Pero, ¿cómo hemos llegado a esto?

Es necesario que la Unión Europea, EE.UU., la OTAN y hasta la más pequeña democracia con la más mínima influencia internacional, tienen que hacer una autocrítica: ¿cómo hemos llegado a permitir que Vladímir Putin pueda mandar una columna de 65 kilómetros de vehículos de guerra a Ucrania, el país que ha invadido por el morro y que está destruyendo a golpe de misil y tanqueta? El dictador ruso nos ha mostrado el camino de la destrucción: ¿quién nos dice que no lo seguirán China o cualquier emirato con dinero para comprar el armamento más dañino? Esta sí es una guerra mundial de la democracia contra la dictadura.

¡A la mierda!

No, RT o Sputnik no son medios de comunicación. Igual que no lo son OK Diario o Mediterráneo Digital (que sirven a los mismos intereses, por cierto): son páginas web y canales de televisión que retuercen la libertad de expresión para colocarnos sus mierdas, su propaganda de cuartel y sus mensajes fascistas. Así que censurarlos no es un error: es necesario. Y como periodista no me genera ninguna inquietud porque su objetivo no es informar u opinar, es intoxicar y, por cierto lo hacen muy bien, tanto que se la dan con queso hasta a algunos profesionales de la comunicación, para mi sorpresa.

Y algunos otros, también

Xavier Colás sabe de lo que habla porque está sobre el terreno, en Ucrania, viendo y contando en primera persona la invasión de Rusia, así que, evidentemente, me fío mucho más de su criterio que del de los analistas de sofá y móvil, o del de los pacifistas de humus y crudités, de España y de Euskadi, cuando tuitea: “Españoles bajo el paraguas de la OTAN y sentados a la mesa de la UE desde hace décadas explicando a los ucranianos que la OTAN es sólo un instrumento de EEUU, que la UE es insolidaria, que la neutralidad les conviene, que las armas no son la solución y que no deben enfadar a Rusia”.

No le importa quedar así de mal

Me niego a pensar que un tipo que ha sabido flotar como un corcho en todas las aguas crea realmente que Vladímir Putin es comunista o no haya visto los evidentes lazos del ruso con la extrema derecha, desde Trump a Abascal. Así que no me queda más remedio que opinar que Toni Cantó es un tipo al que no le importa quedar así de mal en Twitter: “Ya en Colón. Por Ucrania. Contra el comunismo”, lanzaba en esta red social junto a fotos de su presencia en la manifestación en contra de la guerra. La pregunta es: ¿por qué? O mejor: ¿a cambio de qué? ¿De mantener su puesto en la Oficina del Español? ¿De mejorarlo?

Menos mal que también hay personas como José Andrés

En este mundo de mierda que entre todos hemos construido aparecen rayos de esperanza incluso en Ucrania o su frontera: Xavier Colás y todos los periodistas del mundo que están jugándosela para que veamos la invasión rusa, o José Andrés, que abandona su posición acomodada para pasar frío y cocinar caliente a los refugiados ucranianos que abandonan el país por Polonia. Ante lo irremediable de una guerra y con el convencimiento de que muchos pueden ayudar con lo que saben hacer admiro a quien se calza unas botas y da un paso al frente. Y desprecio a quienes los critican, que los hay, sorprendentemente.