No era tan difícil

James Block es un psiquiatra con una newsletter (un envío de e-mails con sus reflexiones al que te puedes suscribir) en la que ha ido avanzando la estafa de las criptomonedas. Él mismo asegura que el asunto es mucho más sencillo de lo que parece. Para mí, hay una frase definitiva en la entrevista que concede a El Confidencial sobre los criptoactivos: “Puedes pensar en ellos como si fueran una acción o un bono, excepto que no están conectados a nada de la realidad. Entonces, es aún más simple que el precio de una acción, pues es una acción sin importancia real. Realmente no son nada. Ese es el punto. Es increíble, pero no son nada”.

¿Quién va a pagarlo?

En el gobierno español, ¿de verdad piensan que las y los consumidores finales van a librarse de pagar el impuesto al plástico? No niego de la necesidad de la medida, pero sí pongo en cuestión el momento: el Estado va a recaudar menos por la supresión o reducción del IVA, con el consiguiente menoscabo en los servicios sociales, y la ciudadanía va a ver cómo las facturas en los supermercados siguen sin abaratarse porque lo que nos quitan de un lado nos lo ponen en otro. No soy un mal pensado, lo que me sorprende es la candidez de ministros y ministras o, lo que es peor, que sepan como yo lo que va a pasar pero les dé igual.

Veremos si suman

Enero de 2023 y, de momento, de Sumar solo sabemos que lo lidera Yolanda Díaz. Desconocemos cómo se armará, si contará con Podemos y con IU, ni de qué modo lo hará. Suponemos un ideario pero tampoco hay líneas maestras. Y podemos pensar que seguirá el mismo camino que siguió Pablo Iglesias: no desgastar la marca en las municipales y guardarlo todo para las generales (porque una o un concejal no tiene el mismo glamour que un diputado o una ministra, claro). Demasiadas preguntas para una amalgama que ni se expone ni avanza con claridad hacia ningún lado. Solo va hacia una fecha: diciembre.

Correcto

Si en este último año de legislatura el gobierno español lo único que hace es ilegalizar finalmente a la Fundación Francisco Franco, ya habrá hecho suficiente. A estas alturas que franquistas declarados sigan campando a sus anchas es una vergüenza injustificable para España. Y gracias a la ilegalización de su chiringuito, si se produce, además, podremos disfrutar de ver cómo se posicionan otras fuerzas parlamentarias. De Vox nos esperamos sus cosas de ultraderecha, pero lo del PP, en el que conviven conservadores moderados y concejales que cantan el “Cara al sol” a todo lo que les da la garganta, como hemos visto, va a ser un show.

Bien jugado

Soy bastante crítico con el modo de hacer política de Podemos, principalmente, por su desprecio a quienes hacíamos u observábamos la política de cerca antes que ellos. Ahí sigue Pablo Iglesias, día tras día, echando flores a Roures y paladas de guano a todos los periodistas menos a los que trabajan para él (en otra época les llamaba “pesebreros”). Pero esta vez no me cuesta nada reconocer que Podemos está jugando bien sus cartas en el Congreso: Suárez Illana abandona la cámara baja y su puesto en la Mesa, y Podemos amenaza con no apoyar la propuesta del PP para sustituirlo si no desatasca la renovación del CGPJ.

Otra generación de enchufados

Los llaman “nepo-babies” y los denuncian en TikTok, pero me temo que, una vez más, el descubrimiento que la nueva generación de jóvenes cree haber hecho no es tal: si se hubieran fijado en qué ha pasado antes sabrían que los más viejos compartimos su indignación. Según publican en El Confidencial, la chavalada se ha dado cuenta de que “las hijas de” y “los hijos de” lo tienen más fácil, y de que ocupan los puestos de privilegio que la mayoría nunca alcanzará, igual que nuestra generación y las anteriores tampoco alcanzamos. En Euskadi hasta tuvimos un lehendakari cuyo principal valor era ser hijo de un histórico socialista.

Que se lo pidan a los Reyes Magos

Algún día habrá que hablar del impacto medioambiental de las criptomonedas: no solo la cantidad de energía necesaria para mantener ordenadores trabajando día y noche, también los componentes que van reemplazándose para lograr una “minería” más efectiva. Componentes que, aunque no sean especializados, ya no son rentables: El Chapuzas Informático ha escrito un post estupendo para que nos hagamos una idea de cómo ha caído este negocio, basándose en lo que cuesta un ordenador mínimo para lograr criptomonedas y a cuánto se pagan estas. Una ruina. Pero no para quien tiene el ordenador, sino para todo el planeta.

