El reto que tenemos

La prensa tradicional tiene ante sí un reto fabuloso pero, en esencia, sencillo. Sencillo en el planteamiento aunque complejísimo en la ejecución: solo tenemos que rearmarnos. Pero, claro, esto es muy difícil si el que fuera director del periódico en la época que cita, tuitea esto con asombrosa tranquilidad: “Hace cuatro años intentamos evitar desde El País el pacto de Sánchez con populistas y separatistas porque creíamos que eso era malo para la izquierda y para España. No nos creyeron”. Miguel Aizpuru anotaba sobre el tuit de Antonio Caño: “Me fascina que el exdirector de El País admita esto por aquí y como si nada”.

El teorema de Jesús Barcos

También en Twitter, Jesús Barcos ha lanzado un mensaje que ha podido pasar desapercibido pero que suena a teorema político contemporáneo: “Si aumenta la desigualdad con un gobierno de derechas, la izquierda se moviliza y se carga de razones. Si aumenta la desigualdad, no se aminora o no baja respecto a las expectativas creadas con un gobierno de izquierdas, la izquierda se desmoviliza y se carga de frustración”. Esta premisa ayuda a explicar la bajada de IVA que ha anunciado el gobierno español, por ejemplo. Pero tirar con pólvora del rey, como están haciendo PSOE y Podemos, es el recurso al rincón del vago de la política.

La realidad

El teorema de Jesús Barcos, en forma de tuit, me resulta perfectamente válido incluso aunque obvie una parte muy importante de la actividad desmovilizadora de la izquierda: la lucha cainita. “Nieto insiste en culpar a Teresa Rodríguez del fracaso de la izquierda y ésta le recuerda que ellos la echaron”, leo en República.com con cara de pasmo. Esta izquierda española no dejará de sorprendernos: cuando todo invita a la autocrítica por Andalucía, una parte de la izquierda se la hace a la otra para evitar hacérsela a sí misma. Parece un galimatías pero todo el mundo lo entiende porque lo ve, lo ha visto y sabe que volverá a verlo.

No tenía cómics y videojuegos en casa

A Fernando González de Castejón, conde de Atarés y marqués de Perijá, no le han encontrado cómics o videojuegos en casa. Creo que tampoco una cinta de La Orquesta Mondragón o un CD con música rap. Al autor del doble asesinato en Madrid, y posterior suicidio, lo que le han encontrado en casa son armas y honores a Franco y a Hitler. Y esto puede que tenga que ver con su conducta antisocial y con que tuviera atemorizado al vecindario, pero seguro que está estrechamente vinculado con que viviera en la calle Serrano. Es evidente que, una vez apagados los incendios, hay que activar cortafuegos pero en las herencias franquistas.

Es la puta guerra

La guerra es muy jodida, es dolorosa, es atroz, y la guerra en Ucrania la ha iniciado Rusia con una invasión. Por supuesto, en esa guerra está muriendo gente, como el chaval de Mallorca sobre el que hemos leído esta semana. No podemos llevarnos las manos a la cabeza ni hacernos preguntas sin antes recordar que también hubo milicianos que ayudaron a nuestros gudaris (y la legión Cóndor alemana, al bando franquista), extranjeros que cayeron en Euskadi, como hoy caen en Ucrania, después de dar un paso al frente. Quienes ridiculizan a la víctima, una vez más, están en el bando prorruso pero cómodamente en casa y en Twitter.

Una hostia como un piano

Juanma Moreno ha pegado una hostia electoral como un piano. Es así de sencillo. Una vez más, me he equivocado en mis previsiones: no pensaba que el PP pudiera obtener una mayoría absoluta en un parlamento, como el andaluz, en el que convivirán cinco partidos (Ciudadanos ya no cuenta ni contará). Pero así ha sido: la moderación, el conocimiento del terreno y, sobre todo, la elección del enemigo, han sido claves para la victoria de Moreno. El PP no se enfrentó a Vox, ni al PSOE, y omitió a la izquierda. El PP se enfrentó al momento, a la crispación y al mito de la Andalucía socialista. Y ha ganado de calle.

“Gracias a mis compañeros”

Imagino que el de ayer habrá sido un día muy difícil en el PSOE. No solo por la derrota, también por lo que va a significar: los de Sánchez sacaron a Susana Díaz de la ecuación y el resultado ha sido desastroso. No solo para ahora: el futuro de una comunidad que ha demostrado que no es de voto socialista, sino de voto cautivo, se tiñe de azul. La derrota ha sido absoluta y, tras una de estas, ya sabemos cómo se las gastan los del puño y la rosa, y en Andalucía, con todas esas circunstancias que todas y todos podemos ver, la lucha fratricida puede ser especialmente cruenta y salpicar mucho.

El book de Macarena

Macarena Olona no podrá completar su book andaluz. Le va a faltar la imagen de la celebración. No pasa nada: vestido verde, mantilla, noche sureña y, venga, a por la foto. ¿Que el resultado ha sido bastante peor que el esperado? ¿Que Olona ha restado más que ha sumado? ¿Que el PP no depende de Vox? En el mundo de Macarena todo se arregla con un posado y una frase hueca: “Te voy a querer cada día. Tú sacas la mejor versión de mi misma. Lo mejor empieza ahora. ¡Gracias Andalucia!” (sic). La falta de esas tildes y la coma del vocativo es como la de los escaños que no llegaron: fastidia pero no impide la foto.

“Urgente”

Según Podemos, el mismo domingo, en los colegios electorales “muchas personas preguntan cuál es la candidatura en la que está Podemos. Estamos dentro de ‘Por Andalucía”. El tuit es el reconocimiento de un fracaso previo al de los propios resultados. La candidatura de Por Andalucía salió coja en la carrera por la estrategia de los morados que impidió el acuerdo a tiempo. No solo es que Podemos se quedó fuera, es que sacó del tablero a la agrupación electoral en su conjunto con su ya famoso juego de tronos. Y el día de las elecciones, las urgencias. Y el día después, el luto. Y el siguiente, las excusas.

Pues ya puede germinar rápido…

Vuelvo al principio: la clave en las elecciones andaluzas ha estado en el enemigo que ha elegido cada partido. El PP, las discusiones. El PSOE, a sí mismo. Vox, sus propias expectativas. Y Por Andalucía y Adelante Andalucía, el uno al otro. Teresa Rodríguez, la líder que quiso encontrar el espacio alternativo a Podemos, ha convertido a su partido en el último del parlamento andaluz después de que Ciudadanos haya desaparecido del todo. Habla Rodríguez de una izquierda “andalucista, feminista y ecologista”. Una vez más, grandes temas. Una vez más, perfil ante otras izquierdas. Una vez más, una izquierda empequeñecida.