Ninguno de los presos de ETA que se encuentran en la cárcel de Iruña acudió al pase de “Maixabel” y la posterior encuentro con la protagonista de la historia y la directora de la película. Si no lo hicieron por activismo, porque a aguerridos no les gana nadie (o eso creen), qué vergüenza: su acto es más de cobardía que de cualquier otra cosa. Pero puede que si no acudieron es, simplemente, por vergüenza, por su incapacidad de mirar lo que hicieron y a quien se lo hicieron, por lo imposible que les resulta sostener la mirada de quien lo vivió y de quien lo cuenta. Los hechos son los que escriben el relato.
Y su rabia
Con la edad he aprendido a no meterme ni en el hambre de otra persona ni en sus cabreos. La rabia o la ira son sentimientos muy personales que siempre se manifiestan como un volcán que estalla después de mucho tiempo de calentamiento. Así que, sin juzgar ni prejuzgar la rabia de nadie, creo que Iñaki García Arrizabalaga acierta con este tuitazo: “Maixabel Lasa no ha obligado a ninguna víctima del terrorismo a hacer lo que ella ha hecho. Pero algunas víctimas del terrorismo parecen querer obligarla a ella a no hacer lo que ha hecho”. Con la edad también he aprendido que los caminos importan.
Tenemos que aferrarnos a la memoria
El experimento que han hecho en la Universidad de Deusto para conocer que saben las y los jóvenes de hoy sobre ETA me parece un acierto. Habrá que ver las conclusiones y si es posible apreciar un sesgo, pero la idea, en sí, me parece necesaria porque quien se asome de vez en cuando a cuentas de la chavalada en Twitter e Instagram puede ver una trivialización de la violencia muy poco reconfortante y que favorece, sin duda, a quien la ejerció, lo que implica que no favorece en nada a quien la sufrió, que fue la mayoría de la sociedad vasca. Trasladar a la juventud lo que pasó es imprescindible. No dejarnos enredad, también.
Al juez le gusta esto
Del mismo modo que es capcioso y falso sugerir que las restricciones para frenar una pandemia mundial es un capricho de quien las impone, es capcioso y falso afirmar que el juez Luis Ángel Garrido “desafía” “el poder” del PNV. El titular en Vozpópuli (cada día, más escorado a la derecha) es un enredo intencionado para meter las siglas del partido en una idea que sugiere una especie de pulso que solo Garrido echa porque le sale de la maza. Obviar que se trata de una cuestión de salud pública y de decisiones excepcionales en el entorno genera noticias más sabrosas, sobre todo para el gusto del magistrado.
“Volcán Puigdemont”
A veces, una columna bien escrita y, sobre todo, bien reflexionada, ayuda a entender la realidad mejor que varias noticias. En esta ocasión es Bernat Dedéu en El Nacional el que muestra cómo puede afectar la reciente retención de Puigdemont a “la tranquila rendición de ERC y el retorno de los líderes soberanistas a la rutina autonomista”. Su conclusión es mortífera: “A pesar de todos sus errores fatales y sus mentiras, Puigdemont es la única pieza que puede no encajar en el clima de fábula de diálogo que han pactado de hace meses Oriol Junqueras y Pedro Sánchez para asegurar a la Generalitat a ERC y el Gobierno al PSOE”.