Rumanía prohíbe la reivindicación nacional de su minoría húngara

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Las autoridades rumanas impidieron el pasado 10 de marzo la celebración del Día de la Libertad “szekler”

El Consejo Nacional szekler, de origen húngaro, celebra su Día de la Libertad el 10 de marzo de cada año en su capital oficiosa, Marosvásárhely (en rumano, Targu Mures), para conmemorar a sus “mártires” que, en 1854, lucharon por la libertad de Hungría contra el imperio autrohúngaro de los Hasburgo. Este año, el tradicional acto político y manifestación posterior iba a significar, además del homenaje a sus personajes históricos y un evento de autoafirmación nacional, una reclamación, ya que las reformas administrativas que propone el gobierno rumano pasan por disolver la comunidad szekler en una organización territorial superior (Transilvania) en la que los húngaros constituirían menos del 30% de la población. Con esta división e integración forzosa, se verían afectadas negativamente sus reclamaciones políticas pero también sus derechos fundamentales (lengua húngara, pervivencia de la cultura propia, etc.) como minoría en Europa.

Para evitar la visibilización de una contundente respuesta a los planes del primer ministro, Victor Ponta, las autoridades rumanas han prohibido esta manifestación, y el Consejo Nacional de Szekler se ha visto obligado a renunciar a la organización del evento que, el año pasado, reunió a cerca de 25.000 personas. Ya en 2014, las autoridades rumanas rechazaron cortar la Avenida 22 de Diciembre de 1989 (en recuerdo del final de la dictadura de Ceausescu), por la que transcurre la manifestación posterior al acto de homenaje, lo que provocó graves problemas de tráfico en el centro de la ciudad, de 150.000 habitantes, pese a la fuerte presencia policial rumana.

Hoy, las palabras que pronunciara el pasado año Balázs Izsák resultan premonitorias: el presidente del Consejo Nacional acusaba entonces a Rumanía de atacar los símbolos del pueblo szekler, y de no respetar los derechos y las libertades de su ciudadanía. La prohibición de este año quiebra uno de los principios básicos de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, como es el derecho de manifestación. De este modo, se restringen los derechos de una minoría étnica que, aunque se reconoce húngara, ha habitado la misma tierra, actualmente dentro del estado rumano, desde antes de la Edad Media, momento de las primeras referencias a la comunidad szekler.

Reforma administrativa

Rumanía carece de una estructura administrativa territorial aunque esté dividia en distritos. Actualmente, los ayuntamientos y el gobierno del Estado son las únicas administraciones a las que puede dirigirse un ciudadano rumano y, por extensión, szekler. La reforma de la que propone el gobierno para dividir Rumanía en diferentes áreas administrativas, superiores a los distritos, supondría la inclusión de Szeklerland “en una región en la que los húngaros constituirían menos del 30% de la población”, como explica Attila Dabis, responsable de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional szekler, en la carta que ha remitido a periodistas de todo el mundo para denunciar que Rumanía estaría infringiendo el derecho fundamental de libertad de reunión y actuando en contra de una minoría, la húngara en Transilvania.

Nicolae Ceausescu fue quien abolió la antigua región autónoma húngara dentro de Rumanía, persiguiendo el ideal de verticalidad de las dictaduras comunistas. La restauración de la democracia no trajo la devolución de esa autonomía, lo que ha acrecentado la frustración de la comunidad szekler. Uno de los momentos más tensos se produjo en febrero de 2009, después de un encuentro entre el anterior presidente rumano, Traian Băsescu, y su homólogo húngaro, László Sólyom, en Budapest. Băsescu afirmó entonces que “la minoría húngara nunca recibirá autonomía territorial”.

Denuncia en el Parlamento Europeo

La europarlamentaria Izaskun Bilbao va a plantear el próximo lunes una pregunta a la Comisión Europea para poner en conocimiento la actuación del gobierno rumano, en connivencia con las autoridades judiciales rumanas, a las que el propio Consejo Nacional szekler acusa de complicidad. Además de esta pregunta, la diputada en el Parlamento Europeo por EAJ-PNV va a plantear una audiencia con la minoría szekler en el Intergrupo de minorías tradicionales, comunidades nacionales y lenguas del Parlamento Europeo, formado por más de sesenta eurodiputados procedentes de todos los estados miembros y todos los grupos.