Venezuela contada por los tuiteros

Solo hay una cosa más triste y asquerosa al mismo tiempo que la indolencia de Maduro ante el sufrimiento de su propio pueblo: cómo lo relatan los tuiteros. Todos los tuiteros, los de un lado y los de otro. Porque los que se jactan de defender a los jóvenes de Altsasu condenan airadamente los atentados contra la policía y la violencia contra un gobierno represor. Y los adalides del orden constitucional en España jalean las agresiones y omiten los asesinatos de los opositores.

Nota del autor: la imagen que ilustra la columna posiblemente sea el tuit más lógico y moderado que he encontrado, y lo he seleccionado precisamente por su contraste respecto a lo que digo en el texto, no porque lo represente.

«Turismofobia» y «barriocidio»

Sí, creo que en algunas ciudades como Barcelona y en algunos casos como el de los apartamentos turísticos por noches hay que hacer algo. Pero palabrejas como “turismofobia”, “barriocidio” o “gentrificación” me suenan a justificación pomposa del vandalismo de toda la vida. Explicaciones añadidas como las que hemos leído en Twitter de que esos vándalos son viajeros y no turistas cuando visitan otra ciudad ya entran en la categoría de gilipolleces.

Y de postre, «niñofobia»

Mi hija es más movida y ruidosa que la media, y también reconozco que a veces llamamos más la atención su ama o yo intentando que no moleste demasiado. Así que suelo andar pidiendo disculpas porque entiendo a quienes se quejan de que algunos niños son molestos y, al mismo tiempo, agradezco a quienes se lo toman con naturalidad. Pero como en el resto de temas, en Twitter la seguridad de unos y otros de que tienen la razón absoluta respecto a la “niñofobia” me desanima.

Condenado un político por bloquear en Facebook

Ha sucedido en Virginia, EE.UU., y desconocemos la sanción que ha dictado el juez contra Phyllis Randall, presidente de la Junta de Supervisores del Condado de Loudoun, por haber bloqueado en Facebook a un ciudadano. En ADSL Zone dicen que vulnera su derecho a la libertad de expresión (le acusaba de corrupción), y el tema es delicado, porque algunos usuarios aprovechan el tráfico para volcar cualquier acusación u obsesión y eso no aporta nada.

Bez se despide

No les he hablado mucho en esta columna del diario digital Bez. Los enfoques no me resultaban sugerentes por lo general, pero como en el caso de todos los medios de comunicación, su cierre supone una importante pérdida, porque esa visión singular de la realidad ya no podrá ser hallada por quien la busca. Esa manera de mirar el mundo puede que no me interesara, pero sí les interesaba a otros, y ahí está la riqueza, el valor y nuestra función como periodistas.