, es conocer ya el primer conflicto interno en la formación nueva: según Vozpópuli, Tania Sánchez habría maniobrado para apartar a Clara Serra, que la ganó en las primarias para ser “número dos”. Pero Errejón en quien confía para el orden interno es en la que fuera pareja sentimental de Pablo Iglesias, por cierto, y según el digital, le deja libertad de movimientos.
¿Y qué si no pediste quitas?
Iba a dejar pasar el concurso de acreedores de ICV porque, al final, en todos los partidos hay personas trabajadoras y proveedoras que sufren los vaivenes electorales, hasta que leí en El Confidencial que su coordinador nacional, David Cid, quería aclarar que nunca obtuvieron condonaciones de parte de su deuda. ¿Y qué importa eso cuando vas a dejar impagos a esos mismos bancos pero, seguramente, también a proveedores y trabajadores por tus malas decisiones políticas? Algunos confunden la altura política con que ellos mismos sigan siendo paladines de la integridad en las películas que se han montado.
Pagar impuestos es de tontos
Vamos ahora con los más listos de la clase, esos que se han montado restaurantes ilegales en su casa gracias a una aplicación que permite contratar comidas en viviendas particulares. Sin inspecciones de Sanidad, sin altas de autónomos ni facturas. Solo una transacción por medio de una App que se queda con el 20% (un beneficio industrial estándar que tributará vaya usted a saber dónde) que va a ver tu casa antes de darte el alta. Todos los que participan, también los que contratan la comidita (a los que no deseo nada malo pero sí una noche de ardores de estómago) forman parte del jetismo ilustrado digital.
Sí, es posible
Los grandes beneficiados de los agujeros legales de la red (modelo de negocio de muchas empresas que se presentan como tecnológicas pero son explotadoras de toda la vida), mucho más que los desarrolladores de esas apps y los listos de turno, son las redes sociales digitales (cuya utilidad defiendo, pero con normas de juego claras). Así que me alegro de decisiones como la del parlamento francés que anuncian en Trecebits: Google y Facebook deberán eliminar el contenido de odio que alojan y tendrán que hacerlo en 24 horas desde que se apruebe la ley si no quieren sanciones. Así, sí.
Este verano, no compartas cualquier mierda
Lo dejo ya con un consejo: querida lectora, querido lector, no compartas cualquier mierda que te pasen por WhatsApp o veas en Facebook, Instagram y Twitter. Antes de hacerlo, piensa en el grupo de chavales que murieron en un naufragio y que con cuyas fotos hicieron un collage en Público. Hoy, ese montaje con las caras de quienes intentaban llegar a las Islas Canarias huyendo de la miseria y se perdieron en el mar, está siendo utilizado para pedir venganza contra “La Manada de Manresa”, como si aquellos ahogados fueran esos violadores. ¿Por qué? Porque alguien lo lanzó con maldad y alguien lo compartió sin pensar.