Ni PP, ni PSOE, ni Bildu

El de la vivienda es un problema endémico en España ante el que las y los políticos más espabilados han reaccionado: en vez de hacer algo para solucionarlo han decidido hacer algo por sus partidos. Por eso justo antes de una campaña electoral, PSOE, Sumar, Bildu y ERC (que después de la campaña interpuso un recurso por invasión de competencias porque algunos tienen la cara de adamantium) decidieron aprobar una Ley de Vivienda que no solucionó nada pero les generó beneficios políticos: “El Problemón de la Vivienda. Los precios llevan subiendo 41 trimestres consecutivos. Más de 10 años. Fuente: INE”, tuitea Fernando H. Valls.

Esa estrella de cinco puntas…

El ataque a una txosna del PNV en las fiestas de Arrate, en Eibar, con un mensaje claramente amenazador y la estrella de cinco puntas como firma, es inexcusable. La intimidación, la agresión y el señalamiento no son herramientas políticas. Y el silencio frente a quien las ejerce también posiciona a los cobardes y a los colaboracionistas del fascismo. Porque sí, es fascismo, es el mismo fascismo que hemos sufrido en Euskadi durante años y que consiste en atacar a quien piensa diferente. Ese fascismo que hoy y ayer justifican exactamente las mismas personas y, por cierto, sufren exactamente las mismas personas.

No lo sé

La ciudadanía de Venezuela vive gobernada por un populista apoyado desde el exterior por Rusia, China o Cuba, que se niega a exponer con claridad los resultados electorales que le podrían sacar del poder, y que amenaza y asfixia a la oposición. Y aunque parezca increíble, hay personas incapaces de ver algo tan evidente. El exilio en España del candidato opositor Edmundo González es solo la última prueba de cómo se las gasta Maduro, pero sigo sin fiarme de la acogida del PSOE, cuya posición sobre Venezuela me genera tantos recelos como la del PP. Con la oposición descabezada, ¿qué va a frenar a Maduro?

El expolio

Hay que tener muy poca vergüenza o mucho desconocimiento para poner la cara y el nombre a este tuit: “He visitado el Instituto Cervantes en París y su oferta cultural. Más de 2.000 estudiantes de español se forman en las aulas de este Cervantes, institución fundamental para la promoción del español en Francia y en el mundo”. Lo hace el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con cuatro fotos, desde la sede del Gobierno Vasco en el exilio que expolió Franco y que han heredado los diferentes gobiernos de España sin que ninguno haya restituido al PNV (que fue quien adquirió el edificio) lo que es suyo.

Lo mismo

“La duquesa Almudena Arteaga, heredera del aristócrata que cedió el terreno en 1975 y escritora de éxito, ha triunfado en su disputa por desalojar un terreno” (El Diario) de Madrid en el que se ubicaba un parque infantil que ha sido ya desmantelado. La “propietaria del terreno quiso venderlo al Ayuntamiento por dos millones, pero la tasación dijo que no costaba más de 140.000 euros”. Ante esto, un tuitero, José Ramón, estuvo muy atinado: “Creo que en esta historia nos perdemos lo más importante: una persona del siglo XXI puede estar forradísima porque un antepasado suyo hizo algo que le gustó a un rey del siglo XIV”.

Ahora son tuyas, Borja

El euskera, catalán y el gallego son un patrimonio cultural extraordinario que hemos regalado a una España que ni lo reconoce ni lo valora. Todo lo que está mal lo resume Borja Sémper (sobre el que quise pensar bien pero se empeña en que no lo haga) en este titular en EPE: “Intentaba evidenciar que las lenguas cooficiales no son patrimonio de los independentistas”. Se justifica el de Gipuzkoa por haber osado a usar el idioma de las y los vascos incivilizados en el Congreso, por no hablar en cristiano, como le pedirán los suyos. Está mal su intento y peor está el planteamiento: esa concesión a lo “cooficial” y esa falsa patrimonialización.

Objetivo: la siguiente curva

Si lo de Sémper es sintomático, lo del ministro español y en funciones de Exteriores es demencial: priorizar el catalán sobre el euskera y el galego en Europa no tiene justificación alguna. Pero sí explicación: es una petición de Junts para lograr la investidura y Pedro Sánchez y su equipo, que siguen siendo unos cortoplacistas peligrosos, quieren satisfacerla. Los problemas que generen por el camino ya los resolverán cuando se vuelvan acuciantes. Las explicaciones de José Manuel Albares son muy significativas, tanto como innecesarias, como aclaran en Nuis: “Ningún país ha pedido a España priorizar el catalán”.

Ningún convencimiento

Me resigno a dar la razón a Nicolás Redondo Terreros cuando dice que “será una amnistía por siete votos para gobernar. No hay generosidad ni grandeza en eso” (Vozpópuli). Lo mismo sucede con el uso del euskera, el catalán y el galego en el Congreso o su impulso (a plazos) en Europa: no es por sensibilidad, no es por aprecio, no es por la cultura, es por asegurar una investidura ante el avance del PP (que aunque no podrá gobernar por elegir a Vox como socio, ganó ampliamente las elecciones). No podemos olvidar eso: España sigue cediendo a golpe de necesidad. No es cosa de los partidos vascos o catalanes, sino de los españoles.

Otra guerra en Europa

La cuestión de las naciones sin estado y los territorios en disputa es muy sensible, y el desprecio sistemático que hace España (porque, sí, el PSOE no tiene sensibilidad, sino necesidad; y sí, las y los progres madrileños son los grandes vencedores que ahora pueden oír las bucólicas lenguas de los pueblos de la periferia) solo tensiona la cuerda. Pero las cuestiones sin resolver y enquistadas son peligrosas de verdad: “Los bombardeos de Azerbaiyán y los combates con las fuerzas armenias en Nagorno Karabaj han continuado durante toda la noche y siguen esta mañana. Ya hay más de 40 muertos y más de 200 heridos”, explica Andrés Mourenza en Twitter.

No son “gamberradas”

Gerard Piqué tiene fama de ser lo que parece: uno de esos millonarios que gastan recursos (lo que haga con su dinero me da igual) como si no costara con sus deportivos, sus aviones privados y sus viajes. Porque quedarse en casa es de losers. Ahora se ha montado la Kings League porque respetar el fútbol que le hizo rico no va con él, cree que tiene éxito y anima a la chavalada a “hacer gamberradas” a cambio de entradas gratis. Hay que ver cómo somos los pobres. Chocar la mano a un policía, entrar en un barco sin permiso o tirarse de un quinto. Ja, ja. Qué risas. Y si hay multa él la paga, como explican en El Diario, porque para eso él es el rico.