La guerra sigue

La invasión rusa sobre Ucrania continúa. Ya nos hemos acostumbrado a ella y las noticias que llegan desde el Este, salvo excepción, han pasado al interior del periódico y del Teleberri, en vez de ocupar las portadas. Pero las luchas encarnizadas no han parado y el ejército ucraniano sigue haciendo frente a los mercenarios de Wagner, un batallón creado por un oligarca ruso, de esos que se han hecho multimillonarios gracias a Putin y que “quería convertir Bajmut en ‘una picadora de carne’” (El Independiente). Pero las bajas las sufren ambos bandos: cien al día en cada lado. Y todavía encontraremos a quien defienda esta masacre por el morro.

¿Y por qué no baja más la gasolina?

En El Blog Salmón explican por qué el barril de petróleo ha bajado hasta los 80 dólares: “la economía persistentemente débil de China, la crisis energética de Europa, las crecientes roturas en las cadenas de suministro y la fortaleza del dólar estadounidense están”, y recuerdan que la OPEP ha decidido reducir la producción para que el crudo no baje aún más de precio. Los oligopolios funcionan así. Pero la pregunta que yo me hago es: ¿y por qué no baja más la gasolina si baja el precio, directamente, y si es un producto que salvo intervención de los productores, seguiría depreciándose? ¿A quién tenemos que preguntar?

La política no son los medios

Aunque los medios de comunicación son muy importantes para la labor política, la política es una cosa, y los medios, otra (me acabo de marcar un Rajoy, lo sé). De la misma manera, Twitter no es política. Los púlpitos tampoco son política. Lo están descubriendo de manera dolorosa en Podemos (y no solo en Podemos): “Hartazgo en el PSOE con Podemos por su ‘insolvencia técnica’ y sus exabruptos” (El Periódico de España). Es cierto que se ese hartazgo se personaliza en Irene Montero, pero también lo es que no es una parlamentaria hábil y que sus leyes estrella están generando más enfrentamientos y perjuicio que mejoras.

Twitter solo tiene jefe

Twitter no tiene una estrategia, no tiene un horizonte, no tiene una nueva política, solo tiene un jefe que va disparando como un mono con dos pistolas. Por mucho que sea la persona que más dinero ha ganado en el mundo nada hace pensar que Musk tenga una visión para la herramienta ni que sepa lo que hace. Al contrario. No hemos visto ningún rumbo trazado pese a que, eso es indiscutible, haya agarrado con fuerza el timón, de momento, para dar un volantazo tras otro y lanzar por la borda a gente que ha hecho de Twitter lo que era. Las pelis completas que hay en la plataforma solo son la muestra más inofensiva de lo que puede llegar.

No solo es Il Calcio

La dimisión “en bloque” de la dirección de la Juventus “debido a las recientes investigaciones sobre falsedad contable” (Palco 23) no es una noticia que afecta solo al fútbol italiano, aunque allí el terremoto habrá sido de campeonato. Es imposible no recordar que Andrea Agnelli era el principal aliado de Florentino Pérez y Joan Laporta para la superliga europea. Así, su salida es un duro golpe para el plan exclusivista de Barça y Madrid. Pero nadie mejor que él demuestra el sostenimiento imposible del modelo: “El club está acusado de una supuesta inflación del precio de mercado de sus jugadores, con el objetivo de sacar un mayor beneficio”.

El feminismo es para las pobres

Los graves insultos que han lanzado los chicos de un colegio mayor de Madrid a sus compañeras son graves e injustificables en cualquier contexto. Pero también han servido para abrir un buen melón, el de esas instituciones que quieren parecer elitistas pero no pasan de rancias. En ellas las novatadas se heredan porque en su sustrato socioeconómico todo se hereda. El feminismo es para los pobres: “Si a tu hija no la llaman puta a berridos todas las noches desde el bloque de enfrente es porque eres un perdedor muerto de hambre que no tiene dinero para procurarle el mejor ambiente de estudios posible”, tuitea Hermanos Peláez.

Una organización criminal

La OPEP es una organización criminal. Terrorista, incluso, porque con sus acciones lo que intenta es infundir miedo, con ese miedo generar ansiedad y acopio, y con el acopio de combustible que haga la población atemorizada, ganar dinero. Sin duda, la OPEP es una banda de extorsionadores organizada para tener el mundo a sus pies. Y el mundo, mal liderado, se ha postrado con un modelo energético insostenible y que enriquece a personajes que, pese a los millones, siguen pareciendo siniestros. El anuncio de que recortará la producción solo para mantener el precio (y beneficiar a Rusia, de paso) tiene que suponer un punto de inflexión.

El primer rudimento de la educación

Si no sabes algo, pregunta. Ese rudimento sigue siendo válido cuando tienes 42 años. Lo sé por propia experiencia. Pero puede que algunos crean que ya han pasado esa pantalla y que su intelecto funciona de otra manera, más madura. O todo lo contrario: “¿Sabía o no sabían en Unidas Podemos que las Cuentas para 2023 incluirían una subida del 25,8 por ciento del Presupuesto de Defensa? Pues si se escucha la versión de Hacienda parece que no hay duda al respecto. ‘La gente que se ha sentado con nosotros lo sabía. Los interlocutores preguntan. Es que parece que son tontos, ¿por qué desmarcarse?’”, leemos en El Independiente.

Echa la culpa a Yolanda

¿Cómo quieren que creamos en Podemos que ellos no aceptarían nunca un incremento presupuestario en Defensa y que, al mismo tiempo, no son tontos, como sugieren en algún ministerio, según El Independiente? Pues echando la culpa a Yolanda Díaz: la señalan a ella como la persona negociadora del “ala morada” (mucha “Ala Oeste” han visto algunas y algunos) que conocía esa subida para Defensa y que, además, la ha ocultado al resto de su propio bando en el consejo de ministros (y de poco les ha servido ver la serie de Aaron Sorkin) para que no la rechazasen. En esos juegos de manos todos son los primos. Y primas.

Un camino largo

El camino que han andado las jugadoras, los equipos técnicos y de prensa, entre otros, del Athletic femenino es largo, como ayer nos recordaban en su cuenta en Twitter: 20 años, que no son nada si los cantas y menos si los vives. 20 años de reivindicación, de lucha en el campo, de títulos celebrados en el parking, de algún terremoto interno, de vestuarios diferentes al de los chicos, de récords, de que la afición haga la ola cuando nos golean en San Mamés y de despertar cada mañana ante la injusta realidad. No quito ningún mérito a las directivas que impulsaron y mantuvieron ese equipo, solo pido más porque creo que es lo justo.