El libreto de Otegi

Arnaldo Otegi es igual de honesto cuando dice que quiere llevar a la Ertzaintza a donde la izquierda abertzale la quería hace 40 años, como si ese sitio no fuera el infierno desde entonces hasta hoy, que cuando dice que cualquier otra cosa. Ese es su nivel de franqueza y de discurso político. No otro. Lo suyo es reescribir el pasado en cada nueva línea. No importa lo que haya pasado ni importa que todos lo hayamos visto: importa el puto tuit. Para eso vive Otegi: para el retuit de la afición desmemoriada o, peor, que necesita cambiar lo que ha hecho y, como eso no es posible, necesita que los demás lo olvidemos.

Es el mismo que el del PP

El libreto de Otegi, no obstante, es el mismo que el del PP: su necesidad de olvidar y hacer olvidar su propio pasado les une. Su papel de principal partido en la oposición, por cierto, también, igual que sus tuits y declaraciones asombrosas, por no decir otra cosa: “Acaban de imputar a Juan Carlos Monedero que, por supuesto, no tiene nada que ver ni con Podemos, ni con el vicepresidente del Gobierno”. Esto fue lo que tuiteó la cuenta oficial del PP, del mismo PP de Bárcenas que, según Casado esta misma semana, no tiene nada que ver con el PP, del mismo PP que va a vender una sede para dejar atrás a M. Rajoy.

Y el gobierno español, a lo suyo

Si la oposición en España genera indignación y asombro, el gobierno español todavía lo hace más: PSOE y Podemos dedican tanto tiempo a sus luchas internas y a hacer política de partido o campañas desde las instituciones que hasta tres países se les han adelantado para condenar el fascismo y el antisemitismo que hace solo unos días se ha exhibido impúdicamente en Madrid: las embajadas de Rusia e Israel y el embajador de Alemania han condenado en Twitter este lesivo espectáculo, adelantándose a un gobierno español cuyos socios estaban echando una carrera por hacer suya la ley de Igualdad.

El mal gusto no es delito

Sigo pensando que la libertad de expresión está mal explicada. Por ejemplo, no debería de amparar a los fascistas del párrafo anterior. Pero sí debería de hacerlo a Pablo Hasél por el sencillo motivo de que su mal gusto no es un delito. El papel de Podemos en este desastre judicial (otro más) lo resume muy bien Òscar Nin en Beatburguer: “Actuando como si fuesen chavalotes fumando porros en La Complutense mientras esperan en la copistería a que les entreguen fotocopias de ‘Cartas desde la cárcel’ de Antonio Gramsci para intercambiarlas. (…) Hoy llueve fuerte y este paraguas ya no sirve para nada”.

Y Rato sale de la cárcel

Hásel entra en la cárcel igual que Rodrigo Rato sale de ella: porque en algún lugar de una ley pone que el rapero tiene que hacerlo y el político del PP puede hacerlo. La ley, ya lo hemos comprobado en la CAV en las últimas semanas, la interpretan señores y señoras en función de sus creencias y opiniones, y otro montón de señores y señoras, todos y todas con toga, les arropan. Así va esto. Y por eso pasa lo que pasa, por eso el provocador del instituto come maco y el banquero deja de hacerlo y hasta puede viajar a Londres en plena pandemia para estar con su hija, pero yo no puedo ver a mi madre a veinte kilómetros.

Nadie se hará responsable de las consecuencias

Tres actores claros se enfrentan a la Ertzaintza últimamente, cada uno con un papel más vergonzoso que el anterior: primero está el colectivo que lo hace en las calles y que llevaba años esperando este momento. Que los detenidos el pasado fin de semana tengan 34 y 44 lo deja claro. Después están los políticos de la izquierda abertzale que alientan, como han alentado siempre, el enfrentamiento. Y finalmente están las de Podemos que, por no quedarse atrás, ceban al monstruo. Luego nadie se hará cargo de las consecuencias. Solo hay una actitud correcta ante lo que sucede: intentar atajarlo.

