Yes Scotland

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Hoy es el día. El día que llevábamos esperando muchos. Una nación europea, cercana, reconocible, con la que podemos identificarnos fácilmente, puede dar el segundo paso para convertirse en un estado. El primero ya lo dieron cuando adquirieron la población escocesa adquirió conciencia de que podía decidir su futuro. Y Cameron abrió la puerta cuando, con un sentido de la democracia admirable, permitió un referéndum para el que él ya tenía el voto contrario decidido. Desde entonces y hasta hoy, la campaña por un “yes” escocés que nos ha ilusionado a todos.

Better Together

Frente al “sí” y en contra de la ilusión de un pueblo se han situado los unionistas, parapetados tras un el lema “Better Together” (“mejor juntos”) que, con el paso de los meses, ha ido derivando en un sencillo “No, Thanks” (“no, gracias”). Una campaña negativa basada en disolver la esperanza y en aguar la fiesta. Una campaña hecha a cara de perro que no les ha funcionado, como es lógico. Porque ese “no” rancio, basado en un pasado imperialista compartido y el vigor de una libra que fluctúa como las demás monedas, no tiene venta. Poco a poco, el “no” olía más a naftalina y el “sí” a ventanas abiertas frente a los frescos prados escoceses.

Las diferentes batallas

La batalla política ha sido tan trascendente que ha traspasado las fronteras y nos ha contagiado un poco a todos, pero de maneras diferentes. Algunos se resfriaban y estornudaban, y otros nos levantábamos cada día con más energía. Son muchas las naciones, con o sin estado, desde las que miramos a Escocia, y las visiones se han trasladado a ese mar que no tiene puertas ni fronteras que es Internet. Aquí sí que el “yes” ha vencido claramente, lo dice Facebook y lo recoge hasta el ‘Financial Times’.

¿Y la BBC? ¿Y los otros medios?

La ‘BBC’ ha recibido muchas críticas por su posición contraria al “yes” pero, ¿qué quieren que les diga? La primera “B” de su acrónimo corresponde a “British”, y ante todo es una televisión pública del Reino Unido, por lo que le toca defender el Reino Unido que la sostiene. Más divertida me ha resultado la batalla de los medios españoles (y algunos vascos), que además de repetir los argumentos del “no”, han llegado a competir por qué medio era más unionista que los propios británicos. Más papistas que el Papa.

Eskerrik asko, Oier!

Es una de las maldiciones del periodismo: nuestros nombres pasan desapercibidos para los lectores hasta que metemos la pata. Entonces, sí, leen el nombre y el apellido. Precisamente por eso, si les digo que llevan ya un par de años leyendo las crónicas sobre Escocia de Oier Llinás, muchos de ustedes no se habrán dado cuenta… y no pasa nada. Pero así ha sido. Oier nos ha transmitido lo que pasa en Escocia, también en ‘Onda Vasca’ y por medio de Twitter más recientemente, con información de alcance y de contexto. Un gran trabajo conjugado con la posibilidad de vivir una oportunidad histórica.