Uno de cada cinco, subsidiados

Estoy completamente a favor de las pensiones públicas. Precisamente porque lo estoy me preocupan noticias como esta en El Independiente: “Uno de cada cinco españoles cobra ya una pensión en el año de su mayor subida histórica”. Se trata de “la cifra más alta” que ha habido nunca y, además, “se alcanza, precisamente, en el año en que estas prestaciones se revalorizarán más de lo que se han revalorizado nunca en la historia del país por la inflación, disparada”. Todo esto entre crisis que cierran negocios, arquitectura financiera que desvía impuestos y la caja vaciada por quienes debían preservarla.

Tenemos un problema

La natalidad en Euskadi, como en España, es un problema muy grave: no va a haber personas suficientes para sostener el estado de bienestar, por medio de sus retribuciones y su gasto, de una población envejecida. Y las medidas que están tomando los gobiernos no funcionan. No se trata de conciliación, sino de algo previo: las personas más jóvenes tienen que tener una serie de certezas, tienen que ver un futuro en el que hay sitio para ellas y para las que traerán al mundo. Los datos no dejan de avisarnos: somos muchos en el mundo pero, paradójicamente, no seremos suficientes en nuestro país.

Para que quede claro…

Elías Gómez lanzó hace unos días un tuit bastante contundente del que solo pueden esconderse quienes no quieren enterarse: “En toda la historia de la Humanidad no ha habido ninguna sociedad (dejo aparte alguna de cazadores-recolectores) que haya subsistido sin impuestos, a la gente que está en contra de los impuestos hay que tratarla como a gente que a su edad creyera en los Reyes Magos”. Me parece correcto: quien considera que puede vivir como vive sin tasas por su actividad económica demuestra un comportamiento infantil, adolescente en el mejor de los casos, y como tal debería de ser tratado.

No importa cuando leas este titular

“El bitcoin se desploma” (El Plural) es un titular tan recurrente que ya deja de llamar la atención. Incluso para quien tenía unos ahorros ahí metidos, en la nada, ha dejado de ser una noticia relevante porque ya lo ha perdido casi todo. Pero vuelve a aparecer: después de recuperarse parcialmente, las monedas virtuales han vuelto a números de ruina para quien haya invertido en los últimos años. Ya ha dejado de valer, también, eso de que quienes lo vieron venir y compraron hace 10 años esto ha sido una mina de oro. Si las monedas virtuales son hoy refugio de algo habrá que mirar con lupa de qué lo son. Ahí está la noticia.

Sí tenemos gas

Europa sí tiene gas: las reservas están, de media, a un 75% de su capacidad, según Reuters. Lo que no sabemos es si la cantidad que supone ese porcentaje será suficiente para pasar el invierno. En el caso de España, las reservas de gas estarían a un 81%, según la agencia, y en el de Francia, a un 87. Solo Portugal (100%), Polonia (99), Dinamarca (92) y Suecia (91) tienen más gas almacenado. Letonia (55%), Bulgaria (56) y Hungría (59) están en la peor situación. Entiendo la noticia como buena, aunque Reuters se limita prácticamente a dar los datos y ofrecer las gráficas. No se me ocurre mejor manera de empezar esta gran semana.

«Cuando la diferencia se agranda…»

Ya sé que Obama cobra medio millón por conferencia y que, por lo tanto, él es de “los ricos”. Pero eso no deslegitima su discurso, como no lo hace que haya obreros de derechas, por mucho que se queje la izquierda caviar, precisamente. La tesis del expresidente es que cuando la diferencia entre ricos y pobres se agranda, la ciudadanía comparte menos experiencias, y en esa brecha es donde surgen y se refuerzan los populismos. Es tan sencillo como lo cuenta Obama (y recogen con precisión en el Huffington Post), y pararlo también lo sería si para ello los que más tienen estuviesen dispuestos a renunciar y repartir. O nosotros lo cogemos.

