La vida sigue igual

Hemos cambiado el calendario de la cocina pero la vida sigue igual: es lunes, hay que levantarse, trabajar y encontrar algo que hacer con las y los hijos que están en casa. Por suerte, ya ha vuelto el fútbol: “El negocio de los agentes del fútbol crece un 24% hasta 623 millones de dólares en 2022” (2Playbook). Pese a lo llamativa que es la cifra no creo que las y los representantes sean lo peor: si algo nos enseñó el Mundial de Qatar del pasado año (y del mes pasado) es que ese deporte es la excusa para sostener un negocio que consiste en que mucho dinero corra para que a los más avariciosos se les quede algo debajo de las uñas.

Él no cambia

“Elon Musk plantea despidos masivos de la plantilla de Tesla durante los primeros meses de 2023”, leemos en Business Insider. El Leonardo Da Vinci de nuestros días, como algunos quisieron colarnos, mantiene su método para encontrar la sostenibilidad de sus empresas: apretando a las y los trabajadores antes de despedirlos. De hecho, Tesla está expandiéndose, pero su propietario ha decidido que la empresa no va a contratar a nadie más y que, de hecho, sobra gente porque, por primera vez, Tesla “está ofreciendo descuentos y ventajas temporales en sus vehículos, lo que invita a pensar que está teniendo problemas con la demanda”.

Ellos, tampoco

Está claro que en 2022 no hemos aprendido nada: Putin sigue vendiendo petróleo, occidente sigue cayendo en manos de sátrapas e incluso antes de empezar el mundial de Qatar, Arabia Saudí ya había recibido el encargo de organizar unos juegos olímpicos de invierno sin una sola instalación construida y, por supuesto, sin nieve. Así que tampoco hemos aprendido nada en geoestrategia: “China y Corea del Norte muestran los dientes a EEUU y ponen 2023 al rojo vivo en Extremo Oriente”. Después de haber engordado al gigante asiático y de pintar durante décadas al régimen norcoreano como una caricatura, ¿qué podía salirnos mal?

¿Por qué iban a hacerlo?

Ha pasado 2022 y seguimos sin saber cómo se originó exactamente el coronavirus (no hablo de conspiraciones ni negacionismos) ni se expandió. Y parece que hemos desistido también a conocer la verdad que China nos ocultó durante los primeros meses de la enfermedad: estoy seguro de que la política de covid-cero tiene más que ver con lo que vieron y nos prohibieron ver entonces que con una mala interpretación de la realidad del régimen comunista. Ahora, “China deja de publicar los casos diarios de contagios” (República) mientras permite a sus ciudadanas y ciudadanos abandonar el país. Que no nos pase nada.

Por un 2023 con una prensa mejor

Una de las últimas noticias que leí en 2022 fue esta de Rubén Arranz en Vozpópuli: “Los periodistas creen que la imagen que tiene la sociedad de ellos es lamentable”. Por desgracia y con resignación, me sumo: sé que la nuestra no es una profesión valorada ni por quienes pagan por nuestro trabajo, ni por las y los propios compañeros, ni por la sociedad que no acaba de identificar el derecho a estar informada con nuestra labor. No sé cómo aún pero creo que en 2023 tenemos que hacer un esfuerzo por encontrar la manera de dignificarnos frente a quienes ven en las y los periodistas incomodidades prescindibles.

La nueva estrella del rock

Hubo un tiempo, nada lejano, en el que Pablo Iglesias podía haber soltado una hostia a alguien en público si hubiera querido: no iba a pasarle nada. Ninguna ni ninguno de quienes estaban entregados a él hubieran dejado de votarle ni de admirarle. Incluso le habrían justificado. Era una estrella del rock’n’roll en su mejor momento. Un momento que ya ha pasado. Ahora es otra la que ocupa su lugar, atrayendo todos los focos: “Yolanda Díaz criticó recientemente a Feijóo por proponer la bajada de IVA a los alimentos”, titulan en El Independiente. ¿Y qué? Es la estrella del rock, las y los suyos lo justificarán todo.

¿Está bien?