No todo es “kale borrika”, pero lo será

La de este fin de semana y la de los pasados no es “kale borroka”, es “kale borrika”, porque hay que ser asno para hacer casus-belli de las medidas para parar una pandemia… Pero con esos también convivimos. No obstante, no todos son enfrentamientos frontales alentados por partidos políticos que intentan desgastar al gobierno de turno: sigue habiendo, simplemente, actuaciones incívicas e insolidarias como botellones, reuniones fuera del toque de queda y excediendo los límites de reunión… Si a todos esos se les anima a enfrentarse a la policía los problemas se agravarán solos… Para alegría de algunos.

Así. Y punto

Este no es un problema local, igual que Osakidetza no es el único sistema de salud público desgastado, aunque en Euskadi, como en España, la politización de ambas evidencias es tan flagrante como vergonzante: las imágenes que hemos visto en Eindhoven son absolutamente inexplicables. ¿Cómo puede haber protestas violentas por unas medidas para frenar una pandemia mundial? Pues las hay, y allí la policía no se ha andado con excesivas precauciones: hemos visto chorrazos de agua que desplazaban a los manifestantes varios metros hacia atrás. Luego nos preguntaremos cómo en China han salido antes del atolladero.

A ras de suelo

El sábado por la mañana salí a hacer compras por mi barrio en Bilbao. Mi intención era coger un café para llevar antes de verme cargado de bolsas. Pero desistí: en el único bar que lo ofrecía estaban los parroquianos de siempre acodados en la barra exterior con las mascarillas bajadas, apurando sus cafés, fumando y criticando las medidas del gobierno. Ayer vi este tuit y volví a acordarme de la imagen: “‘Yo no salgo nada. Del trabajo a casa y de casa al trabajo’. Declaraciones de una señora sentada en una terraza”. Luego, que si la Ertzaintza repele las agresiones, los gobiernos lo hacen todo mal y yo cogería el virus en el metro.

Que sí, que yo también

Claro que yo me he tomado un café en una terraza con unos amigos, claro que comí con el resto de mi unidad convivencial en un restaurante de mi municipio durante las vacaciones de Navidad, y he ido al trabajo, y al gimnasio, y he cogido el metro y el autobús, claro que intento hacer las cosas bien… Y sé que alguna he hecho mal. “Todos creemos que hemos cumplido con las restricciones. Y que los demás no lo han hecho” (Magnet), igual que realmente nos alimentamos peor de lo que creemos. Pero como leí el otro día en Twitter: ¿qué habría pasado si todos hubiésemos respetásemos las medidas?

Poco me parece

He querido reposar este párrafo todo lo que he podido porque, si lo hubiera escrito cuando me enteré de la fechoría, “gilipollas” es lo más suave que hubiera sido capaz de escribir. Encerrado en casa con una niña de 5 años y otro de 3, después de siete días, ahora acierto a escribir que, simplemente, nunca he soportado a esas personas que piensan que las normas son para los pringados y que los pringados siempre son los demás. Así que espero que la Ertzaintza haya pillado a todos los que desde Bizkaia se han ido a Cantabria a pasar el puente, al apartamentito, y les hayan crujido. 600 € por familia me parecen pocos.

No me importa cómo se llame

El primero que huyó fue Cristiano Ronaldo, que se desplazó a su Madeira natal cuando la cosa empezó a ponerse difícil, parece que Neymar ha escapado a Brasil y Jovic, del Real Madrid, a Serbia. No me importa cómo se llamen, vuelvo al párrafo anterior: todos esos que se piensan que las normas las cumplen los pardillos me caen mal, por definición. Pero yo llego a ser tan pardillo que de verdad me creo que los futbolistas tienen que ser modelos de comportamiento (por eso también cobran tanto) así que estos saltos, por mucho que sean en jet privado, resultan igualmente insultantes.