A estos hay que pedírselo

En esencia es muy sencillo: si quienes más tienen renuncian, por ejemplo, a hacer derrapes en la Luna con todoterrenos, el planeta sería un sitio mejor, con menos contaminación y más recursos para repartir a quienes menos tienen, reduciendo esa diferencia. No estoy exagerando: “General Motors y Lockheed Martin no solo están diseñando vehículos lunares para la NASA, sino que quieren fabricar y vender nuevos modelos para usuarios privados” (El Confidencial). Los primeros en la lista de clientes privados, por supuesto, serán Jeff Bezos y Elon Musk, pero no los únicos. Y estamos hablando de 2025.

También a estos

Me gusta el fútbol, pago mi cuota de socio, compro merchandising oficial varias veces a lo largo de una temporada y, sí, aunque colaboro en el sostenimiento del circo, me parece injustificable lo que ganan los jugadores. Porque no, no lo generan (de hecho, todos los clubes pierden dinero) y sí lo malgastan: Sergio Ramos y Pilar Rubio se comieron una chuleta bañada en oro en el restaurante del hortera Salt Bae. Una usuaria de Twitter concluía sobre la noticia: “Los ricos deberían tener muchos más impuestos porque no saben en qué coño gastar su dinero, y ese dinero podría ir a gente que lo necesita”.

¿Vale todo?

Jon Rahm ha dado una lección estupenda estos días, asegurando que cuando uno tiene mucha pasta como él (ganada por ser uno de los mejores del mundo en lo suyo) es mejor no ser ambicioso y valorar otras cosas como el prestigio o la lealtad. Es lo que no hacen otros como, por ejemplo, Gerard Piqué, ambicioso hasta el extremo. Gracias precisamente a gente como él, como Rubiales, y como los golfistas que aceptan venderse a los saudíes a cambio de duplicar sus millones, pueden jeques y emires hacerse con más poder. Lo vemos en el deporte de élite pero no lo vemos en negocios que generar millonarios sin decencia.

Una limpieza de vez en cuando

Lo siento por quienes han visto cómo se volatilizaban todos sus ahorros después de invertir en criptomonedas que, de pronto, han perdido casi todo el valor acumulado. Pero no lo siento por quienes, guardando lo mínimo para seguir, han perdido el dinero que se jugaban en la tragaperras de la especulación. Y la caída, además, está siendo con todo: los diferentes tipos de monedas virtuales y servicios de soporte van dándose de bruces y, sobre todo, dejando que veamos de qué ha ido siempre todo esto, como la plataforma Celsius, que “precisamente, ha acaparado todas las miradas, pues es sospechosa de estafa piramidal” (El Blog Salmón).

Con «z» de «fascista»

Ya sé que “fascista” no lleva “z”, pero escribir “zopenco” es quedarme corto para quien pega pegatinas con la última letra del abecedario para “atacar la oficina Ucrania-Euskadi en Gasteiz”. El director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco era quien lo denunciaba en Twitter con este mensaje: “Una vez más los autodenominados antifascistas en Euskadi, muestran su patita”. El propio Xabier Legarreta sentenciaba con lo más obvio, que es lo que hay que repetir ante quien no distingue entre víctima y Putin: “No sé cuántos fascistas hay en Ucrania, si los hay, no están refugiados en otros países”.

O con “v” de “Vox”

El discurso de Giorgia Meloni durante un acto de Vox en la campaña andaluza recordaba, palabra por palabra, y en el tono, a los del fascio italiano. Su partido, Fratelli di Italia, por supuesto, ocupa el espacio entre la derecha y el abismo en aquel país. Pero en la cuenta de Niporwifi, una vez más, hemos encontrado un hilo estupendo sobre la mafia, relacionado, precisamente con este partido, al que llaman en Calabria “Fratelli di Ndrangheta” por las reuniones entre representantes de la agrupación y capos que terminan con detenciones, o las condenas por pagos de campañas, además de varias investigaciones periodísticas.

