La derecha quiere televisiones «leales»

Sonreía leyendo la colección de argumentos ridículos que Abascal y los de prensa de Vox están lanzando en Twitter contra la entrevista que Franganillo hizo a su líder en La1, cuando topé con esta noticia en Eldiario.es: “El PP amenaza al director general de Telemadrid con pedir su dimisión y le dice que no es ‘leal’ al Gobierno de Ayuso”. Solo pude concluir que la derecha quiere televisiones públicas leales. Como declaración de intenciones me parece elocuente. Como modo de tomarse la democracia me parece preocupante. Pero son coherentes: contra ETB, el pressing es igual… Y no siempre van de frente como en Madrid.

Y con huecos

Un modo de demostrar lealtad a la derecha en Canal Sur es, por ejemplo, contratar como directora adjunta de Contenidos Informativos a la que ha sido jefa de prensa de Ciudadanos en Andalucía. Así, Desiree García-Escribano será la número dos de su departamento. Miren, la gestión de un ente público es muy difícil, está lleno de intereses (desde proveedores a partidos políticos) y solo rema en el sentido de la dirección quien propone al director o directora. Pero un mínimo de decoro incluso en cargos que en algún ente puedan ser de designación (o que no se cubran por personal laboral, que también pasa) es irrenunciable.

“Ni en la más dura posguerra”

En la más dura posguerra muchos hubieran pasado por el paredón. En los mejores años de la dictadura nadie libraba a los disidentes de torturas, cárcel o dificultades. Pese a estas evidencias, la extrema derecha sigue blanqueando el franquismo: “Los comunistas, los de Podemos e IU y sus amigos, estos que en Venezuela exterminan al discrepante como Franco no hizo ni en la más dura posguerra, pretenden prohibir la opinión y la verdad. El PSOE ya es lo mismo que ellos. Quienes callen y no se resistan serán pronto esclavos”. Lo peligroso es que Tertsch tuitea para quienes, por edad, no conocieron las evidencias, y le funciona.

Urbán se cree que le eligieron a él

En la política española y vasca hay un tipo de político que me resulta especialmente divertido, el que se piensa que le eligen a él todos y cada uno de sus votantes, el que desprecia la fuerza del partido, que suele ser el mismo que, cuando renuncia a seguir siendo parte del partido con el que se presentó (normalmente por cuestiones de dignidad), no renuncia a seguir siendo concejal, parlamentario o diputado porque la ciudadanía, volvemos al principio, le ha elegido a él. Por ejemplo, Miguel Urbán ya no es de Podemos pero seguirá siendo eurodiputado. ¡Claro que sí! A ver qué pasa cuando se presente por su cuenta.

Nace el primer partido regionalista… madrileño

No me gusta Pablo Iglesias como político (tampoco me gustaba como contertulio), pero reconozco que ha sabido hacer muy bien las cosas en beneficio de su partido. Por el camino se quedó Errejón (bien haría Urbán en fijarse en él) que, casi sin quererlo, ha creado el primer partido regionalista madrileño: en El Confidencial explican que renuncia a presentarse a los próximos procesos electorales autonómicos para centrarse en Madrid. No creo yo que en un estado tan centralizado como el español la madrileña sea una autonomía maltratada, pero, por principios y hasta por diversión, me parece estupendo que exista.