Sí, tenemos que pararlo

Gorka Txakartegi mostraba su asombro porque un tuit inventado sobre una foto cuyo relato es conocido (está en Google) ha alcanzado los 13.000 retuits. En concreto, la foto de un soldado veterano llorando en un desfile porque, según el exitoso tuit, es el único de su batallón que queda vivo. La realidad es menos heroica: el veterano se había despistado y no alcanzaba al resto de su antiguo batallón. Txakartegi recomienda que generemos recursos para que no nos cuelen estas invenciones… Ni otras peores.

Quien a hierro tuitea…

Víctor ha escondido bien su apellido. Solo sabemos que se hace llamar Masademócrata en Twitter y McEndesa como rapero, que es de izquierdas y que ha logrado mucho éxito con sus críticos mensajes. Hasta esta semana: él mismo ha reconocido que es cierto que se ha acostado con menores de edad sin medidas anticonceptivas y que no ha cuidado debidamente alguna de esas relaciones. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Le lapidamos o le exoneramos porque es marxista y youtuber?

Hablando de raperos

Precisamente Víctor-McEndesa se une a la lista de raperos que estos días están dando mucho que hablar. En general, la libertad de expresión que exigen en “la Sexta con la camisita del caballito y las gafas de no haber roto un plato” está dando pie a críticas significativas como la de Carlos Malpartida en Medium: “Esa cosa manoseada de la excusa del arte como escudo para la atrocidad. Arte. Rap. Como si ser rapero, o decirlo cantando, nos pudiera permitir desear la muerte de los no raperos”.

Todos estamos en Twitter

Si algo bueno tiene Twitter es que da pistas sobre el nivel intelectual de una persona: si está en Twitter no es necesariamente tonto, pero si es tonto seguramente acabé en Twitter. Por ejemplo, Enrique de Diego, un friki que se proclama líder de la plataforma por las clases medias españolas y que ayer tuiteó: “Hay que tener claro que el feminismo lésbico actual lo que quiere es la extinción de nuestra sociedad”. Lo que hay que tener claro es que la gente deja por escrito lo que puede llegar a ser.

¿Qué haría el Demonio?

No una sino dos cuentas en Twitter parece tener José Ignacio Munilla en Twitter donde, ya se lo he explicado, siempre terminan los menos listos. El mismo Munilla que cree que una mujer feminista está endemoniada. Solo le ha faltado alertarnos de las que además son pelirrojas y zurdas. Chorradas aparte, si el Demonio existiera realmente se metería en el cuerpo de un obispo y le obligaría a lanzar mensajes así de indignantes para dejar en ridículo de este modo a la iglesia.