Pues así van

Después del segundo debate de la campaña andaluza tengo las mismas sensaciones que después del primero: el formato está agotado y solo sirve para mostrar evidencias. Pero en esta ocasión, además, he encontrado una estupenda crónica, por atrevida: la de Santiago Martínez-Vares en El Plural. En ella se cuela, casi como sin querer, estas pinceladas que retratan algo más que el debate: “Nadie entendía a Olona. Teresa y Marín bromeaban. Nieto intentó aterrizar el debate de nuevo, bastante ligero ya, al que le faltaban unas cañas. Cualquiera diría que estaba en juego el futuro de Andalucía”.

Y así vamos

El presidente de la Federación Española de Asociaciones de Trabajadores Autónomos denunciaba en Twitter la situación de un segmento muy heterogéneo, tanto como significativo: “El número de bajas de autónomos en mayo creció un 36,2% más que el mismo mes de 2021. 12.876 bajas de autónomos más que reflejan la delicada situación que viven los autónomos en el contexto socioeconómico actual y que muchos no resisten al incremento de precios y costes que sufren”. España está creciendo a varias velocidades y muchas y muchos pueden (y podemos, también en Euskadi) quedarse atrás.

Una economía sin sentido

En esta misma columna llevamos años alertando de los diferentes riesgos de las criptomonedas. El principal, lo mucho que se parecen a una estafa piramidal. Pero no el único: la cantidad de energía necesaria para crear de la nada algo que también es la nada resultaba bastante inexplicable. Hoy, además, es un lastre: “En muchos países del mundo la energía es tan cara que minar Ethereum es igual a pérdidas económicas, hasta el punto que es más rentable comprar criptomoneda que pagar la factura de la luz y la sustitución de GPUs”. Y avisa: “Pronto Bitcoin seguirá un camino similar” (El Chapuzas Informático).

El jarabe autoadministrado

En la pugna entre “el Movimiento Socialista” y “la Izquierda Abertzale”, como en todo, el diablo está en los detalles: pueden disfrazarlo con toda la palabrería que quieran los denunciantes y los denunciados, pero se trata de poder, visibilidad y dinero. Nada novedoso, nada ideológico: quién puede poner las txosnas y quién lo decide (con a habitual verticalidad de la izquierda abertzale). Todo se resume en eso. Por el camino, qué ironía, Bildu se encuentra con las piedras que ha ido poniendo a los demás: nepotismo, corrupción, alineación con el Estado y traición a las clases medias. Nada nuevo bajo el sol.

Escondiendo a la candidata

Los datos que manejan en Vox para las elecciones andaluzas tienen que ser malísimos si la decisión que han tomado es la de apartar a la candidata. Esa “desaparición” con la campaña ya lanzada solo se puede explicar con que su acción perjudica claramente las buenas expectativas que la ultraderecha tenía en esta comunidad autónoma. El caso es verdaderamente excepcional y elocuente: Vox funciona mejor cuando nadie de Vox interviene, cuando dejan que los medios marquen la agenda, desde las líneas cobardes de Twitter y WhatsApp, pescando descontento y, sobre todo, sin proponer absolutamente nada.

Aquellas monedas de plata

Las 155 monedas de plata que mencionó Rufián para volar los puentes que estaba tendiendo el lehendakari Urkullu junto a Puigdemont en Catalunya las sigue pagando el primero de los tres actores mencionados. Miguel Aizpuru también se acordó de ellas después de leer el tuit de Eldiario.es: “Gabriel Rufián llama ‘tarado’ a Puigdemont por la declaración de independencia y después rectifica”. Hoy sabemos, a la luz de los acontecimientos, que aquello no tenía nada que ver con la república catalana, sino con la victoria electoral de una ERC que, ya con un president en la Generalitat, está disolviendo la aspiración nacionalista.

La mafia (y la magia) del fútbol

El fútbol es un deporte maravilloso que implica a millones de personas en el mundo, que nos emociona y que sirve para explicarnos como sociedad y hasta como civilización. Y al mismo tiempo, el fútbol es tan grande que acoge en sus senos diferentes actuaciones que bien podríamos identificar con las que hacen las distintas mafias: “Rubiales no solo grabó a ministros y altos cargos del Gobierno y guardó mensajes amenazando a Pedro Sánchez. También dio instrucciones a sus colaboradores para que hicieran lo mismo con políticos, profesionales del fútbol y periodistas”, siguen informando en El Confidencial.

