Es fácil decir a Grecia qué hay que hacer

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No me refiero a la famosa “troika”, que nos dice a todos los europeos desde hace años qué tenemos que hacer, me refiero a los millones de europeos que no dejan de decir en Twitter qué tienen que hacer los griegos: pagar con recortes el dispendio de décadas o votar por la pobreza en un referéndum. Cuando uno no tiene que cargar con las consecuencias de grandes mentiras, ni con las de un gobierno que no ejerce la responsabilidad que le han asignado, es fácil hacer recomendaciones.

Exactamente igual que la mayoría, Ada

Creo a Ada Colau cuando afirma, vía Facebook, que su marido trabajará en su partido político “por convicción y méritos propios”. Exactamente igual que muchas parejas o familiares directos de otros representantes de la ciudadanía que también trabajan en política. Por supuesto, ha habido enchufados que nunca se ganaron el sueldo. Pero la mayoría, como el marido de Colau, Adrià Alemany, son competentes. Pero ni Podemos ni derivados han estado nunca de acuerdo conmigo: para ellos, cualquier contratación era (¿y es?) “casta”.

No a la violencia

Llevo ya 10 años expresando mis opiniones sobre política y sociedad en las páginas de este periódico. En este tiempo he podido evolucionar en mi forma de pensar sobre distintos temas, pero sobre uno me he mantenido radicalmente firme: en condenar cualquier tipo de violencia ejercida contra alguien solo porque tiene una opción política diferente a la del agresor. Y me mantengo: en Madrid han sido agredidos los participantes en un “círculo” de Podemos (‘Iniciativa Debate’). Ataque que merece la más firme de las condenas.

Una dura despedida

Muchos esperábamos que José Ignacio Wert llegara con la guadaña afilada a su ministerio: el recorte en Educación estaba cantado, solo quedaba ver cuánto de profunda sería la laceración. El resultado, sin embargo, ha sido realmente desastroso. En ‘Cuarto Poder’ han repasado su gestión como ministro a golpe de crítica: la LOMCE, los expulsados de facto de la Universidad por la subida de tasas y la rebaja de becas, el IVA cultural, y el uso de edificios del Estado para citas románticas.

El drama de los “antivacunas”

En España la víctima ha sido un menor indefenso, de seis años de edad, que no había sido vacunado porque sus padres habían sido víctimas de la desinformación. En EE.UU. solo este año hay 173 casos de sarampión de los que 117 están relacionados con una epidemia en Disneyland cuyo foco han sido personas sin vacunar. El máximo promotor de este movimiento irracional, Jeff Bradstreet, fue hallado muerto, suicidado, según la versión oficial, la pasada semana (‘El Confidencial’). La tragedia continúa.