El problema no es el feminismo

El problema no es el feminismo de Ángela Rodríguez Pam, el problema es que usa el feminismo como excusa para justificar un pésimo sentido del humor (por lo menos, en el chiste que todos hemos podido ver) y una soberbia difícilmente justificable. Pero la secretaria de Estado de Igualdad no es la única que cae en confundir su activismo, plenamente legítimo y necesario, con su actitud, igualmente necesaria pero para el enemigo de una imprescindible igualdad real entre mujeres y hombres. Mucho más cerca tenemos más casos conocidos de mujeres que con la bandera del feminismo tapan malas formas y no mejores fondos.

Sí, así es política

Con su inapropiado chiste, Ángela Rodríguez Pam debilita la causa feminista pero también al ministerio en el que trabaja y el partido que la ha elegido para ocupar la secretaría de Estado. Sí, así es la política: si cometes un error lo pagas porque siempre hay medios o partidos esperando tu resbalón. Exactamente igual que Podemos espera los resbalones de representantes de otros partidos. Y la bandera del feminismo, insisto, no es la capa de invisibilidad de Harry Potter. Mi compañero Miguel Aizpuru lo resumía muy bien en su tuit: “Más allá de la polémica, a lo de Ángela Rodríguez Pam se le llama escasa inteligencia política”.

Tampoco lo es lo de Shakira

Shakira tampoco ha ejercido feminismo alguno con la canción con la que está partiendo la pana esta semana, en la que de un modo muy explícito deja claro que pretende ajustar sus cuentas a Gerard Piqué y a Clara Chia. Repito: no es feminismo, es otra cosa. ¿Legítima? ¿Audaz? No lo sé, sinceramente. Lo que sí sé es que es mucho más de mi agrado el tuit de la guionista Ángela Armero sobre una de las estrofas más populares: “Se puede llorar y facturar a la vez. Las autónomas lo sabemos bien”. Autónomas que no son millonarias ni tienen acceso a convertir en colaboradoras de sus venganzas personales a millones de personas.

Otro tema

No suelo estar de acuerdo con el punto de vista del tuitero Martinez, pero reconozco que esta vez su sarcasmo me resulta muy apropiado: “Me alegra ver que nuestros esfuerzos en materia de reducción de emisiones están dando sus frutos”, tuitea junto al gráfico en el que se ve cómo la Unión Europea y EE.UU. hacen un esfuerzo similar por reducir su contaminación mientras en China les da igual todo y disparan sin control sus emisiones. Cuando vi esas curvas me vi a mí mismo tirando tres bolsas de basura en otros tantos contenedores después de leer lo de los paseos espaciales de Jeff Bezos por entretenimiento, preguntándome si soy tonto.

La risa, ese gran regalo

Por supuesto, sigo separando la basura. A Bezos le da igual el planeta, pero a mí sí me importa, y eso me hace mejor persona que él, no tengo ninguna duda. Pero mi convencimiento a veces no es suficiente: necesito reír de vez en cuando con las cosas que a mí me hacen gracia. Lo cierto es que nunca he exhibido un gusto exquisito para el humor y reconozco sin dificultad que una de mis comedias favoritas es El Príncipe de Zamunda. Así que, evidentemente, el Globo de Oro a Eddie Murphy me parece muy justo, porque le considero uno de los grandes cómicos para mi generación que, sin ser de cristal, ha acabado muy rayada. Y rallada.

El reto que tenemos

La prensa tradicional tiene ante sí un reto fabuloso pero, en esencia, sencillo. Sencillo en el planteamiento aunque complejísimo en la ejecución: solo tenemos que rearmarnos. Pero, claro, esto es muy difícil si el que fuera director del periódico en la época que cita, tuitea esto con asombrosa tranquilidad: “Hace cuatro años intentamos evitar desde El País el pacto de Sánchez con populistas y separatistas porque creíamos que eso era malo para la izquierda y para España. No nos creyeron”. Miguel Aizpuru anotaba sobre el tuit de Antonio Caño: “Me fascina que el exdirector de El País admita esto por aquí y como si nada”.

