El problema no es el colchón

Como las redes se alimentan sobre todo de las mentiras gruesas y las verdades a medias, el cambio de colchón que ordenó Sánchez con su mujer cuando entró a Moncloa ha eclipsado otros pasajes del libro del presidente español que retratan mejor al político, que es el que nos debería de ocupar: para el socialista, según destaca Dani Sánchez en Twitter, “el 155 fue como un bálsamo para la sociedad catalana” y el “horizonte electoral” resultó “tranquilizador”. Después de eso, ya sabemos lo que vino: Torra y más enfrentamiento desde España. Sánchez es de esos que creen que con él empieza y termina todo.

Si se lleva el populismo…

Podemos ya ha bosquejado cómo será la campaña para ellos: si se lleva el populismo, a tope con el populismo. Su posición en las encuestas, de decadencia imparable, les empuja a arriesgar, está claro, pero creo que han elegido mal, porque si entre la copia y el original de la socialdemocracia el votante elegirá el original, entre la copia y el original de la demagogia el votante elegirá también el original. Y en este caso se trata de Vox. Además, Podemos ya pisa moqueta, así que las grandes promesas, como la devolución del rescate bancario, se convierten en grandes decepciones en cuanto las pronuncian.

La dignidad de Turull

Ni por el mitin político de Oriol Junqueras ni por el alegato práctico de Joaquim Forn: Jordi Turull ha optado por golpear con la verdad en el juicio al que está siendo sometido por intentar buscar una solución al conflicto catalán. Durante su intervención no dudó en enumerar los incumplimientos reiterados de sentencias, del Estado con Catalunya en materia económica. Como bien decía el del PDeCat, con el traje de constitucionalista uno puede saltarse la Constitución y la justicia. Con el de nacionalista la búsqueda de diálogo conlleva un año de prisión preventiva para empezar.

Felisuco, te queda camino por recorrer

Lo mejor de la democracia es que cualquiera puede ejercerla. Ahí reside su grandeza: se nutre de economistas, abogados, periodistas, agricultores, operarios, estudiantes, profesores, actores y humoristas. Todos, absolutamente todos tienen que aprender a hacer política. Pero algunos se muestran desde el principio como unos inconscientes o ignorantes y, por extensión, muy atrevidos. Como Felisuco: el cómico cántabro recibió en Twitter una aclaración del partido nacionalista bávaro. Por supuesto que ellos también buscan la independencia de Alemania. Y nadie les procesa ni amenaza por hacerlo.

Por qué les importa el impuesto de sucesiones

Ayer mismo hablábamos en esta columna de la sociedad con la que Begoña Villacís y su marido habían adquirido una parcela de más de 2.000 metros cuadrados para construir una vivienda de más de 600 mientras el resto de los humanos comprábamos nuestro piso a lo pobre, sin sociedades. Hoy les hablamos del patrimonio de cien pisos en Madrid que heredará Villacís y que actualmente gestiona su madre. Y también del impuesto de sucesiones que los de Ciudadanos quieren eliminar. Esa supresión, por supuesto, le vendría de maravilla a Villacís y a tantos políticos ricos como ella. Así de crudo.

Importando interventores

Esta columna va sobre la jornada electoral, no sobre los resultados. Por ejemplo, en Euskadi PP o UPyD han importado interventores para las elecciones, sobre todo las autonómicas, porque con los de aquí no llegaban. La imagen de un partido con tan poco arraigo en un territorio no es buena, pero en las redes sociales nos quieren hacer creer que sí: Félix Álvarez posaba orgulloso en Gràcia, y Xavier García Albiol recibía a los que venían de Madrid en la estación y se sacaba selfies con ellos.

Esa gente merece respeto

Desde el inicio de la última crisis, especialmente, una parte de la ciudadanía expresaba orgullosa que no militaba en ningún partido político, como si por eso fuera superior. Después vino Podemos y una parte de esa parte quiso convencernos de que pertenecían un movimiento y no a un partido de “la vieja política”, ¿recuerdan? Pero en jornadas como las de ayer es necesario reconocer la labor de los interventores y apoderados en los colegios electorales de sus municipios. A Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, por cierto, le tocó de vocal en una mesa.

Que voten los niños

El productor audiovisual Josep María Mainat es en Twitter una de las figuras del independentismo. Ayer, cómo no, tuiteó desde su colegio electoral: publicó una foto de su hija pequeña sonriente con un sobre en el que, suponemos, iba la papeleta de un partido nacionalista catalán. Él mismo ironizaba con que estaba “adoctrinando” a la pequeña contra la moda esa de asegurar que quien vota con sus hijos les utiliza o manipula. No: les enseñamos democracia.

Y Anonymous, ¿qué?

¿Saben algo ustedes de aquella noticia sobre Ciudadanos que iba a dar Anonymous el martes, último día de campaña, y que iba a reventar los resultados electorales? Yo no he vuelto a oír nada, y en su timeline (esta gente se mueve mucho por Twitter, como todos los que tienen pretensión de trascender) ayer solo anunciaron que empezaba la “quinta fase” de “operación Catalunya” que consistía, agárrense, en tuitear información. Luego querrán que nos los tomemos en serio.

Lo que rechaza Catalunya

A Pablo Casado y al PP les ha parecido oportuno estirar hasta esta semana la falacia de que a Víctor Laínez le asesinaron por llevar unos tirantes rojos y amarillos, y a mí me parece necesario recordar hoy cómo el portavoz y a su partido siguen ayudando a blanquear el fascismo en España. Por supuesto, no defiendo a Rodrigo Lanza, autor de un crimen execrable si actuó como describen las diligencias. Pero declaraciones como las de Casado llevan al PP a sus resultados.