Podemos en Madrid, su principal espacio, tiene un grave problema. Podemos fuera de Madrid tiene uno añadido: gestionar la crisis en Madrid como elemento añadido a sus propios problemas. Un elemento añadido que no siempre es menor, porque en Euskadi, por ejemplo, la dirección general de Podemos ya intervino provocando la salida de Roberto Uriarte y su equipo y posibilitando la victoria del oficialista Lander Martínez. Por si fuera poco, es en Podemos Euskadi donde milita el hermano de Iñigo Errejón, y desde donde tuitea, casi siempre de un modo críptico, sobre Podemos y política española.
El padre de Pablo Iglesias
El padre de Pablo Iglesias, Javier Iglesias, se ha presentado para ser incluido en la lista que encabezará Fernando Martos, líder de Podemos en Zamora, y que se enfrentará curiosamente a la de IU, que gobierna. Javier Iglesias formó parte de IU en la ciudad pero desde la creación de Podemos ha tenido varios cargos internos. En Euskadi hay partidos con más de cien años en el que algunos hijos han hecho carrera municipal o nacional después de que la hicieran sus padres, pero llama poderosamente la atención que en la avanzadilla de “la nueva política” el líder tenga a tanta familia tan cerca en tan poco tiempo.
La crisis de reputación de los taxistas
¿Cómo puede ser que un colectivo de trabajadores autónomos invadidos por una moda impuesta por empresas tecnológicas extranjeras que hacen competencia desleal y no tributan donde ejercen, no cuente con el apoyo de la sociedad? Bernat Dedéu, en su columna en El Nacional, ahondando en el verdadero problema de los taxistas: su histórica crisis de reputación. “Al taxi no lo ha matado el paso del tiempo ni los teléfonos inteligentes, sino portavoces sindicales espantosos y de vergüenza ajena”, afirma con toda la razón, viendo los ejemplos catalán y madrileño.
Abandonar las redes como reclamo
La semana pasada Mohamed Salah sorprendió a todos anunciando que dejaba las redes sociales digitales. Para un futbolista esta es una decisión importante: cobran por tuitear lo que las marcas contratan. Así que hablamos de arriesgar parte de sus ingresos a cambio de “ponerse en contacto de verdad”, como anunciaba en su último tuit. Pues bien, parece que su silencio digital forma parte precisamente de una campaña publicitaria y que se romperá en breve (si no lo ha hecho mientras imprimen esta columna). Sirva esta decepción para recordar que los “influencers” no nos cuentan nada: solo nos invaden con publicidad.
Para ti, que te crees joven
Mi mujer dice que estoy sufriendo la crisis de los 40 y solo puedo darle la razón. Y Twitter, Facebook o los blogs, que estoy condenado a leer cada día, son terribles para mis episodios de nostalgia: “Si por casualidad os sentís jóvenes recordad que este año se cumplen 20 años del estreno de Matrix”, tuiteaba recientemente McShine. Cuando leí la frase me acordé de aquella noche de verano que fuimos a ver la película de la que todo el mundo hablaba, de aquellos amigos y de aquella sensación de que algo estaba cambiando. Cambiaba yo, que apenas tenía 20 años. No les cuento lo que he cambiado desde entonces.