Carbón para él

No entiendo a los millonarios que solo ofrecen planes para pobres: las y los empleados de Twitter “se han visto obligados a llevar su propio papel higiénico al trabajo” (Hipertextual). Un recorte cutre salchichero que se suma a los iniciados con los despidos, la eliminación de la cafetería (¡con lo que fardan las tecnológicas de sus cantinas!), de las tarjetas de crédito de empresa y, lo que es más importante, con su decisión de no pagar el alquiler ni servicios de software contratados previamente. No es menos cierto que así se hacen y se mantienen las fortunas, precisamente, con una racanería palpable.

Un buen regalo

Esta noticia en El Diario solo es buena: “El Supremo rechaza de plano la querella de Vox contra Irene Montero por defender la educación sexual en menores. La sala de lo penal inadmite media docena de denuncias y querellas de Vox y asociaciones cercanas y reprocha a la ultraderecha que haya denunciado a Montero por un delito que ni siquiera existe y por vincular a la ministra con la pedofilia”. Es terrible pero es cierto: a la extrema derecha española no le guste que la juventud hable de sexo y conozca el placer y la responsabilidad en sus relaciones. Y a estos son los que quieren colarnos como socios legítimos del PP.

El rey que quiere venir de Oriente

Hablando del PP, Núñez Feijóo, ocupándose de las prioridades de los españoles, “ha trasladado a Juan Carlos I que tiene listo un plan para su vuelta a España” (El Confidencial Digital) y que “lo pondrá en marcha ‘al día siguiente’ de convertirse en presidente del Gobierno”, siempre de la mano de Vox, claro. En el PP “entienden que ‘puede entrar o salir de España cuando quiera’ una vez se ha producido el archivo de las causas judiciales”. Sobre la naturaleza de las causas o los motivos del archivo, por supuesto, no van a opinar, no sea que tengan que reconocer que el jetismo ilustrado es un modo de monarquía típico español.

Alguien tenía que decirlo

En la cuenta en Twitter de Pantomima Full comparten cada viernes un vídeo parodiando a algún colectivo. Este fin de semana ha tocado el de los niños rata que juegan a ser brokers invirtiendo en criptomonedas. Cada chiste de la pareja de humoristas se queda corto, cada rasgo caricaturesco resulta insuficiente para mostrar cómo vemos a los niñatos que confunden la energía con beberse un Monster, la inversión con la estafa de lo cripto, y a un asesor financiero con un youtuber gritón y ostentoso que no ha ganado ni la mitad del dinero que promete. Y de quienes les siguen todavía nos reímos más.

La realidad

La burbuja de las criptomonedas, por lo menos, nos ha regalado un buen vídeo de Pantomima Full, pero las consecuencias de que un montón de chavales estén expuestos a canales de Tiktok y YouTube, y cuentas en Instagram donde les prometen enriquecerse si entregan el dinero rápidamente al vendepeines de turno, pueden ser graves. “Las criptomonedas están arruinando la educación financiera de una generación de adolescentes”, alertan en El Blog Salmón. Un fenómeno, el de los niños inversionistas, alarmantemente extendido en el mundo anglosajón y que se acerca al nuestro, como cualquier otro.

Y aún hay más

Rompo mi propia norma de no repetir medio en la misma columna porque esto otro que también publican en El Blog Salmón va en la línea de los párrafos anteriores: “Donde realmente ganan los brokers es cuando sus usuarios están haciendo trading de forma constante. La publicidad de estas plataformas sumado a las ganas de destacar de algunas personas indican un camino a los inversores, pero es un camino erróneo”. Por eso los influencers animan a mover el dinero constantemente, porque el largo plazo, aunque es más rentable para el inversor, no lo es para ellos y sus apps. Así de fácil.

Dinero y esfuerzo de verdad

No podía faltar la guerra en Ucrania en esta columna, aunque parezca que vaya de inversiones y vendedores de humo. Si un gremio es valioso ahora mismo en la frontera ruso-ucraniana es el de los periodistas. Sin embargo, nosotros mismos nos maltratamos: Israel Merino publicaba un tristísimo hilo en Twitter en el que contaba cómo una revista le pedía contenido en exclusiva de la guerra a cambio de 320 € netos menos gastos sobre el terreno. Quien hace la llamada (y no hay publicación que se libre) ya sabe lo que ofrece y, sin embargo, sigue adelante, despreciando lo que deberíamos poner en valor, precisamente.

Apoyo virtual

Termino esta columna sobre inversiones digitales hablando del más virtual de los valores españoles: el apoyo de las y los políticos del PP. Gordo Cincuentón lo tuiteba así: “Los barones del PP mostrando su apoyo incondicional a Feijóo de la misma manera que la semana pasada lo hacían con Casado”. De esta manera empieza la semana en Génova 13, donde trabajan de momento los únicos que dan gracias a Putin por atraer toda la atención mediática. La guerra en Ucrania es una desgracia que debemos seguir de cerca (porque la tenemos a dos pasos, además), pero la guerra en el PP tampoco se nos puede olvidar.