Todos los Ristos del mundo

Risto Mejide tiene pinta de ir a Cantabria a pasar el puente desde Bizkaia y de saber dónde puedes fumar sin que te molesten ni sin salir del edificio en el que trabajas. Lo digo porque en su programa se puso una mascarilla para ridiculizar a los que alertaban del coronavirus (yo también llamé a la calma pero intenté no reírme de nadie), y ahora que ha tenido que ponerse en cuarentena, ha querido defenderse atacando a medios como Vozpópuli, donde le afearon el chiste. María Palmero, autora de aquella pieza, le ha respondido acusándole de mentir y de no hacer lo más sencillo: reconocer que se equivocó.

Menos credibilidad que Felipe VI

El que se está cayendo con su carísimo equipo es Felipe VI. No solo ya porque su discurso fuera desastroso o porque toda España haya comprobado que su rol de jefe de Estado es absolutamente inútil, también porque ya no le cuelan sus artimañas: varios medios han dejado claro que no puede renunciar a su herencia mientras viva su padre o que conocía los hechos mucho antes de que salieran en los medios suizos y no actuó entonces. Para colmo, en El Plural destacan una encuesta de Electomanía en la que el 60% de los encuestados cree que el Rey intentó colarnos los de su padre envuelto en coronavirus.

Otra evidencia

Este coronavirus nos está dejando unos cuantos recordatorios, para empezar, sobre la fragilidad de los seres humanos, sobre lo afortunados que somos pese a lo mucho que nos quejamos, sobre lo importantes que somos todos, desde los médicos a los reponedores de los supermercados, sobre la miseria o soberbia de algunos… Y sobre la acción del ser humano en el planeta: en Magnet han recopilado algunas noticias sorprendentes como los canales limpios en Venezia, los delfines que entran en el puerto de Cagliari, los patos que se ven en la Fontana de Trevi o los ciervos entrando en la ciudad japonesa de Nara.

El turno de noche, activo

Las palabras de Andoni Ortuzar sobre la manifestación de los sindicatos de la Ertzaintza contra el Gobierno Vasco tuvieron una respuesta significativa en Internet. Primero, es evidente que los ertzainas son más de Facebook que de Twitter; segundo, que están muy bien coordinados: en unas pocas horas fueron todos los comentarios en el mismo sentido; tercero, que prefieren no dar la cara y actuar desde perfiles anónimos. Sí, ya me sé lo de la seguridad, pero también me sé lo de los trolls y las excusas.

Pero sin respuesta

Los y las ertzainas tendrán que explicar muy bien a la sociedad vasca (y no solo por medio del exabrupto anónimo en Facebook) por qué han elegido ponerla en riesgo, abstenerse laboralmente por medio de bajas médicas y enfrentarse a políticos nacionalistas y socialistas, como forma de protesta. Y más cuando los gobiernos vascos, del PNV pero también del PSE, han impulsado socialmente y protegido a la Ertzaintza sistemáticamente, sobre todo en los peores momentos.

Puigdemont coge altura

Carles Puigdemont ha dado, por fin, un paso a un lado, y en cuanto lo ha hecho ha cogido altura. Así de fácil era y sigue siendo: Catalunya necesita un president, pero uno que sea posible elegir y que desatasque esta situación. Catalunya no necesita nuevas elecciones, que el independentismo siga enrocado ni el unionismo campando a sus anchas con un 155 que les da lo que no consiguen en las urnas. Es tiempo de coger altura y de reivindicar desde la acción (el mejor modo posible) lo hecho.

Y el PP sigue a lo suyo

El PP tiene un problema de barro: le sube y no puede hacer nada salvo intentar flotar sin ahogarse. Una tarea imposible. Así, con el traje lleno de lodo, cada vez que intentan sobreponerse acaban haciendo un buen ridículo: el modo en el que buscan sacar pecho porque Puigdemont recula, según ellos, forma parte de su interminable cadena de errores en Catalunya, la que le ha llevado a una posición ridícula en el Parlament y a naufragar en la política española.

