La conclusión de la exconsellera Clara Ponsatí en El Nacional es terrible: “No ha valido la pena hacer política”. Lo afirma con una orden de arresto internacional contra ella por intentar llevar a cabo el mandato democrático de la mayoría de catalanes que votaron a quienes anunciaron que llevarían a cabo un procés de independencia. Ese es el mensaje que traslada España al mundo: hacer política honesta y sin violencia en este estado no sirve de nada. Ya veremos qué hace el gobierno español con tanto cuervo.
¿Saben quién no está en prisión preventiva?
Sigo con El Nacional: mientras en Catalunya hay 25 dramas familiares, de momento, Luis Bárcenas disfrutará esta Semana Santa de su casa de un millón de euros en el Valle de Arán con permiso del juez, que hasta le ha levantado la obligación de acudir todos los lunes al juzgado para que el tesorero del PP pueda alargar su descanso. Lo más sangrante es que “en el sumario consta que pagó 120 mil € para reformarla y las facturas las habría sufragado el PP”. Y no pasa nada.
¿Por qué lo han hecho?
El exletrado del Tribunal Constitucional, Joaquín Urias, ha explicado en Twitter por qué el juez Llanera ha puesto en marcha la más terrible maquinaria judicial contra demócratas: “Para suspender de sus derechos políticos a una persona no condenada la ley exige dos condiciones: que se le impute un delito de rebelión y que esté en prisión provisional”. Es decir, lo que busca Llaneras es que estos representantes de la ciudadanía no puedan ejercer. Sí, son presos políticos.
Ciudadanos, a lo suyo
Decenas de miles de personas se movilizan en Catalunya porque consideran absolutamente injusto que los representantes que ellos mismos eligieron sean encarcelados por intentar cumplir su palabra, e Inés Arrimadas sale a decir que fueron muchos más los catalanes que se quedaron en casa. Josep Maria Mainat ironiza en Twitter: “Inesperada conclusión”, seguramente, para no decir lo que realmente opina, que la insensibilidad de Ciudadanos es ya algo más que indignante.
Todo vale para el convento
Jesús Barcos tuiteaba con acierto: “La euforia que muestra Vox es el retrato de la España que está quedando”. Al mismo tiempo, Rosa Díez, sublimaba la contradicción de los nacionalistas españoles y enlazaba las banderas española y alemana para dar las gracias a quienes habían detenido a Puigdemont. En su cabecera de Twitter podemos leer: “A veces basta con alzar una bandera para descubrir un ejército dispuesto a luchar”. Ojo, hoy el pensamiento de Vox y UPyD en España no es minoritario.