¿Quién tiene que sobrevivir?

He leído en varios digitales titulares similares a este de República: “La Superliga se reinventa para sobrevivir”, y ninguno me ha animado realmente a leer el resto de la noticia. Lo que me preocupa es el modelo de negocio que pone de manifiesto esta alternativa de ricachones: ¿quién necesita sobrevivir? ¿El fútbol? Ese está muy vivo. ¿Los clubes que no tienen estados o a ultrarricos detrás? Solo necesitamos observar cómo están Barça y Juve, dos de los principales impulsores por necesidad de esta competición. ¿Los equipos que sufrirán si por fin alguien se pone en serio con el cumplimiento de las normas financieras? Eso sí que me gustaría verlo.

Pagan en criptomonedas

Lo malo de las empresas de criptomonedas es que pagan en criptomonedas, y después del megacrash del sector es posible que esa sea precisamente su mayor debilidad cuando las firmas se propongan conseguir patrocinios que les den visibilidad y cierta credibilidad. ¿Qué club deportivo, como hicieron los Miami Heat, va a cambiar el nombre de su estadio a cambio de una inversión volátil? La crisis de confianza es enorme en el mundo cripto, y pese a que algunos veníamos advirtiendo de la probable estafa piramidal, realmente la prensa ha tenido más que ver en el alza de un valor virtual que en la caída de esta industria de la especulación.

Lo nuevo es el liberalismo

Con su habitual claridad, Ibai Llanos ha explicado el funcionamiento económico de la Kings League, la liga de futbito (como la bautizó Jota, el cantante de Los Planetas) que ha creado Gerard Piqué. Pues bien, lo nuevo es el viejo liberalismo: los “presidentes” como el propio Llanos tienen que conseguir sponsors para sus equipos (él, que es el más conocido, ha conseguido a Cola-Cao) y pagar a entrenadores, campos de entrenamiento y a jugadores extra: “Puede haber gente que gane 100 euros por partido y gente que gane 1.500” (Huffington Post). En un espectáculo en el que, además, las chicas no pasan de floreros. Todo nuevísimo.

Los sueños de la chavalada

Por supuesto que pongo en duda la cultura del esfuerzo, sobre todo, cuando veo que algunas y algunos a igual esfuerzo consiguen unos beneficios injustificables. Pero de lo que estoy seguro es de que ni el dinero ni las satisfacciones vienen sin que te lo curres, hablando claro. Lo que me sorprende es que la chavalada, o al menos una parte, pique y que “ingresos pasivos” o “millonario” sean hashtags con millones de entradas en TikTok, como nos cuentan en Magnet, o que los tiktokers que explican cómo ganar dinero “mientras duermes” tengan legiones de seguidores con generalidades cuando no falsedades sobre lo que es ganarse la vida.

Más claro, agua

Una industria joven en la que sobra gente y tecnología es la de las criptomonedas. Supongo que algunas y algunos de los que se dedicaron a la minería de bitcoins serán los que consumen ahora esos vídeos en TikTok para enriquecerse cómodamente. Lo que está claro es que la moda pasó y que los equipos necesarios para conseguir esas criptomonedas (del gasto energético tendremos que hablar algún día) ahora se venden por partes, para sacar más rentabilidad: El Chapuzas Informático explica en su blog cómo los criptomineros limpian y hasta repintan componentes quemadísimos para que tengan mejor venta.

La nueva estrella del rock

Hubo un tiempo, nada lejano, en el que Pablo Iglesias podía haber soltado una hostia a alguien en público si hubiera querido: no iba a pasarle nada. Ninguna ni ninguno de quienes estaban entregados a él hubieran dejado de votarle ni de admirarle. Incluso le habrían justificado. Era una estrella del rock’n’roll en su mejor momento. Un momento que ya ha pasado. Ahora es otra la que ocupa su lugar, atrayendo todos los focos: “Yolanda Díaz criticó recientemente a Feijóo por proponer la bajada de IVA a los alimentos”, titulan en El Independiente. ¿Y qué? Es la estrella del rock, las y los suyos lo justificarán todo.

