La hostelería no tiene la culpa, aunque son pocos los que mantienen la guardia alta ante el virus: la culpa es de las y los usuarios, que nos relajamos con una cerveza. Y con tres, ni te cuento. Pero es evidente que la hostelería es un factor relevante para la expansión del virus. Y si no fuera suficiente leer una curva u observar lo que salta a la vista, en El Confidencial recogen el resultado de varias investigaciones que concluyen: “El cierre de locales de hostelería es una de las medidas más eficaces para frenar la incidencia y mortalidad por covid-19” (EE.UU. y España), y que este cierre afecta a la actividad económica (Escocia).
¿La libertad es un bar? ¿En serio?
Los bares de Madrid molan. Claro que sí. Son espacios que disfruto cada vez que voy a la capital española y hasta preparo una lista de los que quiero visitar. Pero la libertad es mucho más que un bar o que todos ellos. Así que el spot de Isabel Díaz Ayuso que titula “Madrid es libertad” y solo se ve a cocineros y camareros, es otra pantomima más de la presidenta de la Comunidad. Otro ejemplo de populismo de brocha gorda y pintura a chorretones: su empeño en mantener abierta la hostelería y obviar lo evidente, que facilita la transmisión del virus entre la clientela, solo es avalado por su capacidad para ocultar datos terribles.
Pues me parece bien. O casi
Ícaro Moyano tiene un blog estupendo sobre hostelería madrileña, y además tuitea muy bien: “El matrimonio Iglesias Montero ha amasado en 7 años algo más de 1.5 millones de euros. Oficialmente ganaban 3 salarios mínimos. Podemos va camino de ser una parodia, o una fábrica de millonarios a costa de la clase obrera que confió en ellos.”. Que el líder de un partido, europarlamentario, diputado, vicepresidente y ministro, y una diputada y ministra que, además, es su pareja, ganen dinero me parece muy bien. Pero que renegaran de hacerlo e incluso hayan mentido con las cifras cambia mucho la cuestión.
Es un logro de todas y todos
Así que, sí, me parece bien que Pablo Iglesias, Irene Montero y el resto de los representantes de Podemos ganen mucho dinero. Y me parece mal que con sus sueldos hayan hecho populismo hasta el punto de mentir (es evidente que no ganaban tres veces el SMI). Claudi Pérez lo explica en Twitter: “Sobre la polémica del patrimonio de los ministros, me parece populismo populachero. La política debería estar estupendamente pagada, algo que no sucede en España. Que nos vaya bien como país depende en parte de que haya incentivos para dedicarse a ese oficio”. Y que no haya que ser rico para ser político es un logro de todos.
De dónde venimos y a dónde vamos
Las noticias sobre el último estudio sobre la singularidad genética de la ciudadanía vasca me generaron cierto recelo. Y me alivió ver en Twitter que no era al único: Juan Ignacio Pérez también lo comentó. Su tuit fue criticado y el director de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU decidió explicarse en su blog en DEIA: “Cuando se habla de vascos no se habla, en realidad, de quienes vivimos en Vasconia hoy, sino de un subgrupo de los que vivieron hace unos sesenta años o antes. Y en el caso que nos ocupa hoy, a personas que hablan euskera”. Además, critica el habitual uso político de los resultados.