Precisamente Yolanda Díaz (que lo está capitalizando todo en “el ala morada” del gobierno) y Pedro Sánchez han decidido empezar 2023 regando de millones a la ciudadanía española y a la vasca en la parte que nos corresponda. Y en el PP, según The Objective, han entrado en “pánico” porque con estos cheques el PSOE “arranca la maquinaria electoral” (el propio Sánchez lo deslizó en la rueda de prensa). ¿Está bien? En el PSOE no es la primera vez: Rodríguez Zapatero cambió unos cuantos votos a cambio de 400 euros vía IRPF. Pero, ¿y en Podemos, guardianes de las esencias políticas, qué piensan?

Sánchez acaba el año como Superman

Lo cierto es que con el cheque para el consumo (con más letra pequeña que un préstamo telefónico) y la rebaja del IVA, por un lado, y la “vía libre para una mayoría progresista en el Tribunal Constitucional después de nueve años y medio”, Pedro Sánchez acaba el año como Superman. Y eso que hace solo una semana estábamos hablando de una serie de encuestas que parecían fortalecer a Núñez Feijóo por la derecha (extrema) y la izquierda (de postal y escaparate). Todo eso ha cambiado: el de Moncloa sigue ganando la partida entre la suerte propia y la resignación ajena porque los grupos que le apoyan saben que no hay alternativa.

Sobre Jaume Roures y Pablo Iglesias

Todas y todos conocíamos, de sobra, la buena relación que mantienen Jaume Roures y Pablo Iglesias. También conocíamos a los personajes por separado: el empresario trotskista involucrado hasta en el Fifagate por el pago de sobornos, y el líder político mesiánico. Pero hay un antes y un después de la columna almibarada del de Podemos al de Mediapro, previa al anuncio (y crowdfundig) del nuevo canal de televisión que lanzarán ambos. El enjabonado, que en Vozpópuli equiparan al de “El Buen Patrón” (película por la que Roures recogió un Goya), fue un exceso hipócrita (¿cuántas veces Iglesias habla de prensa vendida?).

¿El fin?

Sé que se trata de fútbol, de Italia y que la familia Agnelli no ha dejado de ser la propietaria mayoritaria de la Juventus, pero con todo, cándido como soy aún a finales de 2022, pensaba que iba a haber un cambio en el club más importante del Calcio y sostenedor de la Superliga junto a Real Madrid y Barça. Pero no: aunque hayamos leído varias veces eso de “el fin de era” en los titulares, en el cuerpo de la noticia nos encontramos con que “el club estará presidido por Gianluca Ferrero, un asesor corporativo, auditor y miembro de la junta de numerosas compañías de la familia Agnelli” (2Playbook). Realmente, casi nada cambia con el año.

La España fachilla

Llevo suficientes años leyendo encuestas e intentando interpretar los datos como para entender que las respuestas a la que explican en The Objective vienen condicionadas por un presente muy reaccionario en España. Aún así, me sorprende que Zapatero sea el peor valorado de los expresidentes españoles y que los mejor valorados sean Suárez, González y Aznar. ¿De verdad? Es evidente que muchos españoles no quieren sacudirse la chaqueta llena de caspa de la transición, como trasunto de lo que estuvo antes. Como lo es que si Aznar te pareció mejor presidente que una lechuga estás a un paso de votar a Abascal.

Dónde no se desploma

Estos días se ha movido mucho por Twitter un gráfico en el que Madrid y Murcia aparecen como las dos comunidades en las que más empleo se destruyen. Entre las que más generan, Catalunya, Baleares y la CAV. Y en esta noticia de Público, una vez más, dirigida a las que peor lo hacen (en esta ocasión, Madrid, Murcia y Catalunya) a mí me llama la atención quienes lo hacen mejor, otra vez: la CAV y Nafarroa son dos de las comunidades en las que crece el gasto sanitario por encima de la media española siendo, además, dos de las que más inversión realizaban previamente. Esa es la noticia y no podemos dejar que pase desapercibida.

Tebas ya no es el rey

La pieza en Vozpópuli sobre cómo la Liga está cediendo cada vez más terreno a la Premier e incluso a la liga alemana es muy recomendable. Sobre todo porque uno termina de leerla con la sensación de que en cualquier otro negocio millonario la salida de su máximo responsable debería de ser inminente ante el evidente fracaso en la gestión y el propio modelo (una liga que premia al que más tiene, no al que mejor lo hace, y si has nacido pobre te jodes). Pero Tebas seguirá porque es útil en la política del propio fútbol (con aliados sorprendentes y en función del enemigo) y en la otra (en la que él mismo se ha pronunciado).