Y ahora, ¿qué opinamos?

Vivir contra los poderes siempre es más fácil. Revelarse contra la injusticia que sufre un cuerpo ajeno siempre es más reconfortante. Por el contrario, alabar a los jueces cuando uno basa su discurso en un sistema judicial fallido, es una faena. Así que, ¿cuál es el requiebro argumental de los progres de carné, ahora que el Supremo ha absuelto por unanimidad a Cassandra Vera, la tuitera que fue condenada por los chistes que publicó sobre Carrero Blanco 44 años después de su asesinato?

Fiesta en una piscina ilegal

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Francisco Conejo es secretario de Política Institucional en el PSOE andaluz, concejal en Málaga y aspirante a presidir aquella diputación provincial si Susana Díaz gana las elecciones. Además de eso, tiene una piscina que podría ser ilegal. Con la que está cayendo en política, empezando por la propia Andalucía (fondos de reptiles, ERE, operación Edu) me parecía un tema menor… hasta que hemos conocido que el considerado número 3 del PSOE-A montó una fiesta ibicenca en la que cada uno se llevaba su propia bebida para inaugurar esa piscina (‘El Confidencial’). Las pretensiones de algunos sí que son noticiables.

¡Menuda noticia!

En ‘Periodista Digital’ anuncian una exclusiva: Carolina Bescansa, socióloga y fundadora de Podemos cobra 24.000 € por una encuesta. ¿Y? Es absolutamente lógico y normal que Podemos confíe en sus proveedores, y más para hacer estudios sociológicos. El precio, además, es absolutamente de mercado. De hecho, es tan normal como en el resto de partidos, justo lo que Podemos denuncia con palabras gruesas como “casta”, “mafia” o “clientelismo”. No, una cuestión de confianza y profesionalidad, para ellos como para los demás.

IU se rompe… más

En Euskadi ya hemos asistido a la partición de IU, antes Ezker Batua y ahora Ezker Anitza. En Madrid lo hemos visto con focos: Tania Sánchez, pareja de Pablo Iglesias, para más señas, abandona IU con tanto ruido mediático como puede. Y con más sigilo, en Andalucía, el partido de Juan Manuel Sánchez Gordillo, el peculiar alcalde de Marinaleda, abandona la coalición de izquierdas para, en principio, presentarse por su cuenta a las elecciones con la CUT o Candidatura Unitaria de Trabajadores (‘Estrella Digital’).

¡Qué malos somos los del Athletic!

En la pieza de ‘Libertad Digital’ sobre la semifinal de Copa en San Mamés de esta semana no se libra nadie: Athleticzales, Ertzaintza y hasta Gobierno vasco son vapuleados: “La Ertzaintza detuvo varios autocares españolistas en un área de servicio a unos 30 kilómetros de Bilbao, procedió a cacheos ‘indiscriminados’, requisó las bufandas y banderas que portaban los colores de España y justificó su actitud con el argumento de que en San Mamés no están permitidas las banderas de España porque son ‘provocativas e incitan al odio’ (…) Al igual que los Mossos d’Esquadra, la policía vasca se limita a cumplir órdenes políticas”.

Polémico World Press Photo

Por supuesto, no por la temática de la imagen (reivindicación de la libertad sexual en un país donde está perseguida la homosexualidad como es Rusia) ni por su calidad (no es tan llamativa como otros ganadores anteriores) sino por el alto número de imágenes que, incluso en la última ronda de votación, han sido descartados por exceso de retoque fotográfico: un 20% de los finalistas fueron descalificados y el tercer premio de fotografía deportiva ha sido declarado desierto porque los autores se pasaron con el Photoshop mientras buscaban la imagen “limpia” (‘Qué Sabes De’).