El teorema de Jesús Barcos

También en Twitter, Jesús Barcos ha lanzado un mensaje que ha podido pasar desapercibido pero que suena a teorema político contemporáneo: “Si aumenta la desigualdad con un gobierno de derechas, la izquierda se moviliza y se carga de razones. Si aumenta la desigualdad, no se aminora o no baja respecto a las expectativas creadas con un gobierno de izquierdas, la izquierda se desmoviliza y se carga de frustración”. Esta premisa ayuda a explicar la bajada de IVA que ha anunciado el gobierno español, por ejemplo. Pero tirar con pólvora del rey, como están haciendo PSOE y Podemos, es el recurso al rincón del vago de la política.

La realidad

El teorema de Jesús Barcos, en forma de tuit, me resulta perfectamente válido incluso aunque obvie una parte muy importante de la actividad desmovilizadora de la izquierda: la lucha cainita. “Nieto insiste en culpar a Teresa Rodríguez del fracaso de la izquierda y ésta le recuerda que ellos la echaron”, leo en República.com con cara de pasmo. Esta izquierda española no dejará de sorprendernos: cuando todo invita a la autocrítica por Andalucía, una parte de la izquierda se la hace a la otra para evitar hacérsela a sí misma. Parece un galimatías pero todo el mundo lo entiende porque lo ve, lo ha visto y sabe que volverá a verlo.

No tenía cómics y videojuegos en casa

A Fernando González de Castejón, conde de Atarés y marqués de Perijá, no le han encontrado cómics o videojuegos en casa. Creo que tampoco una cinta de La Orquesta Mondragón o un CD con música rap. Al autor del doble asesinato en Madrid, y posterior suicidio, lo que le han encontrado en casa son armas y honores a Franco y a Hitler. Y esto puede que tenga que ver con su conducta antisocial y con que tuviera atemorizado al vecindario, pero seguro que está estrechamente vinculado con que viviera en la calle Serrano. Es evidente que, una vez apagados los incendios, hay que activar cortafuegos pero en las herencias franquistas.

Es la puta guerra

La guerra es muy jodida, es dolorosa, es atroz, y la guerra en Ucrania la ha iniciado Rusia con una invasión. Por supuesto, en esa guerra está muriendo gente, como el chaval de Mallorca sobre el que hemos leído esta semana. No podemos llevarnos las manos a la cabeza ni hacernos preguntas sin antes recordar que también hubo milicianos que ayudaron a nuestros gudaris (y la legión Cóndor alemana, al bando franquista), extranjeros que cayeron en Euskadi, como hoy caen en Ucrania, después de dar un paso al frente. Quienes ridiculizan a la víctima, una vez más, están en el bando prorruso pero cómodamente en casa y en Twitter.

El jarabe autoadministrado

En la pugna entre “el Movimiento Socialista” y “la Izquierda Abertzale”, como en todo, el diablo está en los detalles: pueden disfrazarlo con toda la palabrería que quieran los denunciantes y los denunciados, pero se trata de poder, visibilidad y dinero. Nada novedoso, nada ideológico: quién puede poner las txosnas y quién lo decide (con a habitual verticalidad de la izquierda abertzale). Todo se resume en eso. Por el camino, qué ironía, Bildu se encuentra con las piedras que ha ido poniendo a los demás: nepotismo, corrupción, alineación con el Estado y traición a las clases medias. Nada nuevo bajo el sol.

Escondiendo a la candidata

Los datos que manejan en Vox para las elecciones andaluzas tienen que ser malísimos si la decisión que han tomado es la de apartar a la candidata. Esa “desaparición” con la campaña ya lanzada solo se puede explicar con que su acción perjudica claramente las buenas expectativas que la ultraderecha tenía en esta comunidad autónoma. El caso es verdaderamente excepcional y elocuente: Vox funciona mejor cuando nadie de Vox interviene, cuando dejan que los medios marquen la agenda, desde las líneas cobardes de Twitter y WhatsApp, pescando descontento y, sobre todo, sin proponer absolutamente nada.