Sí, pero…

Uno de los evidentes fracasos de la Liga es que está perdiendo a una generación de jóvenes más interesados en otros entretenimientos que en el carísimo fútbol. Bajar los precios es la solución a un problema que plantean de mil maneras para no llegar a esa conclusión. Ahora, “la Liga se alía con Twitch para que los ‘streamers’ puedan retransmitir partidos desde los estadios” (2 Playbook), y no me parece mala idea. Pero insisto en que creo que no será la solución y en que las y los streamers y su audiencia están andando un camino que ya conocemos pero mucho más rápido de lo que nosotras y nosotros hicimos.

Y al otro lado, Rubiales

A Rubiales y a Tebes es más lo que les une que lo que les separa: ambos han entendido cuál es el modelo de negocio de fútbol moderno y lo ejecutan a la perfección (que mucho dinero se mueva constantemente), solo que en vez de integrarse en el reparto pretenden hacer cada uno el suyo. No esperábamos otra cosa pero la falta de sorpresa tiene que ser noticia, como hacen en República: “La Supercopa de España 2023 de fútbol volverá a jugarse en Riad”. Y en Bilbao sabemos bien de qué va el business: jeques que han comprado su derecho a ver a Real Madrid y Barcelona en sus campos mientras el resto somos figuración.

No lo olvidemos, tampoco en vacaciones

Tengo cuarenta y pocos y mucha, mucha gente de mi entorno, con trabajos muy diferentes entre sí, e hijas e hijos pequeños, toma una pastilla para la tensión. Es uno de los males de nuestros días pero el peor, sin duda, es lo poco que nos tomamos en serio nuestra salud mental: el estrés (no solo laboral) nos está machacando. Somos una generación que intenta llegar a todo, también a la diversión y el asueto, que no se permite un segundo de respiro y que minimiza las consecuencias de la ansiedad y el poder sentirse cansado o, simplemente, mal. La mayoría está de vacaciones, sí. La mayoría también sabe de lo que hablo, estoy seguro.

Lo peor de nosotros

Nunca he digerido demasiado bien esas imágenes de celebridades que viajan a África a tocar a niñas y niños con la piel más oscura, a poder ser en poblados, y a dejarse sacar fotos y grabar vídeos. Lo hizo Diana de Gales, lo hizo Sofia de Grecia, y lo hacen ahora las y los influencers, porque algunos modelos nunca han pasado de moda para el postureo mundial. María G. San Narciso ha hecho un buen repaso en El Periódico de España sobre esta tendencia que no envejece y que, de hecho, cada vez provoca más repelús. “Se hace un atractivo turístico de la pobreza, que acaba por ser un negocio”, redondea una de sus fuentes.

Y lo peor de la creatividad

Odio los linchamientos públicos que permiten las redes sociales. Alguna vez los he sufrido, incluso instigados por “compañeros” de esta nuestra sagrada profesión. Y cuando me ha tocado apreciarlos tan de cerca solo he visto podredumbre. Por eso me he apartado varios días de la polémica generada por el cartel del ministerio español de Igualdad y no pido ahora tampoco la cabeza de nadie aunque crea que la metedura de pata de la agencia ArteMapache es de las más difíciles de explicar y justificar que yo recuerdo. Tampoco me parecen suficientes la petición de disculpas, el hilo en Twitter y la aclaración sobre la facturación.

Queremos saber

No necesito saber ningún detalle de la agenda de la casa real española en Mallorca. Doy por hecho que están haciendo todas y todos (empezando por Froilán, a todas luces) lo que le sale del ciruelo. Yo lo que pido es transparencia en los costes: ¿cómo se paga el mantenimiento del palacio durante el año y cuánto cuesta? ¿Pasa toda la familia las vacaciones en la misma casa o están en otros inmuebles? ¿Quién los paga? ¿Quién paga los barcos, coches y demás que tienen a su disposición en la isla? ¿Cuánto cuesta? ¿Con quién cenan, tienen intereses de algún tipo sus “amistades”, son todas plenamente democráticas? Todo lo demás es chismorreo.

