El día que conocimos que Rusia había dado un ultimátum a Ucrania para barrer otra ciudad del mapa, la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales recordaba que hace 85 años éramos nosotras y nosotros quienes “buscábamos refugio”: el 21 de marzo de 1937 hasta 450 niñas y niños abandonaban Bermeo en un barco con rumbo a Burdeos. Por desgracia, el dolor sigue siendo actual, el desgarro, el destrozo, la tragedia, la amenaza de un agresor que solo atiende a las razones de la violencia, nada ha cambiado. Tampoco la necesidad de refugio ni, por suerte, la solidaridad en momentos en los que emerge lo peor de la humanidad.
Le estamos perdiendo
Estamos perdiendo a Iñaki Oyarzabal como persona que puede aportar algo a la sociedad vasca. Su apuesta por lo irracional, por aplaudir pactos con Vox y por erigirse en el tótem contra todo lo que suene a vasco en la CAV, empieza a resultar preocupante. Pero no por Euskadi, donde el PP es un partido minoritario y aún en retroceso que ha decidido retirarse del posibilismo. Lo que resulta preocupante es que un político crea que es “de locos” que las y los niños ucranianos reciban clases especiales de euskera integrarse en las ikastolas o la escuela pública vasca en modelos elegidos por la mayoría de las amas y aitas.
Pero, ¿por qué?
El movimiento del PSOE sobre el Sahara es bastante difícil de justificar, incluso aunque estemos hablando de gas y no de las personas que se ven más aisladas y solas que la semana pasada en su resistencia contra la ocupación de Marruecos. Intentar soltarse de la presión de un dictador ruso para dejarse dar el abrazo del oso en Marruecos, Irán, Venezuela o Emiratos Árabes es una decisión pésima. Y ya sé que la demanda hay que satisfacerla, que no se trata solo de poner la calefacción, sino del suministros a empresas, pero es evidente que el modelo de saltar de sátrapa en sátrapa es muy poco sostenible.
Alguien no lo ha hecho bien
Suelo poner por delante a la prensa cuando intento explicar el fracaso del apego a Europa: algo hemos hecho mal quienes tenemos que explicar lo importante que es. Pero creo que en el caso del ecologismo y el evidente enfrentamiento que algunos han generado y aprovechado, entre mundo rural y medidas de sostenibilidad, no ha fallado el periodismo, precisamente, que se ha desgañitado (salvo medios que desinforman a la carta para negacionistas y ultras, en general) en difundir mensajes, ejemplos y proyecciones. Pero el gobierno español, este gobierno español, ha facilitado un falso dilema (campo o ecologismo) muy perjudicial.
Eso, y fichar como si no costara
No seré yo quien enmiende a Francisco Cabezas, cuyas crónicas sobre los partidos del FC Barcelona leo sin falta, no por el equipo, sino por el cronista. Pero en el relato épico del Barça que asaltó el Santiago Bernabéu contra pronóstico y que ha permitido a su entrenador hacerse un hueco en la mesa de los adultos, falta un componente muy importante. Así que no contradigo a Cabezas, le complemento: “Triángulos, la búsqueda del tercer hombre, los extremos abiertos, la presión avanzada, la defensa con el balón…”. Todo eso y fichar en el mercado de invierno como si el club “culé” no tuviera una deuda descomunal.