La geopolítica

Lo que está sucediendo en Nagorno-Karabaj define nuestro mundo mejor de lo que parece: miles de personas tienen que abandonar su hogar y su patria (el enclave dejará de existir) porque una potencia, Azerbaiyán, inició una operación militar a la que no podían responder. Quienes tenían que haber velado por su seguridad (la comunidad internacional, empezando por Rusia, que tenía la responsabilidad en la zona) les han abandonado. También es muy elocuente que Azerbaiyán se haya convertido en una potencia y Armenia, no, gracias a la venta de recursos naturales a occidente, que busca alternativas a Rusia como proveedor.

Esto también nos define

Mucho más cerca, de una manera mucho más pedestre, esta noticia también define a nuestra sociedad: “La gran banca se olvida de sus clientes mientras eleva los dividendos hasta un 40%” (El Independiente). O lo que es lo mismo: ni depósitos ni cuentas dan rendimiento, pero para el accionariado sí que hay reparto de dinerito. Y que no me venga nadie con que hay muchas y muchos pequeños accionistas en el Banco Santander, por ejemplo, que quien más se beneficia es quien más acciones tiene, y esos son quienes más tienen, en general. Que todo esto sea absolutamente legal solo significa una cosa: hay que cambiar esa ley.

La paradoja de los deberes mal hechos

En Business Insider hablan de “paradoja” pero yo creo que tiene más que ver con los deberes que alguien no ha hecho: “En España, un país con 2,7 millones de parados y la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea, las vacantes están en máximos históricos”. No es lógico: “El 71% de las empresas españolas tiene dificultades para encontrar mano de obra”. Las ofertas poco atractivas, la divergencia inexplicable entre la demanda de perfiles y la formación de las y los trabajadores, y una falta de estructuras llamativa donde puede haber ofertas de empleo, no son casualidades, son resultados. Y muy negativos.

¿Perdona?

Aplaudí que las autoridades europeas confiscaran a los oligarcas sus bienes después de la invasión rusa sobre Ucrania. Lo que me parece absolutamente ilógico es que nos esté costando un dineral mantenerlos. En Xataka ponen un ejemplo muy claro: el Alpha Nero es un superyate cuyo mantenimiento cuesta 28.000 € a la semana por el amarre, el salario del capitán y la tripulación mínima para operarla, y el aire acondicionado sin el que los sistemas y acabados se estropearían, bajando el valor para su venta. Además, estos superyates pertenecen a sociedades por lo es bastante complicado que un estado medie en una compra-venta.

Oh, sorpresa

La idea de los NFT es buena: un sistema que permite fijar la propiedad de una obra digital, lo que permitirá venderla o conservarla con más garantías. Pero rápidamente apareció la especulación: compras y ventas de materiales de poquísima calidad o de simples fotos de objetos, a precio cada vez más ridículamente caro y con la expectativa de venderlos después por más dinero todavía. Quienes llegaron tarde a los bitcoins querían ser las y los listos de los NFT, pero se han encontrado con una dura realidad: “De millones a cero: el 95% de los NFT ya no valen nada”, leemos en Photolari.

Lecturas de domingo

Apenas nos acordamos ya de las vacaciones, y eso que estas las hemos vivido como si nadie nos avisase de la gran recesión de otoño. La vuelta a la rutina nos invita a retomar el domingo como día pare cargar las pilas, o intentarlo. Y me gusta pensar que puedo aportar algo con recomendaciones como la pieza “El colapso ruso en Járkov” que hemos encontrado en Descifrando la Guerra, uno de esos blogs que han sobrevivido porque sus autores saben de lo que escriben (que no es poco). El hilo de Niporwifi sobre los “tres batallones de chechenos que están listos para ser enviados a Ucrania” tampoco está nada mal.

Estoy deseando verla

Como a cualquier persona que disfruta de los estertores de las monarquías europeas me gustará ver la serie documental que reúne parte de los desmanes que, de un modo u otro, hemos ido conociendo de Juan Carlos I. De hecho, parece que la producción de HBO se remite al viejo aforismo de mostrarnos lo que ya sabemos, no lo que saben los protagonistas de la historia. En ella hay cierta chicha política, pero yo me quedo con lo que parece más mundano pero no lo es, como el dinero de las y los contribuyentes que se habría gastado en organizar citas a Juan Carlos I y para comprar el silencio de las citadas.

Hablemos de lo rancio

Lo hemos visto en la feria taurina de Bilbao y lo confirmamos en la de Madrid, como ha expuesto en Twitter Aïda Gascón, cuyo tuit es de parte porque ella se declara animalista, sí, pero todas y todos sabemos lo que sucede en las plazas: “García Garrido, tras la corrida de este domingo en Las Ventas: ‘Hemos perdido cerca de 100.000 euros’. El empresario de la plaza de toros más importante de Madrid y de España, muy pesimista con la temporada de agosto y septiembre. ‘El público no responde’”. Entonces, ¿el espectáculo debe continuar? ¿Por las familias que viven exageradamente bien de una industria que se hunde?