El deporte, preso de las redes

Uno de los síntomas de mi vejez es que no me gusta seguir en redes a equipos de fútbol, por mucho que me guste este deporte. Lo hago por militancia con el Club del que soy socio y poco más. No entiendo su modo de comunicar (y eso que los clubes vascos, salvo contadas excepciones, siguen siendo como la moda vasca: entre el chandalismo y la camisa de cuadros) ni esa ansiedad por repetir contenidos transformándolos en videojuegos. Pero es evidente, como explican en 2playbook, que esa es la tendencia: una comunicación constante (todo el día, todos los días) y desenfadada. Lo contrario a mi ritmo que roza la ancianidad.

Y lo que viene

La decisión del tribunal estadounidense que ha declarado el aborto ilegal salvo que haya leyes expresas en los estados que lo regulen, es de mucho más calado de lo que parece. No se trata solo de que una mujer no tenga dónde ir a que le practiquen un aborto en condiciones de seguridad y salubridad. Raquel Marcos lo avanzaba así en Twitter: “El complejísimo panorama que queda en EE.UU. después de la derogación de Roe vs. Wade incluye recompensas para ciudadanos que presenten pruebas de que alguien ha practicado un aborto, tráfico de píldoras abortivas como si fueran droga y venta de datos íntimos”.

¿Mejor Trump que Clinton?

El empoderamiento de los más retrógrados de EE.UU. no se puede entender sin el ascenso de Donald Trump, que no dudó en apoyarse por pura supervivencia en la extrema derecha o un cristianismo radicalizado. “Soy el puto presidente. Llevadme al Capitolio ahora mismo”, “me importa una puta mierda que tengan armas, no están aquí para hacerme daño a mí”, cuenta Cassidy Hutchinson, asistente del jefe de gabinete del propio Trump, que dijo el presidente durante el asalto al edificio. De lo que yo me acuerdo nítidamente es de esa izquierda que clamaba: “Mejor Trump que Hillary Clinton”. Pues toma taza y media.

Montero, en camino

La visita de Irene Montero a EE.UU. para sacarse la foto como ministra española de Igualdad es difícil de justificar: nada en la agenda que publican en Vozpópuli parece explicar el momento ni el movimiento, salvo la oportunidad mal calculada, a mi juicio, de buscar la instantánea de que ella, después del máximo ataque a los derechos de la mujer en un país del primer mundo, estuvo allí. Y si para eso, además, tira de Falcon, peor. Porque países en los que las mujeres son tratadas como seres humanos de segunda hay muchos, y no acude a todos reaccionando ante las vejaciones ni lo hace en avión privado.

La jodida realidad

El viaje en Falcon a EE.UU. de Montero me parece mal porque como foto nos sale muy cara. Pero puedo llegar a entender el uso de un avión privado en el caso del presidente o una ministra en un momento dado. El problema no es ese sino el modelo consumista atroz que hemos generado y que nos entierra. Edgar Ocampo lo resumía así en Twitter: “Golpe de realidad, las renovables no levantan. Acaba de salir la estadística 2021 que hace BP cada año. El petróleo representa el 31% de toda la energía que se consume en el mundo; el carbón, el 27% y el gas, 24%. En total, los combustibles fósiles, 82%; renovables, 13.5%”.

Otra burbuja

Luis Rubiales asegura que las causas judiciales y las filtraciones de sus sucesivos escándalos son culpa de Tebas (que es todavía peor) y de la prensa, y se aferra a los buenos datos económicos de la Federación. Un superávit que se logra también con lo que pagan los saudíes por su espectáculo privado llamado “Supercopa de España”, pero que puede haber tocado techo: en 2Playbook explican cómo nadie ha ofrecido por los derechos de retransmisión de la Copa tanto como pretendía Rubiales, por lo que parece, alejado de las cifras reales del negocio (estabilización o descenso de los precios), y tendrá que hacer ahora otra ronda a la baja.

Luis Rubiales asegura que las causas judiciales y las filtraciones de sus sucesivos escándalos son culpa de Tebas (que es todavía peor) y de la prensa, y se aferra a los buenos datos económicos de la Federación. Un superávit que se logra también con lo que pagan los saudíes por su espectáculo privado llamado “Supercopa de España”, pero que puede haber tocado techo: en 2Playbook explican cómo nadie ha ofrecido por los derechos de retransmisión de la Copa tanto como pretendía Rubiales, por lo que parece, alejado de las cifras reales del negocio (estabilización o descenso de los precios), y tendrá que hacer ahora otra ronda a la baja.