Así, no

No entiendo a Carles Puigdemont. Es un enigma para mí, lo confieso. Y no lo considero un piropo: un político debe ser un libro abierto para generar confianza. Generando fascinación puedes sobrevivir al frente de un gobierno, pero la gestión suele ser un desastre, y a Pedro Sánchez me remito. Pero ni reconociendo, como reconozco, que lo que hace el del PSOE es muy mejorable, entiendo que Junts le diga al gobierno español que se someta a una cuestión de confianza. ¿Para qué? Pero la pregunta clave es: ¿ahora? Hace solo unas semanas Feijóo sugirió una moción de confianza censura y Puigdemont podía haber levantado la mano entonces.

Tonto de remate

Quien dice esto, se llame como se llame, haya hecho lo que haya hecho, deja claro que es tonto de remate: “La teoría evolucionista de Darwin está cada vez menos sostenida en la ciencia”. De su entrevista en El Independiente a Jaime Mayor Oreja le doy la razón en esto: “Déjenme expresarlo porque tengo derecho a decir lo que pienso”. Él tiene ese derecho y yo tengo el mío a expresar: “¡Ay, pobre!”. “Yo no pertenezco al PP ni a ningún partido”, asegura. Así que va por libre cuando ofrece sus ideas regresivas en torno al aborto o la homosexualidad. Para él, derechos son solo los que declararon las Naciones Unidas en 1948.

El más listo

A Elon Musk la compra de X y los milloncejos que donó a la campaña de Trump le han salido así de bien: “Elon Musk protagoniza el mayor aumento de patrimonio de 2024: dispara su riqueza en 120.000 millones. Su fortuna se dispara un 20% desde las elecciones presidenciales en EE.UU.” (El Economista). Creo que Musk, su propio periplo vital y su éxito empresarial, económico y político son el epítome de todo lo que está mal en el mundo: una economía virtual que sirve para enriquecer a los que menos escrúpulos tienen, y que además lideran públicamente a una turba de ignorantes que solo buscan las migajas del dinero.

La revolución

A mí esto me ha parecido la hostia. Lo digo así de claro: que la Diputación Foral de Bizkaia ofrezca bonos a las y los consumidores para hacer reparaciones es un paso adelante. Y no me paga la dipu ni un céntimo, que conste. Entiendo que haya que promover el consumo y bonificar las compras, pero desde que una parte de mí se volvió cubana intento reparar todo lo que puedo (con mis infinitas limitaciones), harto de que me digan en las tiendas: “Mejor, uno nuevo”. Que una institución promueva alargar la vida de lo que ya tenemos me parece un gran avance. Ahora solo falta que nos permitamos tomar un tiempo para pensar.

Si no animan, que no vayan

El victimismo de ICHH no es creíble. No lo es porque ha sido empoderada, porque se ha permitido una identificación con toda la grada de animación de San Mamés, y porque se ha promovido, alguien sabrá cómo y por qué, que los jugadores rindan pleitesía a la tribuna norte baja. Si no animan, como ante el Villarreal, que sus integrantes no acudan al campo para que quien quiera hacerlo (para eso están bonificados los abonos) sí anime. Porque si no pensaremos que están en sus asientos para vigilar, controlar e imponer un estado policial en el que ellos imponen su justicia. Ahora o nunca es el momento de los cambios.

Gipuzkoa, encantada consigo misma

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La Diputación de Gipuzkoa andaba ayer lanzando los cohetes en Twitter porque en 2013 consiguió reciclar el 38% de sus residuos, después de la imposición del puerta a puerta, y las batallas que han librado. El dato suena escaso, aunque lo celebren, pero si lo comparamos con Bizkaia resulta ridículo. Según la web de la Diputación de Bizkaia, “el 73% de la basura generada es aprovechada materialmente (39%) o energéticamente (34%), y tan solo el 26% se deposita en vertederos controlados”, contra el 62% de residuos que exportan en Gipuzkoa a vertederos de territorios hasta a 500 kilómetros de distancia.

Rostro de hormigón armado

Hay que tener la cara muy dura para formar parte del PSN y actualizar Twitter con esto: “Grave error no convocar elecciones anticipadas”. El enlace va a una noticia en la que el ¿líder? de los socialistas navarros, el mismo que fue desautorizado por los jefes de Madrid e impidió la moción de censura en Nafarroa, echaba en cara a Yolanda Barcina que no convocara elecciones. Si algo no pueden permitirse los políticos nunca pero, especialmente, ahora, es tomar por tonta a la ciudadanía que va a votarles, pero eso es exactamente lo que hace el PSN.

La comunicación también es un riesgo

Comunicar puede ser una oportunidad… o un gran riesgo si se hace mal. Y lo pudimos ver entre el jueves y ayer después de que el centro de coordinación de emergencias y seguridad de Canarias alertara sobre un accidente de avión que resultó no ser tal. Quien lo denuncia es Juan Antonio Giner, de cuya experiencia en comunicación pudimos disfrutar en el curso de verano que organizaron DEIA y la UPV/EHU, y tiene toda la razón. Por desgracia, no es inusual en nuestro entorno que algunas cuentas jueguen con fuego y proporcionen información de alcance sin contrastar que puede desatar alertas incontroladas.

Letizia Ortiz y los guardaespaldas

Al final, nuera y suegro van a tener algo en común. Ya hemos visto cómo trata el rey de los españoles a su chófer, y las leyendas urbanas de que pasaba de sus escoltas son de sobra conocidas. Pero la siguiente generación no le va a la zaga: Letizia Ortiz habría despreciado el pasado 22 de marzo los consejos de sus guardaespaldas y, además, según cuentan en ‘Estrella Digital’, no sería la primera vez. Aquella noche, con Madrid tomada por manifestantes y la policía nacional arreando porrazos, la princesa quiso cenar en el centro de la capital con unas amigas y se pasó por el forro del bolso la opinión de la seguridad que le pagamos todos.

Los errores del “big data”

Seguramente, habrán oído hablar del “big data”, esa gran cantidad de información que se genera en Internet y cuya gestión, al parecer, es el próximo modelo de negocio y explotación de la gran red. Pues bien, no. Por lo menos, no de saque y de cualquier manera, porque como explican en ‘Es Materia’, el gigante Google ha sido el primero en usarlo… y equivocarse. Los del buscador aseguraban que conociendo las bases de datos de la gripe podrían pronosticar los próximos brotes, y los resultados han sido bastante desastrosos. Este experimento fallido deja en mal lugar una técnica que tiene mucho de humo y poco de fuego, de momento.