Y de lo más moderno

Este tuit de Dani Álvarez también contiene una de esas verdades que caen como puños: “Un tema al que hay que seguirle la pista es cómo los líderes y referentes de la izquierda van, poco a poco, alejándose de las redes, tras descubrir que el espejismo digital, en lugar de acercarte a la realidad, la mayor parte de las veces, te aleja”. Y es lo de menos que esas redes las lleven ellos en persona o un jefe de prensa: lo indiscutible es que la izquierda (vasca y española) hizo una apuesta por la falsa participación de las redes y se emborrachó con el placebo. También lo es la falta de autocrítica incluso después de la rectificación.

Dos grandes pérdidas

Soy muy prosaico, esto es, soy muy de prosa, de novela. Y en el resto de artes busco sus equivalentes, por lo que el fallecimiento esta semana de Jean-Luc Godard, aun reconociendo su aportación al cine, no lo he notado tanto como la pérdida de William Klein, que en The Objective han calificado como “el gran fotógrafo de las ciudades”. Para mí su aportación es mayor: muchos intentamos hacer ahora “foto callejera”, capturando el costumbrismo en cada instantánea, algo que él inventó y logró como pocos con equipos mucho más limitados (esas sensibilidades locas y enfoques dinámicos que llevan ahora las cámaras) que los actuales.

Se llama conciliación

Antes de la pandemia y del teletrabajo por obligación, la de la conciliación era la mentira más grande que nos habían contado: compartir el cuidado de las hijas e hijos y mantener un trabajo en condiciones normales es una misión imposible que casi hemos olvidado con las restricciones. Durante el fin de semana he echado un ojo a la web que ha puesto en marcha el departamento de Igualdad y Políticas Sociales: Kontzilia, con información clara sobre a qué tenemos derecho y cómo podemos facilitarlo. Cuando remita el coronavirus llegará lo más importante: promoverlo. Y ojo, que quien no tiene hijos también tiene derecho a conciliar.

Por esto pierde Ciudadanos

El problema de Ciudadanos no es la moción de censura en Murcia, ni la convocatoria electoral de Díaz Ayuso, ni el goteo de despedidas malsonantes. El movimiento contra Fernando López Miras solo ha precipitado lo que iba a pasar por culpa de una deriva inaguantable que solo a los que estaban autointoxicados les parecía bien: Marcos de Quinto, gestor de empresas de éxito y diputado de los malos en la bancada naranja, siembra ahora dudas sobre el proceso electoral. El mismo que le llevo al Congreso, ¿qué más da? Algunos han decidido abrazar el manual de trumpismo para dummies y el ridículo absoluto.

Crece el nacionalismo galés

Antes de la pandemia pero con el Brexit y el trumpismo consumados me avisaron de que estuviera atento para apreciar un nuevo reverdecer de los nacionalismos sin estado en Europa. Y el tiempo solo le ha dado la razón a quien lo tenía tan claro: en Descifrando la Guerra hablan del crecimiento del nacionalismo galés. Lejos aún de la fuerza política y mediática del escocés, estaremos preparados para ver cómo trata esta vez Londres un nuevo foco de reivindicaciones desde el Sur donde el laborismo está cediendo terreno en favor de los nacionalistas (más próximos a la socialdemocracia) pero también los conservadores británicos.

Arbitrario es arbitrario

Si Twitter puede decidir a su criterio quién puede estar en la red social y quién no, incluyendo al mismísimo Trump, poco margen tiene para quejarse si Rusia decide que en su territorio esta web no será accesible. Que quede claro: me parece bien lo primero (la ausencia de Trump en cualquier plataforma) y mal lo segundo (la ausencia de Twitter en un país). Pero si uno es arbitrario y lo expone con claridad no puede evitar que otros también lo sean, evidentemente. No creo que Rusia culmine la amenaza que explican en Trecebits pero ha dado un paso más hacia el control de mensajes y redes en su conjunto.

Sí, el gobierno megaprogre

“El Consejo de Ministros volverá el próximo martes a conmutar penas a convictos a petición de cofradías y hermandades en pleno proceso de distensión con la jerarquía eclesiástica”. Este es un extracto sacado de la web de Público. Y el consejo de ministros al que se refieren es uno en el que estarán Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a menos que anuncie, en otro giro de guion, una dimisión sorpresiva. Así que el gobierno español superhipermegaprogreplus “recupera los indultos de Semana Santa en otro guiño a la Iglesia”. La católica, para que no le quede a nadie ninguna duda. Pero meapilas siempre seremos los demás. Ya. Claro.