No lo entiendo

Porque soy una persona del montón no entiendo cómo funcionan las criptomonedas. Y no lo entiendo, simplemente, porque el modelo de negocio consiste en que nadie lo entienda para poder especular con el dinero de quienes creen que en esa complejidad van a encontrar su Eldorado. Y a estas alturas de la película ya no dejo que nadie me trate como si fuera idiota, pero sigo sorprendiéndome con acontecimientos como este: “Uno de cada cuatro inversores destina más de la mitad de su cartera a criptomonedas” (El Independiente). Supongo que menosprecio la promesa de dinero fácil y la convicción de los vendedores de espejos.

No es Rusia, es Israel

Si a las selecciones nacionales o los equipos profesionales de Rusia no se le permite competir en las competiciones europeas por su invasión a Ucrania, y este veto ha llegado hasta Eurovisión, no entiendo por qué los organismos supranacionales no toman una decisión similar respecto a Israel después de ver, como hemos visto todos, el asesinato de Shireen Abu Aqleh, y cómo el mismo brazo ejecutor ha atacado y golpeado a la ciudadanía durante el funeral de la periodista. Sí, tenemos que hacer que esta sensibilidad a flor de piel sirva para algo: para detener la inhumanidad se dé donde se dé. Euskadi, incluido, ya que estamos.

No son vehículos, son personas

A estas alturas todos conocemos que la comunicación en tiempos de guerra es muy importante para deshumanizar al enemigo. Y porque lo sé me niego a contribuir a esa mecánica: no me preocupan los “58 vehículos de guerra rusos que intentaba cruzar un río en el Donbás” (Infobae), sino las personas que iban en ellos y que ahora están muertas, heridas o detenidas (espero que con todas las garantías). Además del drama humano, resulta innegable que el ejército ruso sigue dando muestras de ser un gigante con pies de barro que destruye y genera un dolor innecesario pero avanza poco y mal.

Tampoco son los bitcoins, sino las personas

La batalla del relato que ha intentado librar el gobierno de El Salvador ayudado por todos los criptoentusiastas del mundo también tiene mucho de relato bélico. En este caso, además, la deshumanización del país marca quiénes eran los enemigos para los defensores del uso de bitcoins como moneda oficial: ni Nayib Bukele ni quienes le aplauden se han referido a la ciudadanía salvadoreña con la asiduidad que la situación requería. Su maniobra macroeconómica suponía un pulso a los mercados, una nueva economía, pero, ¿qué suponía a las personas? ¿Y ahora que su economía está a punto de colapsar?

No es fútbol, son negocios

El fútbol no es rentable. Y no me refiero al FC Barcelona. La burbuja del fútbol ya no puede hincharse más: vamos a los estadios a horas intempestivas para que puedan ver un Athletic – Celta en China, compramos las camisetas a 100 eurazos para que también las tengan disponibles en India, y a menos que encuentren vida futbolera en Marte, ya han impactado a todos los mercados con poder adquisitivo. Con todo, el fútbol no es rentable. Y pese a ello, compañías como Movistar insisten en ofrecerlo y en buscar en él la mejora de los números. No soy su consejero, consultor, ni gurú, pero, ¿cuánto van a tardar en verlo quienes sí lo son?

Es futbolista y es persona

Hoy cierra una etapa Erika Vázquez, “la futbolista con más partidos y goles en la historia del Athletic femenino”, como la han descrito en la cuenta en Twitter del Club. Una mujer que lo ha hecho todo con la camiseta rojiblanca. Una persona que ha mostrado lealtad, fuerza de voluntad, energía, valores y su sonrisa cuando ha hecho falta mostrar cada una de estas cosas. Hoy se va una grande no solo del Athletic, sino del fútbol mundial, que no tendrá tantos títulos (ni tanto dinero) como otras y otros, pero que seguramente haya aportado más a sus compañeras y lo que es lo mismo, al Athletic Club, que muchas estrellas.