¿Está bien?

Precisamente Yolanda Díaz (que lo está capitalizando todo en “el ala morada” del gobierno) y Pedro Sánchez han decidido empezar 2023 regando de millones a la ciudadanía española y a la vasca en la parte que nos corresponda. Y en el PP, según The Objective, han entrado en “pánico” porque con estos cheques el PSOE “arranca la maquinaria electoral” (el propio Sánchez lo deslizó en la rueda de prensa). ¿Está bien? En el PSOE no es la primera vez: Rodríguez Zapatero cambió unos cuantos votos a cambio de 400 euros vía IRPF. Pero, ¿y en Podemos, guardianes de las esencias políticas, qué piensan?

Sánchez acaba el año como Superman

Lo cierto es que con el cheque para el consumo (con más letra pequeña que un préstamo telefónico) y la rebaja del IVA, por un lado, y la “vía libre para una mayoría progresista en el Tribunal Constitucional después de nueve años y medio”, Pedro Sánchez acaba el año como Superman. Y eso que hace solo una semana estábamos hablando de una serie de encuestas que parecían fortalecer a Núñez Feijóo por la derecha (extrema) y la izquierda (de postal y escaparate). Todo eso ha cambiado: el de Moncloa sigue ganando la partida entre la suerte propia y la resignación ajena porque los grupos que le apoyan saben que no hay alternativa.

Sobre Jaume Roures y Pablo Iglesias

Todas y todos conocíamos, de sobra, la buena relación que mantienen Jaume Roures y Pablo Iglesias. También conocíamos a los personajes por separado: el empresario trotskista involucrado hasta en el Fifagate por el pago de sobornos, y el líder político mesiánico. Pero hay un antes y un después de la columna almibarada del de Podemos al de Mediapro, previa al anuncio (y crowdfundig) del nuevo canal de televisión que lanzarán ambos. El enjabonado, que en Vozpópuli equiparan al de “El Buen Patrón” (película por la que Roures recogió un Goya), fue un exceso hipócrita (¿cuántas veces Iglesias habla de prensa vendida?).

¿El fin?

Sé que se trata de fútbol, de Italia y que la familia Agnelli no ha dejado de ser la propietaria mayoritaria de la Juventus, pero con todo, cándido como soy aún a finales de 2022, pensaba que iba a haber un cambio en el club más importante del Calcio y sostenedor de la Superliga junto a Real Madrid y Barça. Pero no: aunque hayamos leído varias veces eso de “el fin de era” en los titulares, en el cuerpo de la noticia nos encontramos con que “el club estará presidido por Gianluca Ferrero, un asesor corporativo, auditor y miembro de la junta de numerosas compañías de la familia Agnelli” (2Playbook). Realmente, casi nada cambia con el año.

La guerra sigue

La invasión rusa sobre Ucrania continúa. Ya nos hemos acostumbrado a ella y las noticias que llegan desde el Este, salvo excepción, han pasado al interior del periódico y del Teleberri, en vez de ocupar las portadas. Pero las luchas encarnizadas no han parado y el ejército ucraniano sigue haciendo frente a los mercenarios de Wagner, un batallón creado por un oligarca ruso, de esos que se han hecho multimillonarios gracias a Putin y que “quería convertir Bajmut en ‘una picadora de carne’” (El Independiente). Pero las bajas las sufren ambos bandos: cien al día en cada lado. Y todavía encontraremos a quien defienda esta masacre por el morro.

¿Y por qué no baja más la gasolina?

En El Blog Salmón explican por qué el barril de petróleo ha bajado hasta los 80 dólares: “la economía persistentemente débil de China, la crisis energética de Europa, las crecientes roturas en las cadenas de suministro y la fortaleza del dólar estadounidense están”, y recuerdan que la OPEP ha decidido reducir la producción para que el crudo no baje aún más de precio. Los oligopolios funcionan así. Pero la pregunta que yo me hago es: ¿y por qué no baja más la gasolina si baja el precio, directamente, y si es un producto que salvo intervención de los productores, seguiría depreciándose? ¿A quién tenemos que preguntar?

