Y no, no es Patxi López, contra casi todos los pronósticos, sino Maxim Huerta. No voy a columpiarme: desconozco si el exlehendakari ha rechazado el puesto y, además, el próximo máximo responsable español de Cultura y Deportes genera suficientes comentarios. Más de 350.000 seguidores en Twitter (para que se hagan una idea: el lehendakari tiene 30.000) y una trayectoria no siempre ejemplar, con tuits como: “Me cago en el puto independentista”, otro en el que la reforma del Estatut le parecía algo provinciano e incluso algún chiste con tufo xenófobo.
¿Qué prometes a un astronauta?
¿Qué ha prometido Pedro Sánchez a Pedro Duque para convencerle? En una entrevista reciente en Radio Euskadi, el astronauta reclamaba más inversión en ciencia e investigación. Y ahora le toca exigir para su ministerio ese incremento a quien le ha ofrecido el puesto… Porque entiendo que se lo ha prometido. Y si lo logra, me levanto y aplaudo a Sánchez y a Duque pero, ¿qué ha asegurado a las otras dieciséis ministras y ministros, a las que ha tenido que convencer para meterse en este lío? Porque hay que reconocer a todas y todos el mérito de la valentía.
Dos ministros vascos
Celaá y Grande Marlaska son los dos vascos que estarán en el consejo de ministras y de ministros. En principio, su éxito será el de todos con un gobierno español fuerte que consiga que el principal territorio al que exportamos los vascos tenga capacidad de gasto y producción. Pero no soy muy optimista, lo confieso: si les va mal, por supuesto, será malo para Euskadi. Pero si les va bien no será necesariamente bueno para nuestro país: el juez ha mostrado su “pasado antiabertzale” (El Nacional) y la exconsejera de Educación disfrazó con el trinlingüísmo su presión al euskera.
Y uno más
Hay otro vasco muy cerca del presidente español: el donostiarra Iván Redondo será el nuevo jefe de gabinete de Pedro Sánchez después de haber sido asesor de Basagoiti, García Albiol o Monago en Extremadura. Ya saben que me encantan estos personajes en la sombra pero con una capacidad de mover hilos como pocas personas tienen en España. Redondo es dueño de una consultoría especializada y, como en las series americanas sobre la trastienda política, ha sabido convertirse en el hombre de confianza de personas importantes en los dos principales partidos españoles.
Iglesias, despierta
No hay ministros de Podemos. Pedro Sánchez no ha hecho siquiera un simple guiño al tercer partido en el congreso de los diputados como sí ha hecho con Ciudadanos o el PP. Solo un gesto es visible: los hombres que han decidido que van a llamarse “Unidas Podemos” ven cómo once ministras dejan claro que lo de los morados solo es postureo para el cartel. Y ahora Pablo llora, dice que Pedro se ha olvidado de ellos en tan solo 24 horas. Pero eso no es cierto: ni siquiera les ha dedicado tanto tiempo porque sabe que Podemos es solo uno más en la oposición, como en Euskadi.