Aquellas monedas de plata

Las 155 monedas de plata que mencionó Rufián para volar los puentes que estaba tendiendo el lehendakari Urkullu junto a Puigdemont en Catalunya las sigue pagando el primero de los tres actores mencionados. Miguel Aizpuru también se acordó de ellas después de leer el tuit de Eldiario.es: “Gabriel Rufián llama ‘tarado’ a Puigdemont por la declaración de independencia y después rectifica”. Hoy sabemos, a la luz de los acontecimientos, que aquello no tenía nada que ver con la república catalana, sino con la victoria electoral de una ERC que, ya con un president en la Generalitat, está disolviendo la aspiración nacionalista.

La mafia (y la magia) del fútbol

El fútbol es un deporte maravilloso que implica a millones de personas en el mundo, que nos emociona y que sirve para explicarnos como sociedad y hasta como civilización. Y al mismo tiempo, el fútbol es tan grande que acoge en sus senos diferentes actuaciones que bien podríamos identificar con las que hacen las distintas mafias: “Rubiales no solo grabó a ministros y altos cargos del Gobierno y guardó mensajes amenazando a Pedro Sánchez. También dio instrucciones a sus colaboradores para que hicieran lo mismo con políticos, profesionales del fútbol y periodistas”, siguen informando en El Confidencial.

No lo entiendo

Porque soy una persona del montón no entiendo cómo funcionan las criptomonedas. Y no lo entiendo, simplemente, porque el modelo de negocio consiste en que nadie lo entienda para poder especular con el dinero de quienes creen que en esa complejidad van a encontrar su Eldorado. Y a estas alturas de la película ya no dejo que nadie me trate como si fuera idiota, pero sigo sorprendiéndome con acontecimientos como este: “Uno de cada cuatro inversores destina más de la mitad de su cartera a criptomonedas” (El Independiente). Supongo que menosprecio la promesa de dinero fácil y la convicción de los vendedores de espejos.

Las veces que haga falta

Con el aumento de la vacunación y el levantamiento de las restricciones el virus corre más. Era fácil deducirlo y es fácil entenderlo. Sucede de la misma manera en Euskadi, en la comunidad de Madrid y en Catalunya. ¿Por qué los números son peores aquí, entonces? Miguel Aizpuru lo explicaba muy bien y habría que retuitear su mensaje las veces que haga falta: “No es que en la CAV y en Navarra seamos más proclives a contagiarnos de covid o más irresponsables. Es simplemente que se hacen muchos más test”. Quien omite este principio, desde el periodismo o la política, no hace bien su trabajo, pero sí se hace un autorretrato.

Ridículos

El premio al ridículo del año yo se lo daría al magistrado o la magistrada que escribió en el auto para desestimar el uso del pasaporte COVID en la CAV eso de que no se puede coartar la libertad de cantar en un karaoke. Semejante chorrada también ha servido para que se hagan un buen selfie quienes tomaron la decisión y, más aún, quienes la defendieron. Y ha sido un gran recurso para quienes optan por reírse de las y los que restan gravedad a una pandemia mundial. Juan Ignacio Pérez ironizaba en Twitter: “Los TSJ de Navarra y de Cataluña no están por garantizar la libertad de creación artística en los karaokes. Mal van”.

Sobrevalorarse a sí misma

La salida de Manuela Carmena del ayuntamiento de Madrid, después de haber despedazado su propio equipo de gobierno, me invitó a pensar que igual habíamos sobrevalorada a la jueza progresista. La presentación de su libro, en la que estuvo “arropada solo por los ediles de Recupera Madrid” me empuja a pensar que, sobre todo, ella es la que más se sobrevalora: “La exalcaldesa critica con dureza a los nuevos partidos y ve con esperanza el proyecto de la vicepresidenta segunda” (Vozpópuli). Por supuesto, el único partido bueno de los nuevos es el suyo. No podía ser de otra manera. ¡Ay, cómo es la pureza!

Esto también es cierto

El principal problema de las pensiones es que las cotizaciones para pagar las de hoy y asegurar las de mañana no son suficientes. Y eso no se arregla apretando más a pagadores y asalariados, o a autónomos, sino creando más y mejores empleos. Partiendo de esta base, no podemos olvidar los hechos reales pero impopulares que tuiteaba Miquel Roig: “Los pensionistas reciben mucho más de lo que cotizan. Las nuevas pensiones son más altas que el salario más frecuente. El riesgo de pobreza del resto de la población duplica el de los jubilados. El Mecanismo de Equidad vuelca el coste en los trabajadores”.

