¿Y cuál es la alternativa?

Estoy de acuerdo con el que fue jefe de la Casa Real Española, Rafael Spottorno: “Felipe VI corre el riesgo de caer en la irrelevancia si mantiene el perfil que por ahora ha marcado su reinado” (República.com). Lo que me preocupa es la alternativa: ¿cómo tiene que actuar el jefe de Estado para marcar un perfil propio? ¿Como hizo después del 1 de Octubre catalán, señalando a una parte de la ciudadanía? ¿Como hizo su padre, que destacó como rey designado por Franco y lo sigue haciendo ahora como Emérito? Lo que está claro es que el crédito de la Casa Real está agotado y solo sobrevive porque el modelo de negocio funciona. ¿Hasta cuándo?

“Una izquierda desmovilizada”

Presiento que a Yolanda Díaz no le volverá a pasar, que no volverá a dejar documentos elocuentes a la vista otra vez. Pero ye le han cazado, y realmente lo que han cazado las y los fotógrafos es la constatación de que en el gobierno español han puesto por escrito y están preocupados por la desmovilización de la izquierda en Andalucía, lo que deja un camino casi llano y liso al PP de la mano de Vox. Una desmovilización que ya vimos en las elecciones de Castilla y León (y que hemos visto esta misma semana en el Focus de EITB), y que deja en muy mal lugar al que se presenta como el gobierno más progresista de la historia de España.

De nuevo, Elon Musk

Lleva unos años gloriosos Elon Musk, regalándonos declaraciones, decisiones e imágenes que tendrían que hacer que se sonrojasen quienes le han defendido todo este tiempo presentándonoslo como una especie de salvador subido en un Tesla. Pero con las víctimas de Nuevo México y Oklahoma tan recientes, posicionarse a favor de llevar armas no solo es una temeridad incomprensible, es un autorretrato inapelable. Es él, es Elon Musk el que se está cargando su propia reputación, pero, ¿qué más le da? Es la persona más rica del planeta pese a sus planteamientos ultraconservadores y latigueros. O precisamente por ellos.

Yo sí vi la final

Estoy seguro de que a Carmelo Garitaonandia no le parecerá mal (de hecho, él sabe perfectamente que siempre he sido un poco hooligan) que yo sí viera la final de la Champions League. Porque su artículo no va de opiniones, sino de cifras, y algunas de ellas son muy interesantes: fue el segmento de 13 a 24 años el más interesado en el partido (un 76,6% lo vio), alejando las ideas de que el fútbol no interesa a la gente joven o que esta no ve la televisión. Euskadi y Catalunya fueron las comunidades donde menos lo seguimos, por cierto. El texto del catedrático también analiza la emisión de Eurovision (que yo tampoco vi).

Alguien tiene que traducirlo

La condena a un youtuber por la que este no podrá subir contenidos a la plataforma deja claro, primero, que hubo un youtuber capaz de dar galletas rellenas con pasta de dientes a un indigente solo porque lo era y para grabarlo y publicarlo en su canal. Esa es la sociedad que estamos creando, sí. Y deja claro, también, que las y los jueces, fiscales y algunos abogados o abogadas, necesitan un traductor para temas tecnológicos: si la condena no incluye Instagram o Twitch (y no parece que lo haga), es ridícula salvo por la indemnización a la que también condena al youtuber. Pero pongamos el foco en lo importante: lo que genera ingresos.

Necesitamos filtros

El Xokas, también conocido como Joaquín Domínguez, ha pasado de ser una persona desconocida para mí, a ser un tipo que monta un tinglado con cuentas falsas en redes sociales para insultar a quienes le critican, y que admite que tiene un amigo que es un crack, un figura, un máquina, porque se mantiene sobrio mientras espera que las chicas a su alrededor se emborrachen, y lo cuenta en su canal de Twitch o YouTube, para que lo escuchen críos de 12, 14 o 16 años, sin filtros. Y de eso va esta columna: igual que podemos reclamar al o la programadora de turno de una televisión, necesitamos filtrar la difusión on-line de contenidos.