La política no son los medios

Aunque los medios de comunicación son muy importantes para la labor política, la política es una cosa, y los medios, otra (me acabo de marcar un Rajoy, lo sé). De la misma manera, Twitter no es política. Los púlpitos tampoco son política. Lo están descubriendo de manera dolorosa en Podemos (y no solo en Podemos): “Hartazgo en el PSOE con Podemos por su ‘insolvencia técnica’ y sus exabruptos” (El Periódico de España). Es cierto que se ese hartazgo se personaliza en Irene Montero, pero también lo es que no es una parlamentaria hábil y que sus leyes estrella están generando más enfrentamientos y perjuicio que mejoras.

Twitter solo tiene jefe

Twitter no tiene una estrategia, no tiene un horizonte, no tiene una nueva política, solo tiene un jefe que va disparando como un mono con dos pistolas. Por mucho que sea la persona que más dinero ha ganado en el mundo nada hace pensar que Musk tenga una visión para la herramienta ni que sepa lo que hace. Al contrario. No hemos visto ningún rumbo trazado pese a que, eso es indiscutible, haya agarrado con fuerza el timón, de momento, para dar un volantazo tras otro y lanzar por la borda a gente que ha hecho de Twitter lo que era. Las pelis completas que hay en la plataforma solo son la muestra más inofensiva de lo que puede llegar.

No solo es Il Calcio

La dimisión “en bloque” de la dirección de la Juventus “debido a las recientes investigaciones sobre falsedad contable” (Palco 23) no es una noticia que afecta solo al fútbol italiano, aunque allí el terremoto habrá sido de campeonato. Es imposible no recordar que Andrea Agnelli era el principal aliado de Florentino Pérez y Joan Laporta para la superliga europea. Así, su salida es un duro golpe para el plan exclusivista de Barça y Madrid. Pero nadie mejor que él demuestra el sostenimiento imposible del modelo: “El club está acusado de una supuesta inflación del precio de mercado de sus jugadores, con el objetivo de sacar un mayor beneficio”.

Hartos de la campaña permanente

Este diálogo en Twitter entre Borja Ventura y Ángel Calleja, a los que sigo desde hace años, me resultó de lo más interesante del fin de semana: después de la renovación del consejo en RTVE y del posible en el CGPJ, Ventura comentaba: “Si al final la mejoría de la calidad de nuestra democracia va a depender de la ausencia de campañas electorales en el horizonte…”. Y Calleja completaba: “Hoy, la ‘campaña permanente’ es una invitación a la polarización continua que solo permite avances a trompicones e imposibilita la creación de políticas públicas duraderas”. Y en Euskadi, la oposición también práctica esta tendencia.

Y de la confrontación. De toda

Pero los partidos políticos no son los únicos responsables: sindicatos y colectivos que dicen estar al margen pero no (algunos, con portavoces que lo fueron hasta de partidos) agitan la confrontación permanente como parte de esa campaña sin fin. Y algunas de las batallas que parecen idealistas e innegables generan bastantes dudas: “Cada vez existe una mayor brecha entre el salario de los jóvenes y las pensiones de los mayores” (El Blog Salmón). Cada nuevo indicador señala la imposibilidad del sostenimiento de las pensiones a largo plazo por lo que la reclamación es cortoplacista o busca algo que no explicita.

Son todos los que están y estuvieron

Los miembros del gobierno español están caracterizándose por gobernar poco y hacer mucha política, campañas incluidas. A esa inconsistencia hay que sumar otra inestabilidad puede que incluso más preocupante: “Cuatro nuevas bajas en menos de dos meses” en la “la Secretaría de Estado de Digitalización” que “acumula ya alrededor de 25 bajas”. “Esa situación llega en un momento en que la digitalización se ha convertido en la punta de lanza del Gobierno para invertir los fondos provenientes de la UE. Entre 2021-23, se tendrán que distribuir y ejecutar alrededor de 72.000 millones de euros” (El Confidencial).