Una Navidad muy dura

¿Preocupado porque el juguete que su hija ha pedido a Olentzero no está en ninguna tienda? ¿Harta de esperar a que le entreguen el coche que compró hace meses y que no hace más que retrasarse por la falta de componentes? ¿Los electrodomésticos no acaban de llegar y tienen la cocina patas arriba? Peor lo están pasando las y “los superricos: no hay suficientes jets, yates y relojes de lujo para todos” (Magnet). ¡Qué tragedia! El problema es que en plena crisis sanitaria y económica, “aumentaba el número de superricos” y, claro, ahora no hay exclusividad para todos. Ya sabemos dónde está nuestro dinero.

Hasta las gallinejas

Empieza a ser agotador lo que Miguel Aizpuru define en Twitter como “Madridcentrismo en prime-time”. Ya sé que entre todos alimentamos al monstruo centralistas, y que yo mismo he contado cosas de la campaña madrileña, ¡cómo no hacerlo si tenemos la campaña más populista a tan pocos kilómetros! Pero hacernos partícipes a todas y todos, con debates en la televisión nacional, es o un exceso o una paletada. Así de claro. Por si fuera poco, Florentino Pérez insiste en aparecer y explicar su idea exclusivista que, pese al desastre, algunos se la siguen comprando haciéndose un autorretrato de los de guardar.

Fascismo o todo lo demás

Vamos por partes. Vi el debate entre las candidatas y candidatos a presidente de la Comunidad de Madrid en LaSexta unos 10 minutos. En la primera ronda completa que pude observar aprecié que nada iba a sorprenderme y ese formato, en Madrid y en Euskadi, es muy poco atractivo para cualquier espectador. Además, opino como Ícaro Moyano: “Monasterio ha sacado el cartel de los menores no acompañados con orgullo desafiante. Con la altanería ofensiva de los fascistas. Estos son los socios del PP. Con estos va a gobernar Ayuso. Y ya está, todo lo demás es humo”. Sí, a veces la política es así de fácil.

Para que quede claro

El cartel al que hace referencia Ícaro Moyano, que evita difundirlo acertadamente, busca señalar a los menores que llegan a Madrid (o a Euskadi) solos, huyendo de la ruina, y quieren integrarse en esta sociedad. Jordi Nieva-Fenoll recuperó en Twitter el mismo miércoles, en medio de la refriega, un cartel de la propaganda nazi que “explicaba que con los 5,50 marcos que costaba diariamente al Estado una persona con una enfermedad hereditaria, podía vivir una familia sana durante un día”. Por si le quedaba alguna duda a alguien de contra quién batallamos políticamente o, peor, está dispuesta a pactar.

Superliga. Escena 5. Toma 2

Hemos asistido al anuncio de la Superliga, a su justificación, a su tambaleo, a su destrucción y, ahora, estamos asistiendo a la quinta escena: su defensa pese a las evidencias. En directo estuvo de nuevo Florentino Pérez, esta vez en un programa de radio que no se llama “El Chiringuito”, para no dar tantas pistas, justificando otra vez lo injustificable: el acceso al olimpo deportivo vía gasto y no vía esfuerzo. “No puede ser lo de la Liga española, que los de equipos arriba perdamos dinero y los demás ganen dinero”, dijo el empresario a Manu Carreño. Lo que no puede ser es que quienes despilfarran señalen a quien ahorra.

El Atlético, como la Infanta Cristina

El Atlético de Madrid ha tenido que elegir y ha optado por la vía que inauguró la infanta Cristina: entre ser responsable y no enterarse de nada, optan por lo segundo. Rubén Uría ha desgranado en Twitter la carta que ha enviado a su afición el club “colchonero” y es una de las mejores colecciones de excusas que he visto esta semana. Solo ha faltado la de que el perro se comió el contrato: les engañaron con los clubes implicados, les engañaron con que se iba a negociar con la UEFA, y ahora los gestores piden perdón y aseguran que no volverá a suceder. Solo les falta posar con unas muletas.