La gran industria oculta

Rocío en Twitter ha hecho un hilo muy interesante que no pasa de reflexión en voz alta (porque le faltan datos y ejemplos concretos) pero que se aproxima mucho a la realidad: quienes quieren convertir sus canales en YouTube o Twitch en su modo de vida acaban entrando en la rueda de esta industria del entretenimiento que, como hemos visto, carece de filtros. No solo en cuanto a la emisión: la exposición permanente y las muchísimas horas al día que son necesarias para que un canal sea rentable tampoco pasan ningún filtro laboral, y las relaciones con las empresas resultan cada vez más sospechosas.

Solo es una mudanza en el mismo barrio

El hecho de que Instagram haya superado a Facebook en el número de usuarios activos no es ningún cambio de paradigma ni un salto a ninguna parte: sí habrá un rejuvenecimiento de la masa, pero no pasa de mudanza en el mismo barrio porque la plataforma pertenece al mismo dueño (Facebook, ahora llamado Meta), el modo en el que segmenta y vende la publicidad (que nadie lo olvide: se trata de eso) es el mismo, y hace tiempo ya que la calidad de las fotografías depende más del software de nuestros teléfonos que de nuestra propia habilidad. Así que quien no lo haya hecho aún puede lanzarse a “Insta” sin miedo.

La noticia que no lo era

Seguimos con novedades que, sin embargo, no suponen cambios relevantes: “La venta de NFT se desploma: el mercado se hunde y apunta a que fue una moda pasajera” (El Blog Salmón). ¿De verdad esto sorprende a alguien? Solo espero que nadie haya perdido sus ahorros en esa mierda. Es el momento de recordar ahora a los familiares avispados de John Lennon que subastaron fotos de sus objetos personales, y otros tantos que se subieron a la ola virtual, como Ferrán Adriá. Sigo defendiendo la utilidad de estos archivos digitales que permiten reconocer al propietario, pero sigo sin defender a quienes hinchan burbujas.

Todo menos mis fotos

Me hago viejo y cada vez pienso más en mi muerte. No me ayuda a evitarlo que se hagan viejos también los medios digitales que suelo leer y que muestran también preocupación por estos temas: “Tras mi muerte, elimina las fotos: las plataformas ya ofrecen opciones para planificar tu legado digital” (Magnet). Sí, es cierto: salvo Twitter, todas las redes permiten establecer qué queremos que pase con nuestra identidad digital cuando muramos. Lo que tengo claro es que si quiero que algo me sobreviva, además de mi hija y mi hijo, son mis fotos. Que borren todo menos mis fotos, ya que soy incapaz de escribir esa novela que persigo desde la adolescencia.

Alguien tenía que decirlo

En la cuenta en Twitter de Pantomima Full comparten cada viernes un vídeo parodiando a algún colectivo. Este fin de semana ha tocado el de los niños rata que juegan a ser brokers invirtiendo en criptomonedas. Cada chiste de la pareja de humoristas se queda corto, cada rasgo caricaturesco resulta insuficiente para mostrar cómo vemos a los niñatos que confunden la energía con beberse un Monster, la inversión con la estafa de lo cripto, y a un asesor financiero con un youtuber gritón y ostentoso que no ha ganado ni la mitad del dinero que promete. Y de quienes les siguen todavía nos reímos más.

La realidad

La burbuja de las criptomonedas, por lo menos, nos ha regalado un buen vídeo de Pantomima Full, pero las consecuencias de que un montón de chavales estén expuestos a canales de Tiktok y YouTube, y cuentas en Instagram donde les prometen enriquecerse si entregan el dinero rápidamente al vendepeines de turno, pueden ser graves. “Las criptomonedas están arruinando la educación financiera de una generación de adolescentes”, alertan en El Blog Salmón. Un fenómeno, el de los niños inversionistas, alarmantemente extendido en el mundo anglosajón y que se acerca al nuestro, como cualquier otro.

Y aún hay más

Rompo mi propia norma de no repetir medio en la misma columna porque esto otro que también publican en El Blog Salmón va en la línea de los párrafos anteriores: “Donde realmente ganan los brokers es cuando sus usuarios están haciendo trading de forma constante. La publicidad de estas plataformas sumado a las ganas de destacar de algunas personas indican un camino a los inversores, pero es un camino erróneo”. Por eso los influencers animan a mover el dinero constantemente, porque el largo plazo, aunque es más rentable para el inversor, no lo es para ellos y sus apps. Así de fácil.