Un mundo volátil

La volatilidad en un gobierno cuyas decisiones me afectan me preocupa pero menos que la volatilidad del mundo que estamos creando: Tesla incrementó su capital solo con comprar bitcoins y anunciarlo… Y esta moneda ha vuelto a caer después de un comentario de Bill Gates. La volatilidad de la moneda electrónica que algunos auguran que será la del futuro (pues vaya lo que nos espera) sirve como muestra precisamente de la alerta que lanzaba el de Microsoft por el gasto energético que genera la moneda virtual (y que a Tesla no le importa) y porque es una inversión para grandes capitales que marginan aún más al ahorrador.

Y otro más terrenal

Otra burbuja que tenemos que pinchar cuanto antes es la del fútbol: el interés por el deporte se resiente sin público en los estadios y esta señal de alarma sin embargo hace que los propietarios de lo que rodea al balón miren más lejos con nuevas formas de rentabilizar lo que ya está explotadísimo. Pero la realidad es que el fútbol no da más de sí en lo económico: “La Juventus pierde 113,7 millones de euros en la primera mitad de la temporada 2020-2021” (Palco 23), y eso que gracias a Cristiano Ronaldo había firmado nuevos contratos de patrocinio y relanzado su imagen. Y esa caída no es solo de la Juve ni solo por la pandemia.

Hablemos de ello

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No son pocos los que tiran piedras sobre el tejado de nuestras haciendas territoriales como si los vascos viviéramos con una fiscalidad más relajada. Pero la realidad es que en Madrid, por ejemplo, están encantados con que se hable de nuestros supuestos beneficios mientras el PP con Ciudadanos “ha decidido poner tipo cero condonando al 0,2% de madrileños más ricos unos 600 millones de euros” (José Carlos Díez), y por supuesto, atrayendo fortunas. A ver si, al final, el paraíso fiscal español no va a ser Andorra.

La noticia que no lo es

¿Por qué, porque ya se repite tanto que no interesa, porque no hay que empañar un proceso de paz que se vende como modélico? Todo lo que tiene que ver con la guerra que se vivió en Irlanda del Norte está enterrado por paladas de tierra. ¿Por qué? Aquello fue una guerra cruel, sí, en Europa y en la segunda mitad del siglo XX. Y sus consecuencias continúan: esta semana han disparado a un hombre en las piernas en el Oeste de Belfast, que es el típico ataque que se repite varias veces al año.

El futuro era esto

El futuro era usar tu propio coche para repartir comida a domicilio a desconocidos que preparan otros, y todo ello sin tributar en tu correspondiente hacienda. Eso, sí, gracias a una App, que se trata del “futuro”. ¿A qué hemos llegado? ¿Dónde vamos? No son preguntas por elevación, son cuestiones concretas: en serio, ¿qué moto nos están vendiendo los que se fascinan por la tecnología con noticias como que Uber va a pelear ahora por el reparto a domicilio con su flota de conductores?

Y en una economía virtual

Esperen, que hay más. Porque no se trata solo de modelos de negocio cuestionables cuyas empresas (no son aplicaciones “molonas”, no, son empresas) tributan en EE.UU. o paraísos más lejanos. Se trata de que, además, este tipo de compañías no son rentables: Uber no gana dinero, y su competencia, como Cabify, tampoco, según leemos en Hipertextual: 1,3 millones de euros en pérdidas solo en España, lejos de sus objetivos, sigue haciendo rondas de financiación exitosas. ¿No es esto una burbuja?

El nuevo logo de la Juventus

Más allá de la vistosidad del juego y de lo que son capaces de hacer algunos jugadores, el fútbol, como fenómeno mundial, me fascina. Y al mismo tiempo me horripila por culpa de la cantidad de mediadores mediocres que se enriquecen cobrando comisiones que pagamos los aficionados en escandalosos sobreprecios de camisetas o entradas. Pero hay un punto medio que me interesa profesionalmente: el camino del marketing deportivo que explican bien en Brandemia esta semana, por ejemplo, con el caso del nuevo logo de la Juve.