Lo avisábamos recientemente en esta columna: el melón que se abre con algunas sentencias judiciales sobre lo que es delito en redes sociales es bastante peligroso. Tanto que después del fallecimiento de José Manuel Maza, el ministro español de interior amenazaba a todos los tuiteros que osaran manchar el nombre del fiscal. Me puede parecer mal el insulto fácil e ignorante (la mayoría solo habla de oídas), pero considero peor ese control de las opiniones bajo amenaza.
No lleves la contraria
Solo hay un gobierno legítimo en Catalunya y lo forma lo que diga alguien. Todavía no sabemos muy bien quién es el que decide pero estaría bien que nos lo dijeran para no cargar las tintas equivocadamente, porque la supresión por medio de Photoshop de Santi Vila de la foto de esa legitimidad puede ser a mala leche… O protegiendo precisamente a quien no quiso dar el paso en falso que tan caro puede salirle al independentismo en su conjunto. En cualquier caso, como poco, queda feo.
No uses emoticonos
No soy irónico en el titular, soy categórico: no uses emoticonos, querido community manager de Junts per Catalunya, y queridos community managers de otras instituciones, partidos y cosas públicas más cercanas. El uso y abuso de los emoticonos para comunicar es un mal que nadie sabe muy bien dónde surge, cómo ni por qué se contagia, ni dónde afectará próximamente, pero lo sufrimos todos: usuarios y gestores de identidades digitales obligados a explicar que solo distraen.
No pienses
Lo de “lo que decidan las bases” en los partidos nuevos me parece que está muy bien como excusa porque, si se dan cuenta, esas bases siempre deciden lo que le viene bien al líder que consulta. ¡Vaya! ¿Cuándo en Podemos han sido contrariados Pablo Iglesias o Ada Colau? Según El Español, la alcaldesa de Barcelona no insiste demasiado en llevar a la ciudad la sede de la agencia europea del medicamento porque así se lo pidieron las bases, con lo que se termina el conflicto.
Actualización a día de la fecha: finalmente, [Enlace roto.] en primera ronda en la carrera por acoger esta agencia.
“No me da la cabeza”
Me siento muy identificado con la Petit Brunette que, unos días después de que se abriera para todos los usuarios la posibilidad de utilizar 280 caracteres en Twitter en vez de 140, tuiteaba: “No me voy a leer ningún tuit de más de 4 líneas. Ya no por principios, sino porque no me da la cabeza”. Una medida puesta en marcha para quienes llevan marcas comerciales y que, sin duda, Twitter ha implementado buscando más anunciantes que gasten más alegremente.