Dinero y esfuerzo de verdad

No podía faltar la guerra en Ucrania en esta columna, aunque parezca que vaya de inversiones y vendedores de humo. Si un gremio es valioso ahora mismo en la frontera ruso-ucraniana es el de los periodistas. Sin embargo, nosotros mismos nos maltratamos: Israel Merino publicaba un tristísimo hilo en Twitter en el que contaba cómo una revista le pedía contenido en exclusiva de la guerra a cambio de 320 € netos menos gastos sobre el terreno. Quien hace la llamada (y no hay publicación que se libre) ya sabe lo que ofrece y, sin embargo, sigue adelante, despreciando lo que deberíamos poner en valor, precisamente.

Apoyo virtual

Termino esta columna sobre inversiones digitales hablando del más virtual de los valores españoles: el apoyo de las y los políticos del PP. Gordo Cincuentón lo tuiteba así: “Los barones del PP mostrando su apoyo incondicional a Feijóo de la misma manera que la semana pasada lo hacían con Casado”. De esta manera empieza la semana en Génova 13, donde trabajan de momento los únicos que dan gracias a Putin por atraer toda la atención mediática. La guerra en Ucrania es una desgracia que debemos seguir de cerca (porque la tenemos a dos pasos, además), pero la guerra en el PP tampoco se nos puede olvidar.

Hemos fracasado

Alpha Sniper tiene un millón de seguidores en Twitter y casi cinco en YouTube. Es uno de esos creadores de contenidos on-line que decidió mudarse a Andorra y que sigue negando la importancia de algo tan básico como los impuestos: “La Hacienda Española cada vez se parece más a una mafia que a una Administración pública. Te extorsionan, te roban y ahora pretenden perseguir a los que libremente deciden huir del infierno fiscal. ¿Estas persecuciones no se hacían así en los 40?”. Si un chaval que tiene tanto alcance piensa así, y no es el único, es que algo hemos hecho mal quienes lo contamos y quienes educamos.

Así empezó “el trienio negro”

El modo en el que vienen anunciando que el tripartito de izquierdas en la CAV es posible suena cada vez más al modo en el que nos anunciaban el pacto PSE-PP de 2009: los socialistas ni confirman ni desmienten y los otros actores están encantados con la opción, y el baile de números, como entonces, ha empezado mucho antes de que se oigan las sintonías de campaña. El objetivo, en ambos casos, es el mismo: apartar a EAJ-PNV. Hoy y en 2009 la apuesta tiene otras derivadas, como la gobernabilidad en Madrid, donde Bildu ha dado un paso adelante y, como recuerda César Calderón, está Sánchez, que es un arrojado.

No es el médico o la médica: son las y los pacientes

El PNV se la juega con un PSOE que puede darle la puñalada por la espalda y en un momento en el que poner en valor su modo de hacer política no parece el más adecuado, con kamikazes al frente de los principales partidos españoles: Pablo Casado, en su infinito atrevimiento, se ha preguntado este fin de semana “¿por qué a un médico se le obliga a hablar catalán y por qué, sin embargo, un catalán puede ejercer la Medicina perfectamente en León?”. Pues porque no va de médicas y médicos, Pablo, va de pacientes y de su derecho a explicar y que les expliquen en el idioma que mejor entiendan qué les pasa y qué les preocupa.

El daño que ha hecho Ciudadanos (o el trabajo que adelantó)

Público ha presentado una “querella por falso testimonio contra el excoordinador de Jusapol en Madrid, Carlos Morales, por mentir al juez al afirmar bajo juramento que no se refería a la formación de Albert Rivera cuando dijo en su audio que ‘alguien naranja impuso al secretario nacional’”. El digital tiene audios que recogen directamente que el de Rivera “fue el único partido que colaboró económicamente en la marcha de Barcelona de enero de 2018”, por lo que “cometieron perjurio”. Algún día tendremos que hablar de cómo Ciudadanos cebó a Vox, y cómo UPYD fue clave en el auge de Ciudadanos, por cierto.

Antivacunas, las y los de siempre

El pasaporte COVID funciona: anima a la vacunación y genera la percepción de que la pandemia aún no ha acabado. Pero volvamos a quienes todavía no habían pasado por el trámite de la aguja: si antes de esta pandemia las y los antivacunas nos parecían unas y unos gilipollas, este tiempo que nos está tocando vivir y sus argumentos solo han confirmado que, efectivamente, lo son. Y también insolidarios, porque esto no va de cada una y uno de nosotros, sino de la sociedad. Imbéciles, al fin y al cabo, que generan agujeros en el escudo que, entre todas y todos, estamos construyendo y pagando.

¿Su opinión? ¿En serio?

Pedro Sánchez tiene un problema: lo suyo era la escena y ahora no la maneja. De hecho, su entrevista en LaSexta ha pasado bastante desapercibida aunque en ella dio respuestas como esta que destacan en República.com: “Sería conveniente que Juan Carlos I dijese efectivamente cuál es su opinión sobre todos estos hechos, que como los califiqué, son informaciones perturbadoras, y que al final socavan la confianza del pueblo español en todas las instituciones”. No creo que nadie necesite la opinión de Juan Carlos I sobre sus propios hechos (los conocidos y publicados), lo que exigimos es responsabilidad y consecuencias.

Cuando haces lo que puedes

La existencia de la vacuna y la capacidad logística de los servicios públicos de Sanidad nos permiten convivir mejor con el maldito coronavirus. Ahora podemos mirar por el retrovisor y admitirnos lo mal que lo pasamos durante el confinamiento, lo mucho que echamos de menos a otras personas, y cómo asumimos que los gobiernos hicieron lo que pudieron, populistas, aparte. Y siguen haciéndolo. La periodista Ane Irazabal tuiteaba: “Se acabaron las pruebas gratuitas de antígenos en Alemania. Una decisión que pretende impulsar la vacunación (Solo el 65% de la población vacunable tiene la pauta completa)”.

No puedes nadar contra la corriente

Nadar contra la corriente puede ser igual de malo que dejarte llevar. Al final, hacer el esfuerzo de surfear las olas suele compensar. Pero hagas lo que hagas es importante no hacer el ridículo. Ícaro Moyano acierta con su tuit: “Mientras que él se pregunta ¿quién es Ibai? el resto de la gente se pregunta ¿quién es Roberto Gómez?”. Podríamos decir que Gómez es un periodista deportivo a la antigua, pero los clásicos rara vez han sido tan soberbios. Gómez, simplemente, está equivocado también en su opinión sobre el show: Ibai Llanos es hoy un grande por méritos propios y los demás debemos reconocérselo desde nuestras limitaciones.

Pero, ¿qué se creen?

Ibai Llanos sabe mejor que nadie cómo generar un show de la nada: su mundial de globos reunió a más de dos millones de personas en Twitch, y a 600.000 durante el minuto de oro. Llanos tiene una capacidad extraordinaria para entender qué gusta y para contarlo y que parezca apasionante. Es el mejor y, además, tiene conciencia y sabe qué hace, para quién y qué supone. La cruz de esta moneda es para El Rubius, otro gran comunicador que, como otros youtubers, no dudó en mudarse a Andorra para no pagar impuestos. Ahora, todos ellos “cargan contra el turismo YouTuber que visita Andorra y les acosa” (Hobby Consolas).

No son solo quienes prohíben

El restaurante de Bilbao que ha prohibido la entrada a menores incluso en compañía de personas adultas ha logrado poner sobre la mesa el debate que recogen en Magnet sobre la legalidad de la medida. Personalmente, no me preocupa que sea legal, me preocupa que alguien considere que una niña y un niño son un incordio. Y no lo hacen solo quienes prohíben expresamente su presencia: en Euskadi son muchos los restaurantes en los que las y los menores no son bien recibidos. Y no me refiero a los menús basura de macarrones y fritanga: amas y aitas hemos sufrido y sufrimos incomodidades difícilmente justificables.